domingo, 3 de enero de 2016

enero 03, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 3 de enero de 2016.-  El pasado 11 de diciembre, en el marco del Segundo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo, los investigadores Rafael Burgos Villanueva y Yoly Palomo Carrillo impartieron en el Centro INAH la conferencia “La ciudadela de San Benito y TH'ó: nuevos datos para su reinterpretación”.

Foto: Mérida Yucatán de antaño.

Los ponentes centraron sus respectivas intervenciones en el predio 521G y las transformaciones que ha sufrido a lo largo del tiempo hasta convertirse en los mercados Lucas de Gálvez, San Benito y demás construcciones que definen esta parte de la ciudad como un área de intensa actividad comercial.

Se abundó respecto a las exploraciones arqueológicas en el perímetro donde se localizaba anteriormente el Convento de San Francisco y, posteriormente, la Ciudadela de San Benito. Antes de la Colonia, allí se encontraba una de las principales estructuras prehispánicas que conformaban el núcleo de la antigua urbe maya de Tho.

En su turno, Rafael Burgos indicó que el derrumbe del predio 521G puso en manifiesto el peligro que se corre al realizar intervenciones o modificaciones en los edificios patrimoniales sin contar con el permiso y supervisión necesaria.

"Este hecho causó un gran impacto en la opinión pública y puso nuevamente a debate el tema de la conservación de los edificios en el Centro Histórico de la Ciudad de Mérida", señaló.

Sin embargo, éste dio la oportunidad de realizar sondeos estatigráficos que permitieran determinar si aún existen vestigios materiales y arquitectónicos.

El rescate arqueológico comenzó una vez que finalizó la demolición y limpieza del predio. Se pudo observar que varias piedras que formaban parte de la mampostería del edificio eran labradas, posiblemente prehispánicas y de la escultura maya monumental que según las fuentes coloniales se encontraba en las inmediaciones.

Se localizaron 3 muros de mampostería del período colonial, orientados de norte a sur y constituidos por piedras careadas, labradas y cuñas. Los muros oestes y central atraviesan todo el periférico debajo de la superficie actual del terreno, por lo que se desconoce su longitud total.

El predio, indicó, estaba dividido en 3 secciones longitudinales. Su origen se remonta a un decreto del 1 de agosto de 1880, que buscaba reforzar el proyecto de bazar mercado ya que, hasta 1889, sólo se habían completado las edificaciones de la cara norte.

Ya que no se concluyó el proyecto, con el tiempo terminó convirtiéndose en un predio comercial más y desde entonces su fachada ha sido alterada en casi todos los lotes en la planta baja, conservando sólo dos de las puertas del diseño original.

El convento de los Franciscanos, en el sitio donde actualmente se encuentra el mercado de San Benito.

En su turno, Yoly Palomo Carrillo indicó que el núcleo de la ciudad maya de T'ho es considerado un sitio de rango 1 como Chichén Itzá, Uxmal e Izamal, de importancia indiscutible en el norte de la Península.

Su desarrollo se originó en los períodos Preclásico Medio y Tardío, consolidándose en el Protoclásico y Clásico Temprano, según se ha podido observar en los análisis cerámicos.

Sobre la ciudadela de San Benito, señaló que en su primer plano, que fue encargado a Juan de Villajuana, data del Siglo XVIII. En éste, se aprecia su forma hexagonal, irregular, con 6 baluartes de bóvedas y muralla perimetral.

También hizo mención del Baluarte de Nuestra Señora del Carmen, sobre la actual calle 54, cerca de la esquina con la 65 y el de San Luis, sobre la 54 próximo al cruce con la 67.

En un plano de 1788, los espacios que rodean la ciudadela se encontraban mayormente deshabitados. La 65 bordeaba el norte de la ciudadela, cuyo espacio ancho fue aprovechado por Lucas de Gálvez para construir en 1789 el Paseo de la Alameda.

En otro de 1865, aunque se visualiza la ciudadela, ésta había sido reportada en ruinas años atrás.

En 1880 arranca el proyecto de David Casares del bazar mercado "Francisco de Montejo", en cuyo plano original se respetaba el templo de San Francisco y el Castillo, La Noria, así como los terrenos del ferrocarril Mérida-Peto que se establecieron en 1870 al oriente de la Ciudadela.

En un plano de 1899 se puede apreciar lo construido hasta la fecha del bazar mercado y lo proyectado, además de la estación de ferrocarril del sur (Mérida-Peto), la Escuela Correccional de Artes y Oficios, aparte de los vestigios del basamento de la Ciudadela.

El gobierno intentó, mediante diversos decretos, fomentar la reutilización del espacio, cediendo en 1888 los terrenos para la construcción de un teatro, jamás realizada, y en 1889 intentando reforzar la formación del bazar mercado.

En sus consideraciones finales, indicó que a pesar de la demolición sistemática de las edificaciones que conforman el Centro Histórico de Mérida, las excavaciones en las inmediaciones de la Ciudadela permiten la reinterpretación de la transformación de esta zona de la ciudad desde la época prehispánica hasta la actualidad, y apoyan la posibilidad de llevar a cabo intervenciones en otras áreas de los alrededores con viabilidad de poder obtener otros datos que permitan la reconstrucción integral de lo que fue la antigua T'ho.

El rescate, señaló, permitió recuperar tanto material cultural y reinterpretar los conocimientos que se tenían de esta área y sus alrededores con el respaldo de restos materiales.

"La intervención en el predio 521G constató que se debe tener en cuenta la intervención arqueológica sobre todo en el Centro Histórico de la ciudad de Mérida aunque para sus habitantes esto conlleve trámites tardados y a veces inútiles, pero cualquier dato que aporten las excavaciones en T'ho nos ayudará a reconformar el mosaico cultural que tuvo esta urbe maya de la misma grandeza de Chichén Itzá, Uxmal o Izamal", concluyó. (JMRM)