miércoles, 17 de febrero de 2016

febrero 17, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

“Es una pesadilla”. Así respondieron los oficiales de inteligencia del gobierno de Estados Unidos cuando desde la Secretaría de Gobernación mexicana les pidieron consejo sobre cómo cuidaron al papa cuando los visitó el año pasado.

Bajaron la cabeza moviéndola como en negación, se frotaron la frente y repitieron: “una pesadilla”.

Según fuentes de primer nivel del gobierno federal de México, durante la planeación de los operativos de seguridad del Papa trataron de recoger experiencias de otros países visitados por un pontífice que se ha hecho famoso y popular por romper los protocolos.

El Papa en la cárcel de Ciudad Juárez.

Platicaron no sólo con los vecinos del norte, sino con quienes lo cuidaron en Brasil, en 2013, y en Cuba, en 2015. Y todos coincidieron en que Francisco les había quitado el sueño.

Los cubanos fueron más allá: compartieron que habían detectado un patrón de conducta en el Papa: si durante sus recorridos detectaba que el gobierno local le trataba de cerrar algo con policías o militares, le entraba la desconfianza (qué le estarían ocultando) y justo ahí rompía el protocolo.

A los mexicanos les cayó ese veinte: tanto habían intentado disuadir al Vaticano de que el Papa visitara Chiapas que terminó yendo a San Cristóbal de las Casas y hasta a orar ante la tumba del obispo Samuel Ruiz García.

El primer círculo de seguridad del Papa está a cargo del Estado Vaticano. Lo demás queda bajo responsabilidad del país sede.

Las mismas fuentes me confían que el gobierno de México, sabedor de que pesa sobre el Papa Francisco una amenaza de muerte de los terroristas de ISIS, encendió las alertas.

En los días previos a la visita que concluye hoy, fueron detectadas tres amenazas a través de redes sociales.

El gabinete de Seguridad procedió a la localización e identificación de quienes las generaron, a través de la Policía Cibernética de la Comisión Nacional de Seguridad y el Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen).

Las tres amenazas mexicanas contra el Papa  fueron catalogadas así: un hombre aparentemente dañado de sus facultades mentales, un grupo de anarquistas y un escaso número de usuarios de redes sociales que se oponen a la visita.

Con estos perfiles en la mano, descartaron que pudieran representar un verdadero peligro pues no se les atribuyó capacidad de acción ni real intención.

Cuentan las horas, los minutos, para que termine la visita sin ningún sobresalto… de pesadilla.

SACIAMORBOS

En Michoacán, como lo suelen hacer los más altos jerarcas de la Iglesia, el Papa Francisco “tiró línea”: su candidato para la renovación de la Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano es el cardenal de Morelia Alberto Suárez Inda. Dos señales: el trato en el papamóvil (risas, plática divertida, palmaditas, en contraste con el frío estatuario de otros recorridos, como cuando el que lo acompañaba era el cardenal Norberto Rivera) y el discurso donde lo puso a la vera de Vasco de Quiroga.