sábado, 24 de octubre de 2015

octubre 24, 2015
OAXACA, 24 de octubre.- El extraordinario y multipremiado caricaturista, Rogelio Naranjo,  (Morelia, Michoacán, 1937) habló ayer de un tema que nunca ha querido tocar: su problema con la vista.

En una conferencia de prensa dentro de su participación en la Feria del Libro de Oaxaca (FILO), el dibujante mexicano conocido por sus cartones políticos publicados en la revista Proceso y el periódico El Universal, tocó temas interesantes que sacuden hoy día al país, pero también anunció su retiro del dibujo.

Me están aplicando inyecciones directas en los ojos para que pueda ver; prácticamente me estoy despidiendo de la caricatura debido a que la mácula degenerativa que padezco en los ojos ha avanzado mucho más, y terminará provocándome la ceguera, sostuvo.


"Es una cosa que no quería yo entrar a explicar; tengo problemas muy graves de la vista, a lo mejor me empiezo a despedir del dibujo. Yo me doy cuenta que ya no hago los dibujos de antes. Es una cosa que no la puedo contrarrestar", dijo con una voz ronca.

Antes, Rogelio Naranjo consideró que hace mucho tiempo culminó la represión hacia los caricaturistas, “quienes ahora tienen que ser más inteligentes, no perder los estribos, pero deben hacer trazos que la gente entienda y sean de su agrado”.

Quién será homenajeado por su trayectoria en este evento, afirmó que su labor siempre será de riesgo como la de los comunicadores, “se ve claro con lo que le hacen a los maestros, a los estudiantes de Ayotzinapa, imagínense lo que le harían a un caricaturista, por ello siempre se debe mantener una distancia”.
En conferencia de prensa, ganador del Premio Nacional de Periodismo en 1977 y 2013, consideró que anteriormente no se tenía represión hacia los caricaturistas, “pero si una especie de venganza”.

Acompañado del director de la FILO Guillermo Quijas y el caricaturista Darío Castillejos, destacó que los tiempos más duros fueron en los últimos años del siglo XIX, “en donde los caricaturistas bailaron con la más fea”.

Enfatizó que su trabajo no es buscar “una garrotiza en la calle”, tienen que decir las cosas lo mejor posible sin perder los estribos, tampoco deben limitarse con el argumento de la responsabilidad que tienen, trabajar con inteligencia, utilizar doble sentido, ver más allá de los periódicos y que la gente lo capte.

“El tiempo de las madrizas y de los golpes se acabó; sin embargo, en entidades como Veracruz se tiene ataques a comunicadores, muertos, y la respuesta es la misma de siempre: ‘no pasa nada, está todo tranquilo’”, afirmó el también autor de 16 libros.  (tiempoemlinea.com.m)