lunes, 1 de febrero de 2016

febrero 01, 2016
Juan Acuesta Rodríguez

Por años los vecinos de Cordemex han pedido que las autoridades intervengan en la zona para solucionar sus numerosas carencias.

Adrián Gorocica, uno de los principales azuzadores en el caso Cordemex, tiene un largo historial como alborotador partidista cercano tanto a gente del PRD y Morena como del PRI.

Avenidas demasiado angostas, baldíos que se han vuelto foco de infecciones, falta de áreas verdes y parques en buenas condiciones son algunos de los problemas que aquejan a la zona.

Cuando la Comuna por fin pone en marcha un proyecto para el rumbo, un puñado de personas que ni siquiera viven sobre las calles que van a ser ampliadas y gente de otros rumbos salen a decir no, y ni siquiera ellos tienen claro el porqué.

Al principio pintaron caritas tristes en los árboles que serán trasplantados para ampliar las calles de la zona y promovieron viralmente en las redes sociales la mentira de que todos iban a ser talados, manipulando dolosamente a la opinión pública con falsedades.

Cuando la Comuna finalmente anunció que los árboles serían trasplantados a Animaya, los referidos comenzaron a decir que "todos morirían" teniendo como única base una foto de un árbol que fuera movido de Prolongación Montejo al zoológico cuando se hizo el Paso Deprimido, hace ya cuatro años y medio y por otra adminitración municipal. No toman en cuenta precedentes nacionales e internacionales, ni siquiera el más reciente del nuevo Centro de Convenciones donde todos los árboles sobrevivieron a la operación, porque serían contrarios a su narrativa.

Aún suponiendo que los 53 árboles que van a ser trasplantados murieran, todos absolutamente sin quedar ni uno solo, el Ayuntamiento plantará más de 200 ejemplares endémicos en la zona por lo cual, aun en el peor de los casos, los vecinos saldrían ganando.

Desinformación promovida en las redes sociales advirtiendo sobre una presunta "tala" de varios árboles en Cordemex, misma que ha sido desmentida por la Comuna.

La contrapropuesta, presentada por una asociación de personas que ni siquiera viven en Cordemex, consiste en dejar el cuerpo norte de la avenida y su actual camellón como una calle lateral de barrio, tal como la que tiene la calle 60 norte entre el Tecnológico y el INAH, y crear la nueva avenida en el espacio restante.

El gran problema con esta propuesta es que la calle mixta-peatonal tendría un ancho de 8.6 metros y los particulares que donaron parte de sus terrenos para hacer la nueva vía dieron 10. Esto significa que la nueva calle sería solamente 1.4 metros más ancha que la actual y, ya que el fin de la obra es dotar al rumbo de avenidas más amplias, sería ocioso hacer una obra de tales características.

Insaciables afanes protagónicos, un enfermizo deseo de figurar y ver su foto en el periódico, intereses partidistas e inclusive candidaturas con miras al 2018 son los motores de quienes buscan sabotear un proyecto que los mismos vecinos han solicitado a gritos por décadas.

La provocación, la manipulación y la mentira son las armas que los eternos inconformes, aquellos que viven alborotando y usando a la gente para sus fines personales, emplean para promover su propia imagen y saciar su patológica sed de ser protagonistas.

Cuando los alborotadores - a quienes jamás se les ha visto regando un árbol en la zona- vean que el caso de Cordemex ya no es capitalizable políticamente, abandonarán a los vecinos y pasarán al siguiente tema. No olviden que el 2018 está cada día más y más cerca.

Es cuanto.