sábado, 13 de febrero de 2016

febrero 13, 2016
MÚNICH, Alemania, 13 de febrero.- "Occidente y Rusia se encuentran enzarzados en una nueva Guerra Fría", afirmó hoy  el primer ministro de Rusia, Dimitri Medvedev, días después de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) acordara reforzar su presencia a lo largo de su frontera con Rusia. "Hemos ido cuesta abajo hacia los tiempos de una nueva Guerra Fría", dijo el jefe de Gobierno ruso, según la traducción simultánea de sus palabras durante un coloquio celebrado en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich.

Medvédev llegó a la Conferencia de Seguridad con un mensaje de dureza. Quería reivindicar a su país como potencia de primer orden imprescindible para resolver un buen número de conflictos. Nada más comenzar su discurso mencionó la conversación que había mantenido con el presidente Vladímir Putin justo antes de viajar a Múnich. Dejaba así claro que sus palabras venían dictadas directamente por el verdadero hombre fuerte del régimen. (Reuters)

"La política de la OTAN sigue siendo hostil y cerrada hacia Rusia. Se puede decir en términos más duros: en realidad hemos caído en una nueva Guerra Fría", destacó Medvedev, quien acudió a la cita anual de defensa y seguridad en lugar del presidente ruso, Vladimir Putin. "Casi a diario se nos declara la mayor amenaza para la OTAN en su conjunto, o por separado para Europa o para Estados Unidos u otros países. Pero las verdaderas amenazas que existen en nuestro pequeño mundo, y espero que entiendan esto, consisten en algo bastante diferente", señaló.

"Un enemigo común"

Medvedev niega ataques a civiles en Siria. Las palabras de Medvedev se sucedieron a la intervención del primer ministro francés, Manuel Valls, en la que exigió el fin de los bombardeos sobre civiles en Siria. Medvedev respondió que no hay ninguna evidencia de que sean ciertas esas acusaciones. La postura oficial de Rusia en este asunto es que sus aviones están bombardeando exclusivamente posiciones terroristas, algo que niegan los países occidentales, al asegurar que Moscú ataca a los rebeldes que la coalición liderada por EEUU está apoyando.

A juicio del primer ministro ruso, en la crisis siria "no hay alternativa" al diálogo internacional, porque lo esencial es preservar "la unidad" del país y "evitar una nueva Libia o un nuevo Afganistán", algo que sería "catastrófico". Es "vital" estar de acuerdo en las "cuestiones principales" en torno a la crisis porque Siria puede desintegrarse ante el avance yihadista, lo que convertiría el conflicto en una "guerra permanente". "Tenemos un enemigo común y esa debería ser nuestra asunción básica", afirmó. (Deutsche Welle / El País)