miércoles, 2 de septiembre de 2015

septiembre 02, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Juego sin ley. Don Valetu di Nario, caballero de edad más que madura, preguntó en la farmacia si tenían Viagra. "Sí tenemos -respondió el encargado-. ¿Cuántas pastillas quiere?". Respondió don Valetu: "Necesito solamente un cuarto de pastilla". "¿Un cuarto de pastilla?" -se sorprendió el farmacéutico. "Sí -confirmó el maduro señor-. Nada más quiero que me alcance para no mojarme los zapatos cuando voy a mear"... Si no crees en la suerte ¿cómo explicas el éxito de tus amigos?... La suegra de don Poseidón, granjero acomodado, fue a visitar a su hija. Sucedió una tremenda desgracia: La mula le dio una coz a la señora, y la envió al otro mundo. En el funeral el padre Arsilio, párroco del pueblo, advirtió algo que le extrañó bastante. Las mujeres le decían algo a don Poseidón, y éste asentía con la cabeza. Por el contrario, cuando los hombres le decían algo él negaba también con la cabeza. Fue y le preguntó al granjero la razón de aquello. Explicó don Poseidón: "Las mujeres me dicen: '¡Qué tragedia!", y yo respondo con la cabeza: 'Sí'. Los hombres me dicen: 'Préstame la mula', y yo respondo en la misma forma: 'No'. Y es que ya la tengo comprometida para todo el año'"... 


Los entendidos aseguran que los cambios hechos en el Gabinete por Peña Nieto tienden a organizar las mesnadas del prigobierno con vistas a la elección presidencial. Algunos analizan esos extraños movimientos en igual forma que se analiza una partida de ajedrez, e incluso utilizan algunas expresiones propias del juego, como "enroque", "movimientos de peones" y otras semejantes. El sabio maestro don Alfonso Alveláis Carballeda, maestro mío en el glorioso Ateneo Fuente, de Saltillo, solía decir que el ajedrez es demasiado juego para ser una ciencia, y demasiada ciencia para ser un juego. Otro juego hay que se llama la política. No se sujeta a ninguna ley científica -me pregunto de dónde diablos sacarían eso de "ciencias políticas"-; antes bien obedece a los instintos y ambiciones de los hombres, a sus pasiones y apetitos, a las cambiantes circunstancias de su espacio y su tiempo. Por eso no puedo descifrar cómo hacen otros el oscuro sentido de las mudanzas hechas por el Presidente. Saquen ellos sus conclusiones e iluminen el camino del profano. Yo me limito a repetir lo que dijo hace tiempo un político priista a propósito de las elecciones en San Pedro Garza García, municipio conurbado con Monterrey, tradicionalmente gobernado por el PAN. Dijo el citado priista: "Si el PRI postulara al Espíritu Santo como candidato a alcalde de San Pedro, ni aun así ganaría la elección". Lo más probable es que el PRI se vea en el mismo caso en la elección del 2018, a pesar de todos los cambios hechos por el Presidente, y los que en el futuro pueda hacer. Para colmo, todo indica que el Santo Espíritu no está con él... Clamaba un cierto marido: "¿Cómo es posible que mi esposa pueda ver un cabello rubio en mi solapa a 30 metros de distancia, y cuando estaciona el coche no vea el poste que está a 30 centímetros?"... Don Chinguetas insistía en ir a la playa nudista. Para justificar su deseo le dijo a su esposa, doña Macalota: "Ahí las muchachas no llevan esos brevísimos bikinis que tanto te molestan"... La abuelita le preguntó a su nieto adolescente qué había aprendido ese día en la escuela. Respondió el muchacho: "El maestro nos habló de la masturbación". Esa palabra le sonó a la anciana como un cañonazo en la oreja. "¡Grosero! -le dijo al chico al tiempo que le propinaba un fuerte mamporro-. ¡Se me va a su cuarto!". El nieto, desconcertado por la violenta reacción de su abuelita, obedeció. Fue la anciana y le contó a su hija lo que había sucedido. "Pero, mamá -le dijo la mamá del muchachillo-. Se trata de la clase de educación sexual. Ahí es normal que se hable de esas cosas. Hiciste mal en castigar al niño. Deberías ir a disculparte con él". La abuela, apenada, se dirigió de inmediato al cuarto de su nieto. Abrió la puerta sin llamar y ¿qué vio? Al muchacho, ocupado en un placer solitario muy propio de su edad. Al verlo así le dijo tratando de actuar con naturalidad: "Acnerito, tengo para ti una rica rebanada de pastel. Ve por ella cuando acabes de hacer la tarea"... FIN.