jueves, 24 de marzo de 2016

marzo 24, 2016
Pedro Echeverría V.

1. Fernando Solana Morales fue secretario general del Rector José Barros Sierra y de allí durante  casi 30 años ocupó muchos cargos de gobierno del PRI. Fue titular de las secretarías de Comercio, de Relaciones Exteriores, dos veces de Educación, director de Banamex y Senador. Fue impulsor además de la firma del Tratado Libre de Comercio (TLC) con los EEUU/ Canadá y promotor de reformas del PRI. La realidad es que fue un modelo de burócrata fiel que al parecer siempre estuvo dispuesto a obedecer y cumplir con las órdenes del señor presidente en turno. Les cumplió a los gobiernos de Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo, sustituyendo a éste último en Educación en 1993-94, cuando fue designado candidato presidencial.

2. Solana aparece en foto el primero de agosto en una marcha de protesta junto al rector Barrios Sierra porque el 30 de julio militares destruyeron de un “bazucaso” la puerta colonial de la Prepa de San Ildefonso y entran al edificio con bayoneta calada, al mismo tiempo que soldados de primera línea intervienen en el Poli y en la UNAM provocando la suspensión de clases. La realidad es que esa marcha no fue la del “silencio” porque ésta se celebró hasta el 13 de septiembre y llegamos todos al zócalo. La marcha del silencio fue discutida ampliamente por los Comités de Lucha en asambleas y hubo una gran oposición porque era como bajar los brazos y la combatividad; sin embargo fue de 250 mil personas, es decir, muy numerosa e impactante.

3. La realidad es que esa marcha de funcionarios universitarios fue significativa porque muchas autoridades universitarias en los estados también convocaron marchas en defensa de la Universidad, pero sólo fue formal y controlada. La rectoría de la UNAM con Barros Sierra y Solana Morales el 9 de septiembre manifestó que “las demandas estudiantiles han sido satisfechas en lo esencial por el ciudadano presidente de la República en su último informe”  (1 de septiembre) y pidió el rector que se restablezca la normalidad. Los helicópteros sobrevuelan la ciudad de México y difunden volantes en nombre de uniones y sociedades de padres de familia de la UNAM y el IPN. Del 9 al 13 se prepara la gran manifestación de silencio.

4. El licenciado, maestro, doctor o lo que sea (al fin es lo mismo) Solana Morales –que hoy se publica su fallecimiento- no parece haber tenido muchos problemas en su vida burocrática. Fue hasta 2004, cuando ya estaba fuera del poder y gobernaba el PAN, cuando señaló: ‘‘La falta de inversión y de políticas públicas orientadas al crecimiento educativo y social del país propiciaron que el desarrollo humano y académico se desplomaran en los últimos años’’, durante los cuales México se ha ubicado en el lugar 74 a escala mundial en cuanto a calidad de la enseñanza y en la posición 80 en desarrollo de conocimientos científicos y matemáticos, declaró durante un coloquio organizado por el Fondo Mexicano para la Educación y el Desarrollo (FMED), que él presidía.

5. Fue gravísima la denuncia del ya viejo funcionario que ocupó muchos cargos y en dos ocasiones la SEP, pero motivo de burla y condena de los que ya lo conocían. Se recuerda que cuando el presidente López Portillo echó de la SEP a Muñoz Ledo, quien de inmediato lo sustituyó fue Solana que estuvo CINCO AÑOS en los momentos del gran despilfarro petrolero que pudo aprovecharse para mejorar la educación y nada pasó. Luego Solana ocupó la SEP después de Bartlett y Zedillo que tuvieron que acomodarse al nuevo liderazgo de Esther Gordillo que en 1989 que –con el total apoyo de Salinas- logró derrocar a Jongitud Barrios del liderazgo del sindicato (el SNTE).

6. En 1977 Solana pretendió iniciar la descentralización administrativa y fracasó rotundamente. Yo ese año escribí muchos artículos en el Excélsior, laboraba en el CCH oriente mientras el SPAUNAM caminaba hacia la unidad con el STEUNAM para formar el STUNAM. Fue el año en que la dupla López Portillo/Reyes Heroles –después de derrotar la huelga electricista de Galván- abrió las puertas a todos los partidos para registrarse, recibir subsidios, apertura de medios y diputados de partido. Después vendría el derroche petrolero y el grito de “administrar la abundancia” y el “pleno empleo”. Ante “la abundancia” que se derrochó en viajes y enormes plazas en Monterrey, Culiacán, Campeche, etcétera, nada se hizo por la educación en los seis años.

7. La realidad es que después de ser funcionario de gobierno o partido de la burguesía ni Solana ni nadie puede limpiar del todo su nombre. A la mayoría no le interesa porque prefiere retirarse a gozar las cuantiosas riquezas obtenidas. Pero aquellos pocos que se arrepienten de sus militancias en el PRI, PAN, PRD, partidos del pacto burgués, y el gobierno, tienen que hacerse una profunda autocrítica pública y trabajar con honestidad política unos 10 años, para que la gente comience a confiar en él. Solana Morales parece haber sido un funcionario que sirvió de “comodín” porque el PRI lo consideró “correcto, disciplinado, confiable” además que contaba con “prestigio de académico escolarizado universitario”. (24/III/16)