LONDRES, 4 de julio.- Dentro de seis días, el 11 de julio, líderes de todo el mundo se reunirán para recordar en el mausoleo de Potocari, entre ríos de la retórica, la masacre de Srebrenica, en la que 8,000 hombres y niños musulmanes bosnios fueron masacrados por los serbios bosnios de Ratko Mladic.
Todo mientras el mundo volteaba hacia otro lado y bajaba los ojos, pero también ayudados por los cascos azules holandeses, que tenían la misión de proteger a los serbios de Bosnia, y que bajo la amenaza de ellos entregaron a los verdugos de Mladic también a aquellos musulmanes que habían buscado protección en sus campamentos. Y con la ONU -se revela por primera vez- 30,000 litros de gasolina para los camiones utilizados por las tropas de Mladic para el transporte de las víctimas a los campos de exterminio y buldózers para ocultar los cadáveres en fosas comunes.
Nombres de víctimas de la masacre de Srebrenica. (Reuters) |
Es parte de lo que publica el británico The Sunday Observer sobre la base de algunos documentos desclasificados de los que emergen muy graves responsabilidades de los gobiernos de esa era en los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y las propias Naciones Unidas, que en nombre de la Realpolitick prefirieron sacrificar, o al menos no impedir (al igual que Ariel Sharon en Sabra y Chatila por los falangistas libaneses y palestinos) la masacre de Srebrenica. Todo esto para llegar a un acuerdo de paz. Como sucedió puntualmente cuatro meses después, en noviembre de 1995, en Dayton, Ohio y, a continuación, el 14 de diciembre en París, poniendo fin a tres años y medio de guerra en Bosnia.