Abog. Gustavo Herrera Rosado*
En Nuestro país debido a la cultura política prevaleciente todavía hoy, de carácter central y vertical ha impedido una dinámica que favorezca el surgimiento de organizaciones de la sociedad civil, especializadas en materia de política publica. En esta dinámica centralizada es que se da la transición hacia la democracia que vive México. Se piensa desde diversos ámbitos que es el gobierno quien debe fomentar la participación ciudadana en el diseño, implementación y evaluación de políticas publicas de diversa índole, sin embargo esta es una dinámica parcialmente entendida, los poderes del Estado, toda vez su vocación de mandatarios y representantes son quienes deben hacer suyos los reclamos de la sociedad e integrarlos a su agenda de gobierno.
Desde una perspectiva en la política del siglo XXI, la democracia es un proceso social que incluye diversas herramientas para la institucionalización del conflicto de tal manera que la deliberación política genere consensos y estos políticas publicas legitimas y de beneficio real para toda la sociedad.
Dichas políticas no pueden contar con legitimidad suficiente y efectividad sin la participación de la sociedad civil. En virtud de que es la propia sociedad la que al fin de cuentas será la beneficiada o perjudicada por cualquier acción publica que se implemente. Asimismo las instancias de gobierno se deben en primer lugar a la conformación de dicha sociedad, quien sostiene estas instituciones a través de su reconocimiento y su mantenimiento económico a través de los tributos que paga con el fruto de su trabajo.
Es la misma sociedad quien debe entender el papel que le toca dentro del sistema político y social de un país, es responsabilidad de los elementos mas conscientes hacer comprender dicho papel elemental, en una democracia de resultados, a los demás elementos, una nueva cultura política desde la sociedad civil es necesaria para la consolidación democrática del país. El fortalecimiento de las organizaciones de las sociedad civil, mediante la especialización y profesionalización es necesario para tener legitimidad en la interlocución con los Poderes del Estado.
A los Poderes del Estado les corresponde hacer su papel constitucional fiel y exacto, es decir representando los intereses de la sociedad y proponiendo proyectos y políticas que esta misma sociedad le mandate.
Al ejecutivo le corresponde mas allá de las formas jurídicamente vigentes, encontrar mecanismos de interlocución con la sociedad civil, para una mejor planeación, implementación y evaluación de cualquier acción publica que por su trascedencia así lo requiera, foros de consulta, consejos consultivos, mesas de trabajo y las dinámicas de deliberación y generación de consensos que sean necesarias, buscando a los expertos de la sociedad por materia y asunto a resolver para que sea la inteligencia colectiva la que de una mejor solución a las problemáticas publicas.
Al Legislativo le corresponderá institucionalizar mediante el derecho las formas y mecanismos para que la democracia deliberativa y participativa sean parte integral del sistema político mexicano del siglo XXI, presupuestos participativos, plebiscito, consulta popular, candidaturas independientes, revocación del mandato, partidos políticos abiertos, multiplicidad de herramientas que se pueden implementar para asegurar que el soberano sea quien en ultima instancia ejerza su soberanía.
En la integración de esta serie de elementos, la colaboración de los Poderes del Estado y la creación de una nueva dinámica y cultura política es que la democracia mexicana en el Siglo XXI, obtendrá los resultados esperados.
* Ex integrante de #YoSoy132 y cofundador de Librepensadores de México.
