sábado, 4 de julio de 2015

julio 04, 2015
LONDRES, 4 de julio.- Dentro de seis días, el 11 de julio, líderes de todo el mundo se reunirán para recordar en el mausoleo de Potocari, entre ríos de la retórica, la masacre de Srebrenica, en la que 8,000 hombres y niños musulmanes bosnios fueron masacrados por los serbios bosnios de Ratko Mladic.

Todo mientras el mundo volteaba hacia otro lado y bajaba los ojos, pero también ayudados por los cascos azules holandeses, que tenían la misión de proteger a los serbios de Bosnia, y que bajo la amenaza de ellos entregaron a los verdugos de Mladic también a aquellos musulmanes que habían buscado protección en sus campamentos. Y con la ONU -se revela por primera vez- 30,000 litros de gasolina para los camiones utilizados por las tropas de Mladic para el transporte de las víctimas a los campos de exterminio y buldózers para ocultar los cadáveres en fosas comunes.

Nombres de víctimas de la masacre de Srebrenica. (Reuters)

Es parte de lo que publica el británico The Sunday Observer sobre la base de algunos documentos desclasificados de los que emergen muy graves responsabilidades de los gobiernos de esa era en los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y las propias Naciones Unidas, que en nombre de la Realpolitick prefirieron sacrificar, o al menos no impedir (al igual que Ariel Sharon en Sabra y Chatila por los falangistas libaneses y palestinos) la masacre de Srebrenica. Todo esto para llegar a un acuerdo de paz. Como sucedió puntualmente cuatro meses después, en noviembre de 1995, en Dayton, Ohio y, a continuación, el 14 de diciembre en París, poniendo fin a tres años y medio de guerra en Bosnia.

Esto según escriben hoy Florence Hartman (autora del libro "La sangre de la Realpolitik, el caso de Srebrenica" y Ed Vulliamy, del Observer), "el estudio de la masa de evidencia (existente) revela que la caída de Srebrenica era parte de una política de las tres grandes potencias, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos y la  ONU para buscar la paz a cualquier precio."

Según los autores "no se puede decir que las potencias occidentales, cuyas negociaciones condujeron a la caída de Srebrenica, eran conscientes de la magnitud de la matanza que iba a seguir, pero la evidencia muestra que eran conscientes de la intención explícita de Mladic de 'desaparecer por completo "la población bosnia musulmana de toda la región". Como sabían, subraya el dominical, la existencia de la llamada "Directiva de 7" ejército serbobosnio que ordenó "la" eliminación "permanente (un término muy claro que recuerda la solución final de la era nazi)" de los musulmanes bosnios de zonas protegidaas", como se definía, entre otras, Srebrenica.

Las áreas protegidas de la ONU (Srebrenica, Zepa y Gorazde) que el diplomático estadounidense Robert Frasure informó a su jefe en Washington, Robert Lake (asesor de Seguridad Nacional de Bill Clinton 1993-1997), que Slobodan Milosevic (el entonces entonces presidente de Serbia que murió en su celda en La Haya) "nunca aceptaría un mapa en el acuerdo de paz sin que esas áreas (donde se refugiaron los musulmanes bosnios) fueran transferidas a los serbios (enemigos declarados de los musulmanes bosnios)."

Lake -escribe el Observador- se declaró a favor de un mapa revisado en el que Srebrenica fue cedida a los serbios bosnios, pidiendo a las fuerzas holandesas de paz de la ONU "retirarse de posiciones vulnerables", es decir, de las áreas que se suponía debían proteger.

Por su parte, Francia y Gran Bretaña comparten la opinión de que las "áreas protegidas" eran indefendibles. Y mientras las tropas de Mladic avanzaban en el enclave para hacer la masacre, Occidente no prestó atención a las alarmas sobre la inminente caída de la ciudad. No solo. Como dice por primera vez el general Onno van der Wind, del Ministerio de Defensa holandés, "las Naciones Unidas proporcionaron 30,000 litros de gasolina a los serbios que los utilizaron para llevar en sus camiones a sus presas a los campos donde fueron masacrados y ocultar con sus buldozers cadáveres en fosas comunes".

Mientras que las matanzas fueron avanzando a plena potencia (el culmen, del 11 al 13 de julio) los negociadores occidentales se reunieron con Mladic y Misolevic sin hablar con ellos sobre "el problema" de la carnicería en curso aunque cablegramas desclasificados de Estados Unidos muestran que la CIA estaba viendo ocurrir la masacre en sus oficinas en Viena por los satélites y aviones espías. "Toda la información" fue inmediatamente "compartida con los aliados". (Repubblica / The Guardian)