viernes, 25 de septiembre de 2015

septiembre 25, 2015
NUEVA YORK, 24 de septiembre.- Durante la celebración de las Vísperas la Catedral de San Patricio de Nueva York en Estados Unidos y en medio de un profundo espíritu de oración el Papa Francisco invitó a los sacerdotes, religiosos y religiosas a vivir su vocación con alegría, rechazar la espiritualidad mundana, evitar que se apague el espíritu de generosidad y reconoció los sacrificios cotidianos que realizan en los diversos campos de su apostolado.

El Papa se desplazó en el papamóvil por la Quinta Avenida acompañado por una gran cantidad de vehículos de seguridad, recibido por miles en las calles y por las campanas de la Catedral donde lo esperaban el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, y otras autoridades locales.

Al llegar al templo y en su recorrido hacia al altar saludó con un beso a un joven y luego a una niña afroamericana en silla de ruedas que lloró emocionada por su breve encuentro con el Santo Padre.

Como de costumbre, dejó un ramo de flores ante una imagen de la Virgen María con el Señor a sus pies, la “Piedad” que se encuentra en el lado derecho del templo.

Fe. (AP)

Luego el Papa rezó de pie y en silencio ante el Sagrario, el lugar en donde se resguarda en las iglesias el sacramento de la Eucaristía, presencia real de Cristo.

La homilía

El Papa recordó las palabras del apóstol San Pedro: “Alégrense, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas» y exhortó a todos los sacerdotes y religiosos a “vivir nuestra vocación con alegría”.

El Santo Padre destacó la belleza de la Catedral de San Patricio, la Catedral católica de estilo neogótico más grande de Norteamérica. En su discurso destacó la labor de muchos los sacerdotes y consagrados que han trabajado en el campo de la educación y han tenido un papel fundamental ayudando a los padres en la educación de sus hijos. Recordó especialmente a Santa Isabel Ana Seton, cofundadora de la primera escuela católica gratuita para niñas en los Estados Unidos y a San Juan Neumann, fundador del primer sistema de educación católica en el País.

Saludo y bendición a un paralítico. (EPA)

Luego el Papa centró su mensaje en la vocación y expresó su solidaridad por la situación de sufrimiento “a causa de la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos.

“Con las palabras del Apocalipsis, les digo que soy consciente de que «vienen de la gran tribulación». Los acompaño en este tiempo de dolor y dificultad, así como agradezco a Dios el servicio que realizan acompañando al Pueblo de Dios”.

Con el propósito de ayudarles a seguir en el camino de la fidelidad a Jesucristo el Papa realizó dos breves reflexiones. La primera se refirió al espíritu de gratitud y la necesidad de que los consagrados “están llamados a descubrir y manifestar un gozo permanente por su vocación. La alegría brota de un corazón agradecido” y agregó que “la alegría de los hombres y mujeres que aman a Dios atrae a otros; los sacerdotes y los consagrados están llamados a descubrir y manifestar un gozo permanente por su vocación”.

Para lograr esto el Papa les pidió hacer “memoria del primer llamado, memoria del camino recorrido, memoria de tantas gracias recibidas... y sobre todo memoria del encuentro con Jesucristo en tantos momentos a lo largo del camino”.

En segundo lugar les recordó la importancia del espíritu de laboriosidad porque “un corazón agradecido busca espontáneamente servir al Señor y llevar un estilo de vida de trabajo intenso”.

(Chad Rachman / nypost.com)

(Reuters)
 
La Catedral de San Patricio. (Getty Images)

Vista de la iglesia. (Chad Rachman / nypost.com)

Saludos.  (Chad Rachman / nypost.com)

El servicio secreto cierra las puertas de la Catedral. (EPA)

A la entrada de la Catedral de San Patricio. (Getty Images)

Llegada del Papa a la Catedral de San Patricio. (AP)

El Pontífice en la Quinta Avenida. (Getty Images)

Medidas extremas de seguridad.(Charles Wenzelberg / nypost.com)

(Anne Wermiel / nypost.com)

En la Quinta Avenida. (Getty Images)

La multitud fotografiando al Santo Padre. (Getty Images)

El Papa pidió estar alertas ante la posibilidad de perder la generosidad y se refirió al tiempo libre. “Cuando pensamos que las comodidades mundanas nos ayudarán a servir mejor. El problema de este modo de razonar es que se puede ahogar la fuerza de la continua llamada de Dios a la conversión, al encuentro con Él. Poco a poco, pero de forma inexorable, disminuye nuestro espíritu de sacrificio, de renuncia y de trabajo. Y además nos aleja de las personas que sufren la pobreza material y se ven obligadas a hacer sacrificios más grandes que los nuestros”.

