sábado, 19 de diciembre de 2015

diciembre 19, 2015
EL CAIRO / BAGDAD, 19 de diciembre.- Veinte años, ojos verdes, cabello castaño: Shaymaa Qasim, de Kirkuk, fue elegida Miss Irak, la más hermosa entre 150 competidoras. El concurso de belleza, que se celebró en un hotel en Bagdad, es el primero desde 1972, cuando ganó Wijdan Burhan al-Deen que luego representó al país en Miss Universo ese mismo año.

"Estoy muy contenta de ver que mi país ira hacia adelante", dijo Shaymaa Qasim poco después de la coronación. "Este evento fue enorme y devolvió la sonrisa a los rostros de los iraquíes". 

Shaymaa Qasim, Miss Irak. (Reuters)

Es un motivo de fugaz alegría en mitad de un país desfigurado por la violencia sectaria. Pero, por enésima vez en su historia reciente, los extremistas de uno y otro lado amenazaron con arruinar la elección de Miss Irak. Tras semanas de preparativos, la televisión local Al Mada había programado para septiembre la final del accidentado certamen de belleza. La pacata oposición de líderes tribales y religiosos aplazó hasta diciembre la gala. Quince concursantes arrojaron la toalla tras recibir amenazas de muerte.

Los medios de comunicación del ala chií más conservadora han atacado la cita censurando su inmoralidad y su desatino cuando un tercio del país árabe lleva más de un año bajo el yugo del autodenominado Estado Islámico y tropas gubernamentales junto a milicias chiíes batallan contra el fantasma de una nación rota en pedazos.

"Queremos ayudar a construir la cultura de nuestra sociedad y lanzar al planeta el mensaje de que Irak ama la vida a pesar de las dificultades que atraviesa por culpa del terrorismo", comenta Kamel, diseñador iraquí. Como sucede en competicioness similares en otros países de la región, los organizadores trataron de mitigar las críticas erradicando del desfile los bañadores más atrevidos. No renunciaron, en cambio, a la prohibición de lucir 'hiyab' [pañuelo islámico]. "Cambiamos esa parte de las pruebas y la sustituimos por un desfile de prendas más largas para no despertar la ira de los religiosos", precisó el portavoz.

A pesar de la intimidación, la mayoría de las participantes -llegadas incluso de Mosul, la segunda ciudad de Irak en manos yihadistas desde junio de 2014- llegaron hasta el final con la ambición de representar al maltratado país en competiciones internacionales. Durante las últimas semanas se ejercitaron en protocolo y mejoraron sus habilidades para hablar en público. (Repubblica / El Mundo)