viernes, 25 de marzo de 2016

marzo 25, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 25 de marzo.- La Semana Santa es la gran oportunidad para reflexionar sobre la entrega de Jesucristo, pero también de abrir el corazón hacia las personas más necesitadas, practicando el amor por los demás.

En Mérida, desde hace nueve años se atiende a menores víctimas, en situación de vulnerabilidad, o que carecen de padres o familiares adultos, por un organismo de la sociedad civil que también se encarga de mejorar la calidad de vida de los adolescentes varones con problemas de carácter.

Mediante los principios espirituales contenidos en la Palabra de Dios se les ayuda a llevar una vida significativa en el albergue de la Comunidad de Restauración Integral de Adolescentes (CRIA).

La cruz en el albergue de la Comunidad de Restauración Integral de Adolescentes (CRIA).

Los jóvenes que lo habitan provienen de familias de escasos recursos y disfuncionales, que afrontan maltrato y violencia intrafamiliar, o que sus padres se encuentran privados de la libertad, explica el director de CRIA, Luis Escalante Trinchán.

Estas situaciones los orillan a la deserción escolar y al pandillerismo, pero aquí les damos la oportunidad de que se desarrollen, facilitando su acceso a la educación, a la cultura, a los deportes y a la tecnología.

Junto con Alejandra Hevia Salazar, presidenta del Patronato CRIA, Luis se ha dado a la tarea de encontrar benefactores que ayuden a continuar en este camino de mantener a estos adolescentes alejados de conductas que los puedan llevar a cometer algún delito.

“Más bienaventurado es dar que recibir”, afirma, en este propósito de restaurarlos con amor, protegerlos, guiarlos y proveerles de los recursos necesarios para llevar una vida significativa mediante los principios espirituales contenidos en la Biblia, la Palabra de Dios.

20160325 Albergue
(álbum)



El diputado federal Francisco Torres Rivas visitó el albergue y recorrió sus instalaciones, donde observó las numerosas necesidades que enfrentan.

“Panchito” Torres, acompañado por un grupo de colaboradores, llevó ayuda en especie a los niños de CRIA y tomó nota del estado de sus instalaciones, para gestionar apoyos en el futuro.

Recordó que una forma de vivir la Semana Santa es sentir y practicar el amor por los demás, “reviviendo la entrega de Jesús por amor a nosotros”, como una forma de honrar la Pasión y Muerte de Cristo.

En nueve años de trabajo, CRIA ha atendido a alrededor de mil jóvenes de la Península.

Cuenta con una Casa Hogar, en donde viven menores que carecen de padres o familiares adultos, y también con un internado para niños que necesiten ayuda profesional para terminar sus estudios, restaurar relaciones familiares o resolver problemas de carácter (esto último, con previo acuerdo y firma de la carta de consentimiento de su tutor).

CRIA-Hogar se sostiene de donaciones de la sociedad civil y se localiza a un costado del Seminario Menor, junto al Periférico de Mérida, pocos metros antes de llegar al paso elevado de la salida a Motul en dirección al norte.

Entre los benefactores se encuentran empresas, universidades e instituciones privadas, por ejemplo.

Si alguien se interesa en ayudar, lo ideal es que se ponga en contacto a los teléfonos 943-78-42 ó 9999-00-7591 para enterarse de las necesidades actuales de los jóvenes y de los proyectos futuros, señala el director.

Para quienes deseen ayudar y conocer sus instalaciones ubicadas en Chichí Suárez, detrás de una fábrica de miel y enfrente de una sala de fiestas, pueden hacer una cita previa, aconseja.

También tienen una página de Facebook, donde promueven constantes actividades de apoyo, colaboración mediante voluntariado y de recaudación de fondos.