Francisco reconoció que el descanso es necesario, así como un tiempo para el ocio y el enriquecimiento personal pero aclaró que “debemos aprender a descansar de manera que aumente nuestro deseo de servir generosamente”.

El Papa agradeció luego a las religiosas de Estados Unidos: “¿Qué sería de la Iglesia sin ustedes? Mujeres fuertes, luchadoras; con ese espíritu de coraje que las pone en la primera línea del anuncio del Evangelio. A ustedes, religiosas, hermanas y madres de este pueblo, quiero decirles «gracias», un «gracias» muy grande... y decirles también que las quiero mucho”.

Francisco concluyó su mensaje poniendo en “las manos de la Virgen María la obra que se nos ha confiado; unámonos a su acción de gracias al Señor por las grandes cosas que ha hecho y que seguirá haciendo en nosotros y en quienes tenemos el privilegio de servir”.

Agradecimiento del Cardenal Dolan

En su saludo inicial al Papa, el Arzobispo de Nueva York Cardenal Timothy Dolan, dijo que “una vez que usted llegó a la Quinta Avenida, ¡se ha convertido en un verdadero neoyorkino! aunque usted ya tenía un hogar en nuestros corazones y en nuestras almas”.

Tras afirmar que desde 1808 los fieles de todo el mundo han llegado hasta la Catedral de San Patricio para “rezar, llorar y alegrarse, para sentir el amor, la gracia y la misericordia de Dios”, el Purpurado dijo que todos esta noche “hemos llegado a rezar con usted y por usted”.

El Cardenal explicó luego que han sido tres años los que han tomado para restaurar esta magnífica Catedral neogótica, la más grande de Norteamérica, cuyo proceso ha sido “una invitación de Jesús a la renovación espiritual de nosotros mismos y su Iglesia”.

El Papa al llegar al Aeropuerto John F. Kennedy (R. Umar Abbasi / nypost.com)

Recepción en el aeropuerto. (R. Umar Abbasi / nypost.com)


El servicio secreto

Un despliegue policial que, según el Ayuntamiento, no tenía precedentes recinió esta tarde al papa Francisco en Nueva York, con el centro de Manhattan cerrado y miles de curiosos y creyentes aguardándole como si de una estrella de rock se tratara. El pontífice inició la segunda de su visita oficial a Estados Unidos con una oración en la catedral de San Patricio, en la Quinta Avenida, donde el paso del papamóvil llamaba la atención rodeado de boutiques de lujo y carteles de modelos.

Francisco es cuarto papa que visita Nueva York. El último fue Benedicto XVI, en abril de 2008, que celebró una misa para 60.000 personas en el estadio de los Yankee. Juan Pablo II lo hizo en dos ocasiones, la última en octubre de 1995, con una misa en el Great Lawn de Central Park a la que acudieron 125.000 personas un día después de intervenir ante la Asamblea General de la ONU.

El centro estaba especialmente atascado ayer en el centro, tanto para coches como para peatones. Jonathan, un mexicano de 26 años que había seguido al Papa a Washington para vender souvenirs y hará lo propio en la recta fina del viaje, a Filadelfia, expresaba en números la expectación que estaba generado la visita de Francisco: el miércoles vendió 1.200 artículos, entre camisetas, clgantes o estampitas, y este calculaba haber alcanzado la misma cifra.

Mientras, la presencia policial, uniformada y secreta, se ha multiplicado y la seguridad se refuerza en un domicilio de la calle 72 en la parte oeste de la isla, donde este jueves dormirá el Papa Francisco. Porque, además, la segunda etapa de la visita papal a EEUU coincide en Nueva York con la celebración de la cumbre especial del desarrollo en la Organización de Naciones Unidas, que durará todo el fin de semana, y empalmará el lunes con la sesión plenaria de la Asamblea General de Naciones Unidas en su 70 aniversario. Hasta 170 jefes de Estado y de Gobierno se dan cita en la capital de los rascacielos que, según dijo el comisario jefe de la policía, "afronta su mayor reto de seguridad".

