martes, 14 de julio de 2015

julio 14, 2015
MADRID, España, 14 de julio.- El informe de Financial Times es una verdadera bomba. El diario ha revelado los detalles de lo que ocurrió a puerta cerrada durante la negociación del Eurogrupo este fin de semana. Se trata de una de las negociaciones más difíciles que ha tenido que afrontar Europa, además de la más larga en la historia de la cumbre de líderes. La atmósfera en la que se llevó a cabo esta negociación "ha sido dura, incluso violenta", reconocía por su parte Reuters.

Según el FT, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se levantaron de sus sillas a las 6 a.m. del lunes y se dirigieron a la puerta, resignados a la imposibilidad de llegar a un acuerdo y a una salida de Grecia del euro. ¿La razón? Hasta ese momento Tsipras no conseguía su cometido de dejar fuera del tercer rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI) y tampoco conseguía que Alemania cediera en su posición de exigir unas garantías por 50,000 millones en activos griegos. Tsipras había perdido la confianza. Alemania no estaba dispuesta a ceder.


Tsipras se levantó de la mesa hasta en cuatro ocasiones. Pero ese intento de abandonar la mesa de negociaciones fue frenado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk que, según FT, afirmaba: "Lo siento, pero no hay manera de que usted abandone esta sala". Y así fue como se evitó un Grexit en la madrugada del 13 de julio y como se consiguió, casi tres horas después, llegar a un acuerdo.

El papel de Tusk estaba claro; así como sus mensajes: "Todos nosotros somos responsables de la crisis y todos nosotros tenemos la responsabilidad de resolverla". A las 8.40 de la mañana, el primer ministro belga, Charles Michel, tuiteaba: "Agreement". Mientras que cinco minutos antes de las 9 am, Tusk lo hacía oficial: "Los líderes de la zona euro han alcanzado un acuerdo unánime".

Duras y violentas

Pero llegar a este punto no ha sido nada fácil. Después de 17 horas de negociación, sobre todo de una negociación que, tanto Financial Times como Reuters han calificado de "duras y violentas". El sábado, en la reunión del Eurogrupo, Schäuble se convertía en el foco de atención y de rechazo, los ministros empezaron a cuestionar su postura "intransigente" respecto a Grecia, hubo 'roces' con otros ministros de la zona euro e incluso una discusión y gritos con Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE).

Schäuble tenía muy claro el objetivo: no ceder. Grecia había golpeado a la poderosa Alemania con un referéndum y Alemania estaba dispuesta a responder. De hecho, según revelaba Wall Street Journal, el Gobierno alemán había preparado un documento en el que se proponía la idea de la salida "temporal" de Grecia de la zona euro durante “al menos los próximos cinco años” como una de dos opciones para dar salida al país.

El documento, de una página y titulado 'Comentarios sobre las últimas propuestas griegas' fue enviado por el secretario de Estado de Finanzas alemán, Thomas Steffen, dice WSJ, a algunos colegas de otros países e instituciones de la eurozona, según dos fuentes conocedoras del mismo. No obstante, ese documento nunca fue puesto sobre la mesa, es más, hay quienes negaron su existencia a pesar de que el rumor empezó a circular con fuerza el domingo por la mañana. Hollande, el presidente francés, en todo caso fue el primero en descartar cualquier posibilidad: "There's no temporary Grexit. There's either Grexit or no Grexit", fueron sus declaraciones a la llegada de la cumbre.

Pero el rechazo de Alemania a Grecia era claro, tan claro que Schäuble no pudo ocultar su posición y provocó más de una discusión, la más comentada fue la que tuvo con Draghi, en la que el alemán cargó contra el italiano e incluso le llegó a decir "¡No soy estúpido!".

En realidad, funcionarios en Bruselas reconocían a Reuters que las reuniones habían sido "una locura", algo parecido a un "jardín de infancia", y que los ministros de Economía y Finanzas habían dejado ver su cansancio ante una nueva reunión, el sexto Eurogrupo de emergencia en tres semanas, para encontrar una solución sobre Grecia. "Las emociones negativas han tomado el control en las reuniones", reconocían.

