domingo, 20 de septiembre de 2015

septiembre 20, 2015
LA HABANA, Cuba, 20 de septiembre.- «Nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas». Papa Francisco celebra su primera Misa en tierra cubana, en la plaza símbolo de la Revolución, teatro de los interminables comicios de Fidel Castro. Para tener un boleto era necesario indicar nombre, apellido y dirección a las autoridades. Esta vez, el palco papal está de lado y no frente a la gran efigie del «Che» Guevara, iluminada hasta las primeras luces del alba. Hoy, del otro lado de la plaza, frente al  altar, campea la imagen del Jesús de la Divina Misericordia.

La homilía estuvo dedicada al comentario del Evangelio de Marco, que narra las discusiones de los discípulos de Jesús sobre quién debía ser el primero entre ellos, sobre «quién sería seleccionado como el privilegiado, quién estaría exceptuado de la ley común, de la norma general, para destacarse en un afán de superioridad sobre los demás. Quién escalaría más pronto para ocupar los cargos que darían ciertas ventajas». Su respuesta fue simple: «‘Quien quiera ser el primero, que sea el último y el servidor de todos’». Por ello, quien quiera ser grande debe servir «a los demás -apuntó Francisco-, ¡no que se sirva de los demás!». Jesús explica, recordó el Papa argentino, que «la vida auténtica se vive en el compromiso concreto con el prójimo». «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo», exhortó el Papa.

Se estima que medio millón de cubanos asistieron a la Misa hoy en la mañana.

«Lejos de todo tipo de elitismo -indicó el Papa-, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al ‘conocimiento deseado’ o a distintos niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la vida cotidiana también aquí en ‘nuestra isla’». Y la propuesta que Francisco sacó del Evangelio es muy clara, sencilla y concreta: «el servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la «padece» y busca su promoción». Por esta razón, el servicio no es nunca ideológico, puesto que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas». La atención por los últimos no puede convertirse solo en una consigna, ni transformarse en ideología o retórica.

El Papa advirtió sobre las tentaciones del servicio que «se sirve», que «tiene como interés el beneficiar a los «míos», en nombre de lo «nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por fuera, generando una dinámica de exclusión».

Entre los fieles hubo mexicanos que acudieron a la Isla para ver a Su Santidad.

Francisco invitó a los cubanos a no ceder tampoco a proyectos «seductores», aludiendo al consumismo: «El santo Pueblo fiel de Dios que camina en Cuba, es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza. Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, la fragilidad de sus hermanos. No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado».
Enlace a texto y video de la Homilía del Papa.

Al final de la Misa, el cardenal arzobispo de La Habana, Jaime Ortega y Alamino, al saludar al Papa, aludió al proceso de reconciliación entre Cuba y Estados Unidos, esperando que no quede solo «en los niveles políticos», sino que llegue «a los pueblos y ambas naciones, especialmente a nuestro pueblo cubano que vive aquí y en los Estados Unidos». Una invitación a la reconciliación «entre cubanos, los que vivimos en Cuba o fuera de Cuba». Participaron en la Misa, entre otras personalidades, el presidente cubano, Raúl Castro, y la mandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Durante el Ángelus, Francisco dirigió un llamado para la solución pacífica del histórico conflicto armado entre las Farc y el gobierno colombiano. Las negociaciones se están llevando a cabo en La Habana, y se había considerado la posibilidad de un encuentro entre el Papa y los representantes de las Farc, los guerrilleros marxistas del Frente Armado Revolucionario Colombiano.

Una señora que lleva el saludo de los mexicanos al Pontífice.
Enlace a texto y video del Ángelus del Papa Francisco en la Plaza de la Revolución en La Habana.
«Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del Señor Jesucristo en la Cruz -dijo el Papa-, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta bella Isla, para una definitiva reconciliación. Y así la larga noche de dolor y de violencia, con la voluntad de todos los colombianos, se pueda transformar en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional, para que la paz sea duradera. Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación».

Antes de comenzar la Misa, mientras Francisco estaba recorriendo la Plaza en el «papamóvil», tres disidentes, dos hombres y una mujer, trataron de distribuir algunos volantes. Fueron escoltados fuera de la Plaza por el servicio de Seguridad. Mientras recorría la Plaza, Francisco reconoció entre los fieles a un sacerdote argentino y lo invitó a concelebrar en el altar. (Andrea Tornielli / lastampa.it / aciprensa.com / Repubblica)