lunes, 7 de septiembre de 2015

septiembre 07, 2015
BUDAPEST, Hungría, 7 de septiembre.- “Nadie puede exigir que Hungría cambie”. Con esas palabras como escudo, el primer ministro de Hungría, el conservador Viktor Orbán, dijo este lunes que es contrario a que la composición cultural y étnica de su país se transforme a causa de influencias externas. A los musulmanes se refiere, pues Hungría es mayoritariamente católica. Las declaraciones las realizó en un discurso con motivo de la reunión anual de diplomáticos en Budapest.

Sin embargo, aseguró no ser “antiislámico” y, por ello, no cree que su postura ante el problema migratorio afecte las relaciones de su país con los estados islámicos. “Y sí. Nos alegramos de que haya restaurantes kebab en nuestros bulevares”, afirmó. Orban agregó que los refugiados no huyen a Europa Occidental por razones de seguridad, pues ya en Grecia, Macedonia, Serbia o Turquía dejan de ser perseguidos, sino porque han elegido vivir en Alemania.

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. (Budapest Business Journal)

Posteriormente, en una entrevista radial, Orbán aseguró que su país no planea disparar contra los inmigrantes que traten de cruzar la valla construida en la frontera con Serbia, y dijo estar dispuesto a negociar cuotas de acogida de refugiados una vez que se sellen las fronteras europeas. “Estamos protegiendo Europa según las normas europeas que dicen que las fronteras pueden sólo ser traspasadas en ciertas áreas de forma controlada y tras un registro”, afirmó Orban en la entrevista.

Se va el ministro de Defensa

Mientras, cientos de refugiados huyeron de un campamento fronterizo entre Serbia y Hungría y comenzaron a avanzar a pie hasta Budapest. Se trata de al menos mil personas, entre las que hay numerosas familias con niños. Los refugiados se negaron a ser registrados en el campamento de tránsito de Röszke. El registro es condición previa para poder ingresar al espacio Schengen, aunque a muchos refugiados eso parece importarles poco.

En Budapest, en tanto, tras una reunión del gabinete de Seguridad Nacional donde se debatió la crisis de los refugiados y la construcción de otra valla en la frontera, el ministro de Defensa, Csaba Hende, presentó su renuncia. Hende, quien sirvió en el cargo desde que Orban asumió el mando en 2010, será reemplazado por Istvan Simicsko, de 53 años, quien se desempeñaba como Secretario de Deportes. (Deutsche Welle)