(Niños dan la bienvenida al Papa. (R. Umar Abbasi / nypost.com)

El Papa Francisco besa a Maria Teresa Heyer, estudiante de primer grado de Brooklyn. (AP)

Beso a un niño en el Aeropuerto. (AP)

El Papa dará un discurso en el arranque de la cumbre de desarrollo, que servirá para aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la nueva agenda de para los próximo 15 años que sustituye a unos Objetivos de Desarrollo del Milenio que se aprobaron en 2000 y ni se han llegado a completar. En este caso se trata de 17 de grandes objetivos estructurados en 169 metas. A diferencia de la agenda anterior, el reto afecta a todos los países, no solo aquellos en vía de desarrollo, pero tal y como ocurrió en 2000, todas estos objetivos son voluntarios. Además, en tanto que incluyen a todo tipo de Estado, cada uno diseñará a medida su propia hoja de ruta: ni las necesidad ni los ritmos pueden ser iguales en Suecia o en la República Centroafricana.

En la cumbre participarán desde el viernes, entre otros, el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el cubano, Raúl Castro. La delegación española la encabezará el Rey Felipe VI y Barack Obama acudirá el domingo.

“Nunca se vio algo así”, comentó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. El comisario jefe, William Bratton, explicó que eso les va obligar a desplegar el mayor dispositivo de seguridad posible. “Y tendremos a Beyoncé entreteniendo a 100,000 personas en Central Park cuando se vaya el Papa y un par de partidos de béisbol”, bromeó.

La reunión anual de las Naciones Unidas es ya de por sí un evento excepcional, que afecta especialmente a los vecinos que residen en la zona este de Manhattan. La comitiva que acompañará al Papa, sin embargo, tendrá un impacto mayor y se hará notar durante todo el viernes en los barrios de la isla que dan al río Hudson, en el distrito financiero y Harlem, con decenas de calles cortadas al tráfico.

Hay medio centenar de agencias implicadas en todo el dispositivo de seguridad, desde el Servicio Secreto, el FBI y la NYPD, pasando por organismos locales y estatales. Durante los últimos días están realizando ejercicios para coordinar los trabajos y efectivos, y anticipar diversos escenarios. El evento más complicado será la procesión de Francisco por Central Park, antes de la misa en el Madison Square Garden.

Procesión con 80,000 personas en Central Park

No es solo por el tamaño y la escala del recorrido. La procesión será seguida por 80.000 personas, que han sido elegidas en una rifa. “Todos sabemos”, como señala Bratton, “que su santidad es impredecible” y eso va a obligar a los servicios de seguridad a ser espontáneos e improvisar. “Trataremos que se encuentre lo más cómodo posible en su burbuja y protegerlo”, explicó el comisario jefe.

Fieles en la Quinta Avenida. (Getty Images)

Cateo a monjas en las afueras de San Patricio. (Getty Images)

Las puestas del parque abrirán al público que tenga entradas antes de medio día, seis horas antes de la procesión. La seguridad será muy severa también en el entorno del Madison Square Garden, hasta el punto de que se van a restringir los accesos a la estación de trenes de cercanías que acoge en la base. “Se puede soportar sin problemas un día de inconvenientes”, valoran las autoridades.

El alcalde Di Blasio asegura que el propósito es mantener “en la medida de lo posible” la rutina diaria de los vecinos y del pequeño negocio, pero admite que es un equilibrio complejo. “Habrá retrasos e inconvenientes pero merecerá la pena”, indicó, porque la visita del jefe de la Iglesia católica “significa mucho también para otras religiones”. “Su mensaje va a ser aún más poderoso”, auguró.

“Utilicen el metro para moverse por Manhattan”, es el consejo de la MTA, el gestor del transporte público. Es una semana, como dice el alcalde en sus comparecencias previas a la visita del pontífice, para utilizar los medios públicos o ir si se puede andando al trabajo. “Si alguien tiene la opción de quedarse en casa, también”, añade, mientras promete que todo va a funcionar con normalidad. (aciprensa.com / Sandro Pozzi / Amanda Mars / El País / nypost.com)