jueves, 10 de septiembre de 2015

septiembre 10, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Valiente acción. Pirulina contrajo matrimonio con el joven Grandino Pitorreal, muchacho al parecer muy bien dotado. Al día siguiente de la noche de bodas la chica llamó por teléfono a su madre. "¡Mami! -le dijo con expresión extática-. ¡La Constitución está equivocada! ¡No todos los hombres son iguales!"… "Doctor: ¿cuánto tiempo me queda de vida?". "Lo único que puedo decirle es que yo en su lugar no haría ningún compromiso para este fin de semana"… Pepito llegó a su casa con un carísimo balón de futbol. Le preguntó su mamá: "¿De dónde sacaste ese balón?". Contestó el niño: "Alguien lo perdió, y yo lo encontré". Inquirió la señora, recelosa: "¿Estás seguro de que es un objeto perdido?". Respondió Pepito: "Sí. Incluso vi gente buscándolo"
El Papa con don Ciotti, quien hoy cumple 70 años.

… Simón, llamado el Mago, fue contemporáneo de Jesús. Decía que curaba a los enfermos, pero era un charlatán. Cuando vio los milagros que hacían los apóstoles les ofreció dinero -"obtulit eis pecuniam"- a cambio de que le dieran el poder de sanación que ellos tenían. San Pedro lo rechazó con aspereza: "Perezca contigo tu dinero, pues has pensado que con él puede comprarse un don de Dios". Con el dinero que había destinado a los apóstoles Simón se compró una cortesana a la que dio el nombre de Helena, pues decía que era reencarnación de aquella por la que Troya se perdió. El año 64 de nuestra era pereció Simón en forma extraña. A fin de deslumbrar a sus prosélitos subió a un carro de fuego que supuestamente lo llevaría al Cielo, como a Elías. Cayó de él y se quebró una pata, si me es permitido el aticismo. Objeto de burlas y descrédito se arrojó desde el techo de la casa en que habitaba, y entonces se le quebró la vida. Del nombre de ese tal Simón proviene una fea palabra, simonía, que se aplica a la compraventa de bienes espirituales. Los sagrados Cánones llaman a la simonía "maldad execrable", y la consideran sacrilegio. En esa culpa incurrían los malos clérigos que a cambio de dinero o de poder concedían la anulación del matrimonio a quien podía pagarla. A veces tal acción era causa de escándalo. En México fue muy sonado el caso del ex presidente Fox y su ahora esposa. Los pugnaces curas que suelen denunciar con clamores de profeta las corrupciones del Gobierno callaron mansamente en esa ocasión, y no dijeron esta boca es mía en presencia de ese evidente acto de corrupción -de simonía-  en el seno de su Iglesia. Y es que tales anulaciones han sido, a los ojos del pueblo, privilegio de ricos y poderosos. La gente común rara vez tenía acceso a ellas, por lo costoso del procedimiento y por el largo tiempo que tomaba la anulación de un matrimonio si no se aceitaba convenientemente la maquinaria de la burocracia eclesial. Contra esos abusos se levantó ahora el Papa Francisco. ¡Jesuita tenía que ser! Su valiente acción merece reconocimiento: sin atentar contra el sacramento del matrimonio y su esencial indisolubilidad el pontífice decreta que en el futuro la anulación matrimonial, en los casos en que proceda, sea rápida y -sobre todo- gratuita. "Gratis accepistis, gratis date". Lo que recibisteis gratuitamente dadlo gratuitamente. Se cierra así la puerta a cualquier posibilidad de simonía, y se evitan los actos de corrupción que tan gravemente dañaban la imagen de la Iglesia. Con alegría los católicos podemos decir en este caso: Habemus papam… Sonaron los tambores de guerra de los pieles rojas. Muy preocupado dijo a sus hombres el capitán de la caballería: "No me gustan nada esos tambores". Del campamento de los indios vino una voz: "¡No es nuestro baterista titular!"… Un perrito le dijo muy orgulloso a otro: "Anoche mi esposa y yo lo hicimos de hombrecito". (No le entendí)… Empédocles Etílez está tan alcoholizado que sopló sobre su pastel de cumpleaños cuando las velitas todavía estaban apagadas, y con el puro aliento las encendió… Los esposos Pimp y Nela se hallaban en la sala de su casa. Él leía el periódico al tiempo que ella jugaba al Candy Crush. Dijo Pimp: "El circo que está en la ciudad anuncia el acto de una trapecista que sostiene a su marido con los dientes". "¡Bah! -exclamó Nela con desdén-. ¡Yo te sostengo a ti con las pompas y ni presumo!". FIN.