miércoles, 9 de diciembre de 2015

diciembre 09, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

Algo raro está sucediendo en el equipo encargado de defender a la poderosa maestra Elba Esther Gordillo, ex dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, encarcelada a inicios del sexenio por el turbio manejo de millones de pesos.

A los pocos meses de que la ex líder del SNTE fue internada en la torre médica del penal de Tepepan, en el Distrito Federal, fue encargado de llevar su defensa el abogado Marco Antonio del Toro, quien había cobrado relevancia mediática por haber sido representante legal de otra ficha del sindicalismo nacional, Napoleón Gómez Urrutia “El Napito”, heredero de su padre en el trono del poderoso sindicato minero.


Sin embargo, fuentes del poder Judicial que han estado cerca del caso, otros abogados observadores del proceso y hasta informantes del ministerio público federal que se encarga de perseguirla, coinciden en que la estrategia de Del Toro ha sido sorprendentemente equivocada y ha terminado por perjudicarla. Varios aseguran que ella estaría pensando en despedirlo, pues le despierta sospechas.

El experimentado Del Toro llamó la atención de los entendidos por aparentemente entorpecer los avances en los tres juicios que enfrenta su defendida: lavado de dinero, delincuencia organizada y defraudación fiscal.

Un botón: cuando Del Toro intentó llevar a prisión domiciliaria a su clienta por alcanzar los 70 años de edad, sólo solicitó este beneficio de ley en una de las tres acusaciones; es decir, aunque el juez de ese caso hubiera dado el sí para que la líder regresara a casa, no habría sido posible porque no aplica de forma automática para los dos restantes.

Las mismas fuentes señalan que tampoco avanzan los casos de los tres detenidos junto con Gordillo porque Del Toro no permite a sus defensores dar un paso sin su aval.

Consultado para esta columna, el abogado Del Toro dijo que es absolutamente falso que esté realizando prácticas dilatorias y defendió su estrategia legal. Acusó a la Presidencia de México y a la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda (la que armó la investigación que sirvió a la PGR para aprehender a la poderosa política) de presionar a los magistrados en su contra, cosa que la autoridad niega rotundamente.

Del Toro rechazó que La Maestra estuviera pensando en despedirlo. Para probar su cercanía con su clienta, afirmó que estaba reunido en ese momento con Fernando González, yerno de Elba Esther y ex subsecretario de Educación, y lo puso en la línea. González afirmó para esta columna que la familia confía en el equipo de Del Toro ante una situación que, dijo, está llena de tintes políticos.

Media hora más tarde volvieron a marcar para anunciar que desde el hospital donde está recluida, Elba Esther dictaba por teléfono boletín para desmentir el rompimiento.

SACIAMORBOS

Yo no soy de los que piensan que Gordillo es víctima. Lo que está sucediendo en las entrañas de su defensa legal es noticia.