"Han crucificado a Tsipras...", comentaba un funcionario al FT. Mientras que los funcionarios griegos afirmaban a los periodistas que se encontraban en Bruselas "que estaban negociando con una pistola sobre la cabeza".... Y así era el escenario: 'duro' y, por momentos. 'violento'.

Es más, en un momento de las negociaciones, el ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin sugirió a todos en la sala, "que todos se dijeran la verdad". Y muchos aprovecharon la oportunidad con entusiasmo, reconoce el FT. Esto incluyó el ministro de Finanzas finlandés, Alexander Stubb, que culpó a Grecia por no implementar reformas en 50 años; al mismo tiempo que el ministro de Finanzas griego, Euclid Tsakalotos, "se mostraba extrañamente tranquilo."

No fueron las únicas escenas, Bloomberg cita las conversaciones de dos funcionarios que describen a Tsipras como un" perro apaleado". Aunque esto último no es de extrañar. Tsipras no sólo está golpeado, el primer ministro de Grecia estaría sufriendo de estrés y ataques de pánico producto de la difícil situación en la que se encuentra sometido. El periodista David Patrikaratos afirmaba el pasado viernes que fuentes en Atenas han revelado que Tsipras ha sufrido ataques de pánico en las últimas dos semanas. Patrikaratos, además, publicó en su cuenta de Twitter una imagen en donde se observaban signos de herpes en los labios del primer ministro y que, según especialistas, serían señales de su profundo estrés.

Una idea que se ve reforzada con la información del diario británico, The Telegraph, que en una publicación aseguraba que el primer ministro no esperaba ganar la votación del domingo y que en realidad su plan era abandonar el Gobierno de manera honrosa y trasladar la responsabilidad de lograr un acuerdo a un nuevo Ejecutivo de unidad nacional.

En todo caso, Tsipras llegaba a la cumbre de líderes con un problema de confianza. Sus cambios de discurso repentinos, la convocatoria a un referéndum que sorprendió a todos los países, sus idas y venidas frente a las posibilidades de un acuerdo que ha tardado meses en llegar, llevaron a Alemania a extremar sus exigencias y a plantearse una salida de Grecia del euro, Un punto que llegó a incomodar a ministros y líderes de la zona euro.

La cumbre de líderes pasó de ser una asamblea con todos los países, a una reunión de cuatro donde participaban Merkel, Hollande, Tsipras y Tusk, este último el hombre que consiguió detener el Grexit. A las 8.00 a.m. Tsipras conseguía, por lo menos, mantener las garantías griegas dentro de la propia Grecia y no en Luxemburgo.

Recuperar la confianza, he ahí el dilema

Así y a pesar de todas estas diferencias, se consiguió un acuerdo. Un acuerdo que todavía no ha pasado por la prueba más dura: la del Parlamento griego. Grecia todavía tiene que obtener la aprobación del programa a través de su parlamento este miércoles. Tsipras sabe que será difícil, el Eurogrupo lo sabe y los acreedores también lo saben. Con todo, antes del miércoles los ministros de la zona euro se preparan para empezar a dar créditos puente, unos créditos que permitan a Tsipras respirar hasta poner en marcha las propuestas que van a suponer un antes y un después para la Grecia de Syriza.

La dura e intransigente Alemania ha pedido medidas concretas para recuperar la confianza, Tsipras se ha comprometido a ponerlas en marcha.

Mientras tanto, a la espera de este miércoles, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido no hacer mayores movimientos. Este lunes decidía mantener en el mismo nivel la liquidez de emergencia destinada a la banca griega. Por su parte, el Gobierno de Grecia confirmaba que los bancos y por ende la bolsa permanecerían cerrados hasta el miércoles. "La idea es reabrir las sucursales el jueves", comentaban, claro, esto es un escenario optimista.

En definitiva, todos están a la espera. Grecia sigue dentro de la zona euro, pero para muchos analistas, todavía está por determinar cuánto tiempo más conseguirá mantenerse ahí. Por el momento, aquí sigue. (bolsamania.com)