sábado, 4 de julio de 2015

julio 04, 2015
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de julio.- Al cumplirse 15 años de que el PRI perdiera la Presidencia de la República por vez primera en 70 años, el político priista Francisco Labastida Ochoa aseguró de manera “absoluta” que el expresidente Ernesto Zedillo tenía algún interés en que el PRI perdiera las elecciones.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Grupo Imagen Multimedia, Labastida Ochoa recordó que en 1997 el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y desde el principio el gobierno de Zedillo marcó “una sana distancia con el partido” debido a que cada año se venía cambiando de presidente del tricolor y en segunda instancia, el partido llevaba 70 años en el poder y tres décadas de malos resultados, principalmente en la economía, por lo que había insatisfacción de la gente.


En este contexto, dijo, “se eligió una estrategia equívoca en donde se puso el acento en la competencia interna entre los cuatro precandidatos a la presidencia en el PRI con la opinión en contra del presidente del partido y del secretario de Gobernación, que era yo, le dijimos al presidente Zedillo que era un error irse a una competencia de ese tipo porque iba a quebrar financieramente al partido, porque se iba a enemistar el partido y que eso nos iba a afectar en la elección”.

Y continuó: “El Presidente no atendió a nuestras solicitudes, desestimó nuestras opiniones, yo inclusive renuncié pero no aceptaron mi renuncia como secretario de Gobernación (...)”.

Refirió que al tomar las riendas del partido Dulce María Sauri le llamó al día siguiente “para decirme que el partido tenía una deuda inmensa de varios cientos de millones de pesos.(..) Lo que nos dijo José Antonio (González Fernández) es que él había hecho exactamente lo que le había encargado el Presidente de la República, eso quiere decir que fue cuando se lanzó la campaña del nuevo PRI, se puso énfasis en una campaña donde se acabó con 68 mil casillas, más de 20 millones de boletas impresas”.

"Yo creo que este fue uno de los factores que determinó que no tuviéramos un spot durante enero y febrero, hasta el 15 de marzo empezamos a sacar spots porque no teníamos dinero para ello.”.

Ante la pregunta de que si el Presidente Ernesto Zedillo tenía algún interés en que el PRI perdiera la Presidencia de la República, el ex secretario de Gobernación aseguró categórico “absolutamente, tan absolutamente que lo discutí con él y me llegó a decir personalmente que en el partido estaban los que no servían y que en la Cámara de Diputados y Senadores estaban los que no servían… yo le dije ‘Pues ese partido no ha de ser tan malo cuando lo hizo Presidente a usted, y a usted no lo conocía el 10% de la gente cuando lo hicieron candidato (..) Tuvimos varios roces regulares, más bien fuertes”.

Al rememorar que la noche de las elecciones, él estaba listo para dar un mensaje y el Presidente lo sacó del aire, Francisco Labastida señaló “Sí, tuvimos una diferencias de opinión sobre la hora a la que tendría que salir. Yo 15 días antes me comprometí a esperar a que saliera el IFE para dar los resultados para luego yo pronunciarme (…) Y lo platiqué hasta con el Presidente (…),a las 11 y 5 minutos salgo a reconocer los resultados, pero él me dijo: ‘Sal mejor antes, sal a 8, porque Cuauh-
témoc Cárdenas va a salir a una hora parecida’... Yo le dije sí, pero estamos hablando de dos partidos radicalmente diferentes, si yo salgo a esa hora va a ser visto y tomado como un acto desleal hacia el partido (...) yo le dije que no, que yo iba a ser congruente con mi palabra y así fue”.

Invitación

“El presidente Peña tuvo la generosidad de invitarme a ser miembro del gabinete, sería la cuarta vez que hubiera sido secretario de Estado (..)

“Yo le pedí al Presidente que entendiera mis razones, que si tú quieres son muy banales, pero si un secretario se comporta con honestidad, vive bien en el trabajo del sector público pero no hace ahorros.. yo tenía la necesidad, tengo 72 años, de formar un fondo de ahorro que me permitiera vivir cuando ya no pudiera trabajar o ya no quisiera trabajar (…) y gana uno más que en el sector público”. (Excélsior)