viernes, 26 de febrero de 2016

febrero 26, 2016
ESTAMBUL, Turquía, 26 de febrero.- Docenas de bombas cayeron ayer sobre Siria poco antes de la medianoche local, hora de inicio del "cese de las hostilidades" patrocinado por rusos y estadounidenses. Numerosos civiles murieron en los ataques, concentrados en puntos de Damasco, Homs y Alepo donde el auto denominado Estado Islámico (EL, IS, ISIS o Daesh) apenas está. A partir de hoy los bombardeos deben ceñirse al Estado Islámico y al Frente Nusra, designados "grupos terroristas" por los promotores del pacto.

"Los bombardeos rusos se han incrementado justo hoy [por ayer]. Han golpeado al oeste de Alepo, en concreto la villa de Dara Aza y alrededores", explicó a EL MUNDO desde la ciudad de Alepo, vía Skype, un activista llamado Salah Ashkar. "Según el Centro de Prensa local hay 14 civiles muertos y muchos heridos, la mayoría en el área rural", añadió. El Observatorio Sirio para los DDHH señaló que, en Duma, al noroeste de Alepo, 40 bombas mataron a ocho personas, entre ellas cuatro niños.


"Los ataques aéreos se han intensificado después de que las facciones revolucionarias comunicaran su conformidad con el cese al fuego", declaró a la agencia Associated Press, desde Damasco, el activista Mazen Shami. Este castigo se produjo mientras la oposición exiliada, bajo el paraguas del Alto Comité de Negociaciones (HNC, en sus siglas en inglés), detalló que 97 facciones armadas habían aceptado el alto el fuego. El HNC anunció la formación de un comité militar para seguir los próximos acontecimientos.

El Kremlin no se pronunció ayer sobre los ataques sobre civiles, pero el día anterior había rechazado cualquier responsabilidad de la Fuerza Aérea Rusa. El Ministerio del Interior de Rusia dijo, el pasado diciembre, que hay cerca de 2.000 militares implicados en actividades contra el IS. Por su parte, la agencia gubernamental siria SANA informó de que dos periodistas de un canal nacional resultaron heridos por un ataque de militantes alzados en el distrito damasceno de Daraya.

El cese de las armas que hoy entra en vigor es el mayor esfuerzo en casi cinco años de guerra para acabar con la sangría en Siria, donde ya han muerto más de 131.000 personas. La intervención rusa a finales de setiembre de 2015, combinado con el apoyo de la infantería del partido libanés Hizbulá y milicias enviadas por Irán, logró cortar tres semanas una crucial vía de suministros desde Turquía a las zonas opositoras de Alepo, en el sector oeste de la urbe.

Este escenario ha enturbiado a la oposición, una amalgama de brigadas con una minoría de fuerzas no islamistas, bloques de corte ultraconservador y un grupo abiertamente pro Al Qaeda, el Frente Nusra. Ayer su líder, Abu Mohammed al Golani, emitió un mensaje de audio en el que llamó a la insurgencia a "fortalecer vuestra resolución e intensificar vuestros ataques, y no dejar que sus aviones y grandes [tropas] os amedrenten".

Damasco y Rusia ya han advertido que ni IS ni Frente Nusra, así como "otros grupos terroristas designados por la ONU" van a dejar de ser objeto de sus ataques durante el alto al fuego, y que responderán a agresiones. Eso conlleva un problema operativo ya que, sobre el terreno, es común que las posiciones del Frente Nusra y otros grupos alzados sometidos al cese de hostilidades estén cercanas, si no son compartidas. Salah Ashkar teme que, con esa excusa, sigan los ataques a civiles.

"Para Rusia, la presencia de Al Qaeda siempre ha sido una justificación para que su aviación bombardee a civiles. Por ejemplo, no hay presencia de Daesh en Alepo ciudad, pero eso no ha evitado los continuos ataques aéreos", lamenta el activista Ashkar. Este contexto provoca que las expectativas sobre la efectividad del alto el fuego, pese a los mensajes positivos de la ONU y las estructuras de blindaje del pacto creadas por sus principales impulsores, sean más bien bajas.

El HNC advirtió ayer que "el régimen y sus aliados no deberían explotar [la tregua] y continuar con sus hostilidades contra las facciones opositoras bajo el pretexto de combatir el terrorismo". El presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció anteayer que espera que los ataques sigan contra el Frente Nusra y el IS, principal objetivo de la coalición internacional que encabeza. "El mundo va a estar mirando", enfatizó Obama, y matizó: "Nadie aquí se hace ilusiones".

Para Obama, "la única manera de lidiar con el IS, de forma que puedan ser derrotados al final, es acabando con el caos de la guerra civil que ha engullido Siria". En esta línea, Moscú y Washington acordaron recientemente el cese de las armas general y la entrada de ayuda humanitaria a zonas asediadas, que debe complementarse, en los próximos meses, con un diálogo directo entre Gobierno y oposición y la convocatoria de elecciones.

En víspera del cese de hostilidades, SANA informó de que las fuerzas pro gubernamentales habían asegurado la vía que conecta Alepo con el oeste de Siria. A principios de esta semana el Estado Islámico había logrado ocupar la localidad de Khanaser y cortar la carretera. En el noreste, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), integradas mayormente por milicias kurdas, arrebataron el pueblo de Shaddadde a los yihadistas del IS. (Lluís Miquel Hurtado / El Mundo)