sábado, 27 de febrero de 2016

febrero 27, 2016
BERLÍN, Alemania, 27 de febrero.- La fortuna millonaria que el Sha Mohammad Reza Pahlavi donó a la emperatriz Soraya Esfandiary Bakhtiari, a la que repudió por no haberle podido dar descendencia, ya tiene dueño. Se trata del chófer y secretario privado de Bijan, el hermano menor de la princesa, fallecido en 2001

Quince años después de la muerte de "la princesa de los ojos tristes", la Audiencia Territorial de Colonia, ciudad donde vivía y murió Bijan, ha dado este martes el caso por resuelto, dando validez testamentaria a una anotación que éste hizo en su agenda. En ella expresa su voluntad de nombrar beneficiario de todos sus bienes a su chófer y secretario privado, Hassan F.

Foto de la boda del Sha de Irán con Soraya, en febrero de 1951. (Getty Images)

Soraya fue encontrada muerta en su apartamento de París a los 69 años en octubre de 2001. Su hermano Bijan estaba llamado a heredarla pero, golpes del destino, murió una semana después que su hermana, sin descendencia directa y sin testamento, lo que abrió una lucha por la herencia con argumentos para una novela. Más de 50 personas respondieron a la llamada del Gobierno alemán y reclamaron parte de la herencia, valorada entonces en 50 millones de euros. A esa cantidad se suman los 10 millones de euros que, procedentes de la indemnización que le pagó el Sha en el divorcio en 1958, se descubrió años después que seguían en la Fundación Zuccarello (azucarillo en italiano), que fundó Soraya en Liechtenstein.

Hasta una exhumación

Entre los casos más llamativos de las reclamaciones procesadas destaca la de un individuo de la localidad de Siegburg, próxima a Colonia, quien dijo ser hijo natural de Bijan. El juez tuvo que ordenar la exhumación de sus restos para proceder a prueba de ADN que sirvió para desenmascarar al otro farsante. El Estado alemán terminó siendo de facto el "administrador" único de los hermanos Esfandiary y como tal acordó que esa fortuna sin dueño se destinaría a la mejora de la infraestructura y servicios públicos de la zona de la ciudad de Colonia, donde vivió y murió el hermano de la princesa.

La situación ha cambiado y el Estado deberá transferir a Hassan lo que resta del legado de la princesa Soraya. No se sabe a cuánto asciende, pero si que entre esos bienes ya no está el Rolls-Royce Silver Spur de 1985 que el Sha le regaló, ni su famosa capa de visón blanco, ni su anillo de compromiso, una alianza de platino con un diamante de 23,37 quilates o su espectacular collar de zafiros diseñado por el italiano Bulgari y valorado en casi tres millones de euros.

Todo eso y mucho más, lo vendió en 2012 la casa de subastas francesa Drout-Montaigne en la puja pública que la princesa pidió en su testamento que se organizara tras su muerte en favor de obras benéficas y de protección de los animales que ella designó. (Carmen Valero / El Mundo)