viernes, 29 de enero de 2016

enero 29, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 29 de enero de 2016.- La noble iniciativa que comenzó en una ciudad de Irán ya llegó a Mérida, aunque aquí no es muro, sino reja de la bondad, y nos enteramos en el facebook de Top Yucatán, en foto tomada por Emmanuel Chulin en el atrio de la iglesia de San Cristóbal. Añadimos la nota de Zahida Membrado (El Mundo) sobre esta iniciativa altruista y enlazamos a una galería de 22 fotos de los muros de la generosidad en Irán.


Escribe Zahida Nenbrado desde Teherán el 27 de diciembre de 2015: El pasado 21 de diciembre los iraníes celebraron la festividad de Yalda, la noche más larga del año persa que da lugar al inicio del solsticio de invierno. Hace semanas que las noches son muy frías en Irán y, en muchas ciudades, la temperatura alcanza valores negativos en casi todas las horas del día. Si en la República Islámica existiera la Navidad, los niños levantarían auténticos muñecos de nieve en las calles, en lugar de andar jugando en manga corta.


Pero la crudeza del invierno dificulta la vida de los que no tienen qué ponerse para protegerse del frío. Décadas de sanciones, unos servicios sociales precarios y políticas públicas insuficientes han dejado a miles de iraníes en situación de extrema vulnerabilidad. Con esta realidad como telón de fondo, hace unas semanas, una pared del centro de la ciudad de Mashhad amaneció con varias prendas de ropa colgando. Pantalones, camisas y abrigos sostenidos por perchas y ganchos sobre un muro coloreado con un armario o una casa dibujados. No era un mercadillo 'vintage'. Es la iniciativa altruista que en menos de un mes se ha extendido por todo el país y convertido en viral en las redes sociales. Bautizada como 'Las paredes de la bondad' ( #WallOfKindness, por su expresión en inglés utilizada en Twitter), se trata de un proyecto impulsado de forma espontánea por ciudadanos anónimos que han decidido convertir las paredes de su ciudad en baluartes de la solidaridad. Así, en pocos días, las urbes de Shiraz, Qazvin y Teherán, la capital, albergan paredes que cada día se llenan de ropa colgando.

Al lado, el siguiente mensaje: 'Si no lo necesitas, déjalo. Si lo necesitas, cógelo'. De este modo, se anima la gente sin recursos a coger sin ningún tipo de reparo ni vergüenza la ropa que precisen. No ha hecho falta que ninguna ONG publicara un anuncio en una parada de autobús para que muchos iraníes hayan decidido colaborar con el proyecto, sacando a la calle las prendas que no necesitan y llevándolas hasta las 'paredes de las bondad' para que otros las cojan. El Islam promueve la ayuda al próximo. Pero esta iniciativa parece que nada tiene que ver con la religión. Más bien es el resultado del talante generoso de una sociedad acostumbrada a tejer redes sociales reales (no virtuales) de ayuda entre vecinos y comunidades para subsanar las carencias de los más necesitados.

En todo el país existen numerosas organizaciones de caridad que recogen a través de buzones donativos para los pobres. Algunos critican estas plataformas y apuntan a la incompetencia de las autoridades en un país con inmensas reservas naturales de gas y de petróleo. Con estos recursos, apuntan, es inaceptable que haya tanta gente pasando dificultades. El anterior presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadinejad, promovió una política de subsidios con la que cosechó millones de votos, pero bloqueó la iniciativa privada, vació las arcas públicas, corrompió la administración y situó la inflación en parámetros de dos cifras. Con la entrada en la presidencia del moderado Hasan Rohani, su gabinete ha logrado rebajar los precios de los productos más básicos, pero las finanzas del país siguen estancadas. En Tabriz, una ciudad al norte de Irán, una organización local proporciona cada mes asistencia médica, comida y ropa a 350.000 personas.

Junto a la iniciativa de 'Las paredes de la bondad', está naciendo otro proyecto similar conocido como 'Acabar con la falta de vivienda', consistente en colocar refrigeradores en la vía pública conectados a la corriente mediante generadores, para que los viandantes los llenen de comida. Teherán y otras ciudades del norte del país ya cuentan con sus neveras públicas para que quienes menos tengan se lleven algo al estómago.