sábado, 9 de enero de 2016

enero 09, 2016
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de enero.- Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante más famoso que ha conocido México, sabía que su historia valía oro para Hollywood.

Y esto, en parte, lo llevó a la ruina. Un hombre con escasa educación formal, hijo de un campesino que logró convertirse en un poderoso narcotraficante, se casó con una reina de belleza y ejecutó dos escapes dignos de Houdini, El Chapo quería producir su película biográfica.

Tras su escape de una prisión de máxima seguridad, en julio pasado, el narcotraficante dio órdenes de que sus representantes se acercaran a actrices y productores. Pero su proyecto de una película que contara su historia de la pobreza a la fortuna, pronto se convirtió en un fracaso. El gobierno mexicano usó las reuniones entre los trabajadores del Chapo y la industria fílmica para abrir una nueva línea de investigación, según aseguró la procuradora general de México, Arely Gómez González, que hizo un anuncio sobre su arresto la noche del viernes.


El gobierno mexicano ha hablado muy poco sobre si Guzmán será enviado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por asesinato y tráfico de drogas. El narcotraficante se ha escapado en dos ocasiones de la justicia mexicana, lo que provocó una profunda vergüenza en el país. Esto ha despertado un debate entre los que están de acuerdo con que se le extradite rápido a Estados Unidos y los que sostienen que debe enfrentar los procedimientos comunes.

Por ahora el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto no disimula su euforia. Poco después de que un miembro del gabinete anunció la noticia en una reunión con el personal diplomático de México, la multitud se puso de pie y cantó el himno nacional.

La caza de Guzmán terminó la madrugada del viernes, cuando miembros de la Marina mexicana irrumpieron en un complejo en Los Mochis donde se había escondido con otras personas. Durante el tiroteo, que duró más de una hora, el narcotraficante consiguió escaparse con uno de sus principales colaboradores en medio de la lluvia de balas, cosa que las autoridades ya habían previsto.

Los hombres salieron por un túnel y robaron un automóvil. Pero las autoridades los persiguieron hasta detenerlos en la carretera entre Los Mochis y Navojoa. Guzmán fue trasladado a la Ciudad de México y la noche del viernes fue exhibido frente a las cámaras con unos pantalones deportivos azules y su característico bigote, y enviado a la misma prisión de donde se escapó en julio, el centro penitenciario de alta seguridad de El Altiplano.

La fuga contribuyó a la reputación de escapista de Guzmán. El tema dominó los titulares en México por semanas y la sociedad mexicana quedó sorprendida, tanto por las habilidades del capo como por la ineptitud de su gobierno.

Guzmán, quien tiene una fortuna de más de mil millones de dólares y lidera el cártel más poderoso de México, es el fugitivo con más recursos financieros de la historia. Pocos creyeron que el gobierno mexicano sería capaz de atraparlo de nuevo.

Pero el gobierno se comprometió en lo que puede haber sido la búsqueda más grande de su historia. Los investigadores se concentraron en las montañas del noroeste de México, un área llamada el Triángulo Dorado, en los límites entre los estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Consiguieron detectar la estructura logística del narcotraficante que incluye aviones, carreteras y muchos vehículos.

Por meses, el círculo alrededor de Guzmán se fue reduciendo, afirmó Gómez.

La búsqueda que comenzó con la investigación sobre su escape, llevó a la detención de los constructores del túnel por el que se fugó y los que lo trasladaron a un escondite en las montañas al noroeste de México. Las autoridades consiguieron hallarlo en un rancho en el remoto municipio de Pueblo Nuevo, en Durango.

En octubre pasado estaban listos para actuar. Fuerzas especiales a bordo de un helicóptero consiguieron verlo pero no dispararon porque Guzmán iba acompañado por dos mujeres y una niña.

En la huida, Guzmán resbaló y se hirió en la cara y una pierna, según dijeron las autoridades mexicanas en su momento. Durante su fuga, las fuerzas de seguridad consiguieron capturar a siete de sus hombres y estos arrestos alimentaron la información de los servicios de inteligencia para descifrar sus movimientos.

Guzmán se retiró a las montañas, redujo su guardia y limitó sus comunicaciones, según afirmó Gómez. Pero para entonces, la inteligencia mexicana ya estaba tras sus pasos, alertados por las personas que había contactado para producir su película.

A fines de diciembre las autoridades supieron que Guzmán viajaría a una ciudad. El gobierno mexicano comenzó a vigilar a uno de los principales arquitectos de los túneles del narcotraficante, que estaba construyendo casas en los estados de Sonora y Sinaloa para cuando su jefe llegase.

Entre las casas vigiladas estaba la de Los Mochis, una ciudad de 250.000 habitantes cercana a la costa de Sinaloa, conocida porque ahí han nacido varios de los boxeadores más famosos de México. Tras un mes de vigilancia, el miércoles, las autoridades notaron movimientos inusuales en la propiedad. Al amanecer del jueves apareció un vehículo. Según su información, las autoridades supieron que Guzmán iba adentro.

En la madrugada del viernes, fuerzas federales comenzaron un operativo en la casa. Les respondieron con tiros de armas de alto alcance. Guzmán, por su parte, volvió a su vieja costumbre: huyó.

Horas más tarde, el presidente de México, a través de su cuenta de Twitter, anunció la noticia de su captura.(The New York Times)