sábado, 6 de febrero de 2016

febrero 06, 2016
Pedro Echeverría V.

1. Millones de personas pobres viven esperanzadas en que les reciban su carta o se puedan acercar para ver pasar al Papa; ello puede ayudar a “prolongar” la vida de la gente que posee mucha fe  en su religión y enormes  esperanzas en sus representantes.  Por ello dicen que las esperanzas son las últimas en morir. En cada visita papal –desde la primera que hizo el Papa Wojtyla a México en 1978 cuando gobernaba López Portillo y México aún nadaba en petróleo- varios millones de personas, 90 por ciento pobre- buscaba al Papa (como si fuera dios) para que le solucione cada uno de sus problemas. ¿Por qué los altos sectores medios y la clase rica cuando acude al Papa no lo hace con la misma devoción que los millones de pobres destinan?

2. La religiones, sean católica, judía, musulmana o budista, nacieron del corazón, la emoción, el sentimiento de la gente y así se expresan los que son fieles a su dios o religión. Cada una de las religiones posee experiencias de alrededor de 2 mil años y se han conservado con poco más o poco menos  seguidores durante todos esos siglos. ¿Por qué los sistemas socioeconómicos cambian (comunidad primitiva, esclavitud, modo asiático, modo germánico, feudalismo, capitalismo privado, capitalismo de estado y la religiones sólo se acomodan a esas transformaciones?  ¿Será que esos cambios sólo se han registrado en la superestructura -arribita de la base- cuando las religiones se mueven más abajo, en la estructura?

3. En alguno de sus libros Octavio Paz hablando de la resistencia, explicaba cómo los conquistadores europeos y el mismo capitalismo había luchado durante más de 500 años para someter a los pueblos pobres a su cultura y costumbres; sin embargo la resistencia de los pueblos ha sido más grande y más fuerte para conservar  sus religiones y costumbres. ¿Puede olvidarse que cuando los españoles avanzaron con la cruz y la espada para imponer con la fuerza su religión y nuestro pueblo corrió a esconder a sus dioses tradicionales a los que siguió adorando durante más de un siglo? Esa resistencia, ahora contra el capitalismo brutal, racista y desigual, es quizá la explicación de que la gente siga con pasión, fe y esperanza al Papa.

4. ¿Por qué los pueblos católicos se entregan con enorme fe en las visitas papales? Probablemente porque los sistemas socioeconómicos sólo han servido al 10 por ciento de personas de alto nivel económico otorgándoles buena vida y privilegios: mientras el otro 90 por ciento ha vivido en el abandono dejándole como única opción la de hacer revivir sus creencias como su única tabla de salvación. El capitalismo extendió el pensamiento racional desde el siglo 17 pero sólo penetró en las capas altas de la sociedad provocando la resistencia de los pueblos que siempre han buscado algún lugar para asirse que les de seguridad y esperanzas. Por ello, por encima de la intensa y formidable propaganda de todos los medios de información, está la fe.

5. ¿Es que acaso las soluciones papales tienen que ser objetivas y concretas como quisieran ver los racionales? Al parecer a  los católicos les bastan las bendiciones y los rezos para sentir que sus problemas se van solucionando de uno en uno o de manera global. ¿Qué pasaría si el Papa recibe a los padres de los 43 desaparecidos? Los católicos esperarían un milagro papal; pero en lo que más esperanza tienen los padres es que el Papa recomiende al gobierno que  se solucionen esos problemas y muchos más que están pendientes. No puede ser de otra manera, aunque los tengan escondidos porque ello podría ser el derrumbe del gobierno. El Papa no puede obligar a nadie ni siquiera exigir justicia, sino solo hacer una recomendación, dar bendiciones y rezar.

6 Es lo que muchos “racionales” no podemos entender sobre el entusiasmo y la entrega de los fieles en las visitas papales. Los católicos rezan, piden, suplican, ruegan, para que sus problemas se acaben o por lo menos aminoren y sienten que con esos ruegos obtienen mucho; pero si esos rezos fueran del Papa, el máximo representante de dios en la tierra, las soluciones serían más rápidas y se ahorrarían mayores sufrimientos; por ello las miles de cartas que día tras día recibe. La frase de Marx en el sentido de que “la religión es el opio del pueblo” no fue ni burlesca ni grandilocuente;  sólo un comentario secundario para explicar que mientras el pueblo no tenga donde asirse ante el mundo que lo agrede y oprime, la religión es un sentimiento que lo salva.

7. En un folleto que escribí en 1992 (hace 23 años) antes de la visita del Papa a Yucatán, asenté: “El autor de este pequeño texto histórico  dice no ser religioso, pero no sabe. Tiene un profundo respeto por los religiosos; piensa que cada quien puede creer en lo que quiera y se ríe de los que se dicen jacobinos o ateos porque pueden ser religiosos al revés; pero combate la enajenación, la sumisión y la mediatización”. Nunca he sido entusiasta en dar bienvenidas, pero si el Papa viene está bien nada más; tampoco le gritaría “Go home” como lo hacía o haría contra los guerreristas y asesinos gobiernos y magnates de EEUU y otros lugares. Pienso que este Papa no es tan funesto como Juan Pablo II; pero hay que esperar un poco para ver si no es más de lo mismo. (6/II/16)