viernes, 15 de enero de 2016

enero 15, 2016
MILÁN, Italia, 15 de enero.- Veintinueve años después de los hechos, un hombre fue arrestado por el asesinato de Lidia Macchi, la estudiante de 20 años encontrada muerta en un bosque en la provincia de Varese, en 1987. Su nombre es Stefano Binda y es un antiguo compañero de clase de la escuela secundaria de la víctima, no un amigo (N.de la R. !) cercano, pero sí un compañero que a veces fue también recibido en casa de Macchi.


Como la víctima, Stefano Binda también asistió el entorno de Comunione e Liberazione, movimiento eclesial católico. Según los investigadores, el día del funeral, Binda  envió a casa de la familia de Macchi una carta anónima titulada "En la muerte de una amiga." Contenía referencias implícitas a cómo se cometió el asesinato de la joven. Binda tuvo suerte y nunca entró en el espacio de los sospechosos durante la investigación y no se utilizó hasta ahora un elemento decisivo para su identificación, un experto calígrafo que cotejase su escritura con la de la carta anónima.

Lidia Macchi fue asesinado a cuchilladas, 29 cuchilladas, el 7 de enero de 1987. Había ido a ver a una amiga ingresade en el hospital en Cittiglio (Varese) y no volvió a casa. Su asesinato escandalizó porque, por días enteros, padres, amigos, compañeros de Comunione e Liberazione y la Policía la habían buscado por todas partes hasta el descubrimiento del cuerpo. Tenía veinte años y era estudiante de Derecho en la Universidad de Milán y guía mayor de las girl scouts en su parroquia de Varese. Los padres siempre han pedido que se descubra la verdad. "Estamos sorprendidos - dicen ahora a través del abogado de la familia, Daniel Pizzi-. Esperamos que esto sirva para poner de manifiesto la verdad al fin."

Por el crimen, en un momento dado se investigó también a un presunto asesino serial, Giuseppe Piccolomo, quien ya había sido condenado por el llamado 'crimen de las manos cortadas "de 2009 (mató a una jubilada de 82 años y le mutiló las manos) e investigado por el asesinato de su esposa, que tuvo lugar en 2003. Sin embargo, después de casi un año de investigación en el que se comparó el identikit del asesino de Lidia Macchi con la foto de  joven de Piccolomo, todo fue archivado.

Pero incluso se llegó a sospechar de un religioso, don Antonio Costabile, jefe del grupo de Scouts al que asistía Lidia. A pesar de que nunca fue investigado formalmente, su posición quedó como sospechosa durante años, hasta que la fiscal adjunto de Milán, Carmen Manfredda, archivó formalmente el expediente de don Antonio, restituyéndole así una especie de rehabilitación. El asesinato de Lidia Macchi, un verdadero "cold case", se reabrió en 2013 cuando Carmen Manfredda atrajo la investigación, hasta entonces a cargo de los fiscales en Varese. (Repubblica ¡Felicidades! cumple 40 años / La Stampa)