lunes, 29 de febrero de 2016

febrero 29, 2016
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de febrero.- En todo el mundo, las empresas petroleras han hecho ajustes a su operación para enfrentar la caída en los precios del petróleo. Pemex no es la excepción. La Ley de Ingresos para 2016 contemplaba un precio por barril de petróleo de 50 dólares y, en la actualidad, el precio promedio esperado para este año es de 25 dólares por barril.

Esta disminución en el precio del crudo le plantea serios problemas de liquidez a Petróleos Mexicanos que demandan un ajuste en los ingresos de 100 mil millones de pesos para cumplir con la meta financiera.


Para hacer frente la situación, se diseñó un programa de ajuste que tuviera como prioridad no afectar la viabilidad de la empresa en el largo plazo, con los siguientes criterios: preservar la seguridad del personal y mantener la integridad de las instalaciones de la empresa; utilizar al máximo los nuevos instrumentos y figuras que permite la Reforma Energética para atraer inversiones; hacer frente a los compromisos laborales y financieros de la empresa; y mantener, en la medida de lo posible, la plataforma de producción de hidrocarburos de este año, estabilizando los niveles de producción en el mediano y largo plazo.

Las tres principales líneas de ajuste en el corporativo y en todas las empresas subsidiarias de Petróleos Mexicanos, de acuerdo con el plan aprobado por el Consejo de Administración el pasado 26 de febrero, son:

--Generar eficiencias y reducir costos para incrementar la productividad en la operación y promover un uso racional de los recursos por un total estimado de 29 mil millones de pesos.

--Diferir y replantear inversiones comprometiendo lo menos posible la producción futura en función de su rentabilidad y disponibilidad de recursos por aproximadamente 65 mil millones de pesos.

--Ajustar el gasto de operación e inversión a la caída de 25 dólares en el precio promedio del barril de crudo, a fin de canalizar los recursos hacia proyectos rentables con los precios actuales. Este ajuste representa aproximadamente 6.2 mil millones de pesos y siguió dos criterios: que las inversiones diferidas no fueran rentables a los precios actuales del petróleo y que no afectaran proyectos que ya estuvieran produciendo en 2016.

Este ajuste por 100 mil millones de pesos le permitirá a Pemex consolidarse como Empresa Productiva del Estado, aprovechando al máximo los nuevos mecanismos creados por la Reforma Energética para establecer alianzas estratégicas con otras empresas. Estos mecanismos dotan a Pemex de una gran flexibilidad para determinar las mejores condiciones de alianza en función de los dos mandatos establecidos en la ley e instruidos por el Presidente: generar utilidad a la empresa y valor al país.

Entre otras, estas nuevas herramientas contemplan la monetización de activos, la Fibra E y las asociaciones para compartir riesgo. Estas figuras le permitirán a Pemex tener recursos adicionales para invertir en áreas de exploración y producción que no resultan rentables a los precios actuales del petróleo, como aquellas que se realizan en aguas profundas.

El plan de ajuste permitirá también buscar, junto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, nuevos esquemas para una posible capitalización.

Adicionalmente, al término del 2015, la empresa enfrentaba un pasivo con proveedores de 147 mil millones de pesos. Para hacerle frente, se continuará buscando esquemas que le permitan a la empresa atender estos compromisos.

Pemex tiene un problema de liquidez y no de solvencia. Este ajuste no debilita a la empresa, fortalece sus perspectivas de largo plazo. Las medidas que serán implementadas en los próximos meses le permitirán a Pemex superar la difícil coyuntura actual para consolidarse a futuro como una verdadera Empresa Productiva del Estado y continuar siendo, como lo ha sido por casi 80 años, la empresa emblemática de México.  (Boletín de Pemex)(Ver también El Financiero y sus gráficas / La Información / El Universal / Milenio)