sábado, 16 de mayo de 2015

mayo 16, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 16 de mayo.- “En el corazón de la estrategia del trabajo de la Fundación W.K. Kellogg está el reducir las condiciones de vulnerabilidad de las personas, especialmente los niños”, dijo Alejandra Garduño Martínez, representante de la oficina del Programa para América y el Caribe de la citada fundación cuya sede está ubicada en Battle Creek, Michigan, Estados Unidos.


La representante de la Fundación Kellogg fue entrevistada en el marco del anuncio de un donativo por 365,000 dólares a la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), cantidad que será aportada durante los próximos tres años para la realización de 18 proyectos sociales en 13 municipios del interior de esta entidad.

“Es la primera vez, en los tres momentos de donativos a la UADY, que lo hacemos multianual, es decir, primero tuvimos un periodo de un año, luego una extensión de casi dos años y ahora lo hacemos por tres años”, subrayó Alejandra Garduño quien aseveró que “hemos aprendido a darle continuidad a las iniciativas y por lo tanto no perder oportunidades importantes de trabajo en campo”.

Después de precisar que los recursos a la UADY se entregarán de manera anual y dependiendo de los avances obtenidos en los proyectos, recordó que la Fundación W.K. Kellogg tiene más de 75 años trabajando en América Latina y “toda esa experiencia recogida la hemos concentrado en dos zonas: los Altos de Chiapas y la Península de Yucatán, ambas con necesidades pero a la vez con la oportunidad de impactar positivamente”.

Acompañada de Javier Becerril García, coordinador general de Posgrado, Investigación y Vinculación de la UADY y de Margarita Zarco Salgado, responsable de la Unidad de Proyectos Sociales también de la UADY, la representante de la fundación aseguró que “tenemos la seguridad de que los aportes, por medio de donativos, contribuyen a llenar ciertos huecos que no se están trabajando y de ahí el dialogo con la UADY que ha sido muy enriquecedor para el diseño de soluciones que requieren ponerse en práctica”.

Subrayó que la UADY ha sido insistente en que la interculturalidad sea transversal en todos los proyectos y que sean también de carácter multidisciplinario. “Nuestro enfoque e invertir sólo en dos zonas durante 20 años para concentrar recursos en diferentes temas tales como educación, salud, participación cívica, seguridad económica familiar y equidad, entre otros”.

Agregó que la Fundación Kellogg trabaja también en Haití, con una estrategia similar a la de México, y en Brasil con un programa legado que aborda la equidad racial.

Por su parte Margarita Zarco Salgado, responsable de la Unidad de Proyectos Sociales de la UADY, enfatizó que el objetivo de estas acciones es “poner las funciones sustantivas de la Universidad (docencia, investigación y extensión) al servicio de la población que más lo necesita”.

“Estamos en la búsqueda de la investigación transdisciplinaria, entendida como el dialogo con los conocimientos que las comunidades tienen y que potencia la comprensión de los problemas y la construcción de soluciones”, aseveró.

Detalló que los proyectos realizados por académicos y estudiantes la UADY atienden el área de la salud con temas tales como el desarrollo de niños y niñas, nutrición, diabetes, enfermedades producidas por vectores y mentales y otros núcleos de proyectos relacionados con la producción de alimentos con perspectiva agroecológica y sustentable y el mejoramiento de vivienda, prototipos de baño con materiales de las localidades y el desarrollo e impulso de las tecnologías renovables.

“Trabajamos también con jóvenes en el fortalecimiento del liderazgo juvenil y con la atención de las habilidades para la vida”, apuntó Zarco Salgado quien agregó que de los 18 proyectos financiados 7 son nuevos y los demás cumplen con su segundo o tercer año de realización.

Expresó que los trabajos inician este mayo y concluyen en abril de 2016 y aseguró la participación de 200 académicos, 1,000 estudiantes y más de 4,000 habitantes de las comunidades donde se realizan los proyectos, es decir, el doble de años anteriores.

“Es una cifra que se dice pronto pero representa mucho trabajo de los profesores, investigadores, estudiantes y habitantes de las comunidades involucradas”, añadió. (Boletín)