jueves, 21 de enero de 2016

enero 21, 2016
MOSCÚ / LONDRES, 21 de enero.- Moscú ha encajado ya el golpe de las explosivas conclusiones de la investigación del Reino Unido sobre la muerte del espía Alexander Litvinenko, según las cuales Vladimir Putin, "probablemente" aprobó el asesinato. La primera reacción oficial de Rusia ha llegado desde una fuente no identificada que ha dicho a la agencia RIA Novosti que "Moscú no aceptará el veredicto del tribunal británico", pues "Londres ha violado el principio de presunción de inocencia". La misma fuente ve "ilegítimo" que partes del juicio se mantuviesen en secreto y avisa de "graves consecuencias" para las relaciones con el Reino Unido.

Alexander Yakovenko, embajador de Rusia en Londres, tildó las conclusiones de la investigación de "provocación flagrante".

Rusia considera "politizado el caso" y cree que "estropea las relaciones bilaterales", ha añadido la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajarova.

El Kremlin achaca al "humor británico" la investigación

Así ha calificado el Kremlin la conclusión de la investigación. "En general esto se puede achacar a ese humor británico tan refinado", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien advirtió que este informe "envenenará aun más la atmósfera de nuestras relaciones bilaterales".

Para Peskov el proceso parece una broma "por el hecho de que una investigación pública y abierta se base en datos secretos de unos servicios de inteligencia que no se nombran, y porque el veredicto, que se sostiene en esas informaciones efímeras, emplea con asiduidad palabras como posiblemente y probablemente".

Esta terminología, subrayó, "no se tolera en nuestra práctica judicial ni en la de otros países, y obviamente no puede tomarse como un veredicto".

Andrei Lugovoi, uno de los dos rusos señalados hoy por el juez británico como los asesinos del ex espía Alexander Litvinenko, ha dicho que las acusaciones en su contra son "absurdas", según ha difundido Interfax.

En sus conclusiones el juez dice claramente que está "seguro de que Lugovoi y Dimitri Kovtun colocaron el polonio (...) con la intención de matar a Litvinenko".

La investigación sobre este asesinato, ejecutado en Londres en 2006, llegó a la conclusión de que el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba al tanto de esta operación del espionaje ruso para asesinar al ex agente del KGB.

Tanto Lugovoi como Dimitri Kovtun eran viejos conocidos de Litvinenko y el ex espía se reunió con ellos en Londres. Después dejaron un rastro que conduce hasta Moscú. Fueron halladas trazas de polonio por los lugares por donde pasaron los sospechosos, desde aviones hasta el estadio del Arsenal, donde ambos acudieron a un partido de fútbol.

Lugovoi y Kovtun siempre han negado su participación en la muerte de su ex camarada: su explicación es que Litvinenko tenía muchos enemigos.

Las autoridades británicas han pedido sin éxito la extradición de los dos sospechosos a Reino Unido. (Xavier Colás / El Mundo)