miércoles, 25 de noviembre de 2015

noviembre 25, 2015
Pedro Echeverría V.

1. La OCDE –dirigida por el mexicano Gurría, personaje célebre al servicio de los EEUU, priísta y consejero de todos los gobiernos- no pudo evitar que el organismo mundial que encabeza señale que el gasto público en educación en México es bajo y que el presupuesto por alumno aún es insuficiente –pese a que de 2000 a 2012 la inversión pasó de 4.4 a 5.2 por ciento del PIB–, pero inmediatamente, con un cinismo bárbaro la SEP respondió que es ‘‘muy importante contextualizar que esta nota país de la organización lleva un desfase estadístico de tres años’’. Aclara que ‘‘su contenido, particularmente en el rubro Financiamiento de la Educación, sólo incluye cifras hasta el año 2012’’.

2. La SEP dijo que con Peña Nieto ‘‘el gasto nacional en educación ha crecido 8.3 por ciento en términos reales. En 2015, el gasto programado ascendió a poco más de mil 212 millones de millones de pesos, lo que representa un incremento de 1.2 por ciento en términos reales respecto a 2014’’. Fue resultado de una ‘‘mayor canalización de recursos’’ por parte del gobierno federal a educación básica, superior y ciencia y tecnología; podría ser ‘‘incluso más alto si se contabilizara, dentro de esa clasificación de la OCDE y otras, el gasto en educación que hacen por ejemplo las familias mexicanas, el cual, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2014, elaborada por el Inegi, ya alcanza 14 por ciento de su gasto total’’.

3. Si se toma en cuenta las decenas de millones que el gobierno gasta en enviar a más de 10 mil policías y soldados a reprimir e intimidar a maestros para que sean evaluados en los estados donde el fuerte la coordinadora de maestros y la contratación de más funcionarios, se pueden abultar los gastos en educación. Pero lo peor es que desde el gobierno panista de Fox se comenzó a incluir en el presupuesto educativo lo que gastan los colegios particulares o privados –que con el apoyo gubernamental- este tipo de negocios de escuelas y universidades, se han duplicado. Si hasta los años 70 todavía había una relación de nueve alumnos de la pública por uno de los privados, 40 años después la relación es de seis contra cuatro. El proceso de privatización es profundo y rápido.

4. La UNESCO pidió a todos los países, desde su fundación en 1946, que invirtieran el 8 (ocho) del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación para garantizar su desarrollo; México desde entonces invirtió cada año el cuatro, el 3.9, el 4.1; mientras tanto algunos países ricos no solo invertían el ocho sino que llegaban al 12 o 13 por ciento. La educación en México estuvo siempre mal pero la propaganda gubernamental decía siempre que México estaba maravillosamente bien y su educación mejor. Era una absoluta mentira, pero como esa aunque mala educación llegaba a los pueblos rurales creímos siempre que íbamos bien. Pero llegó Salinas a la Presidencia y –con grandes aplausos en TV- nos dijo que México ya pertenecía al “Primer Mundo”. Yo le menté la madre.

5. Diez años después el presidente Fox –absolutamente ignorante en asuntos educativos- señaló que se había superado el cuatro por ciento del PIB y sumando la inversión en educación privada llegaba al 6.5 por ciento. A esto si Peña Nieto y su flamante candidato presidencial Aurelio Nuño, le suman las decenas de millones que hoy se dedican a reparar el 100 por ciento de las escuelas por falta de agua, servicio eléctrico, servicios sanitarios, paredes y techos, así como dinero para reprimir las protestas y recontratar soldados y policías, pues llegará a un siete u ocho por ciento. La realidad es que un aumento real al presupuesto educativo es básico, pero no para insultantes salarios a funcionarios.

6. Pero la educación no solo ha estado mal porque nunca realmente se invirtió el ocho por ciento del PIB, sino porque el 70 por ciento de nuestros niños acuden a la escuela con hambre y pensando en comida que muy poco pueden proporcionarle sus padres explotados y miserables. ¿Qué saben los funestos altos funcionarios de lo que significa llegar sin comida, sin zapatos, sin orientación de los padres, sin útiles escolares a la escuela? Yo, antes de tener durante casi cuarenta años alumnos mayores, laboré cinco años en la escuela primaria rural y me di cuenta que muchas de mis palabras, frases, temas, tomadas de los textos y mi vida cotidiana, no eran comprendidos porque mi código de enseñanza y lenguaje eran ajenos y que la “castellanización” era arrebatarles su mundo.

7. Así que la SEP y su precandidato presidencial podrán tratar de desmentir lo que quieran y poner a México promediando entre los demás países de OCDE. Recuerdo que el secretario de educación Reyes Heroles y su “Revolución educativa” señaló textualmente –se publicó en todos los periódico en 1984- que “la educación en México promediaba tres años de primaria”. Al morir éste en 1985 y ser sustituido por González Avelar –sin que hubiese ninguna revolución y ningún cambio- se declaró que la educación en México era de cinco años. En estos días he oído que el nivel de la educación en México es de siete años y seguramente entre poco escucharemos que todos los mexicanos tienen un promedio educativo de 18 años y cuentan con licenciatura. El cinismo queriendo engañar es brutal. (25/XI/15)