domingo, 17 de mayo de 2015

mayo 17, 2015
CIUDAD DEL VATICANO, 17 de mayo.- “Solidaridad y convivencia fraterna”. Es el deseo que el Papa expresó hoy tras elevar al honor de los altares a cuatro nuevas santas. Todas religiosas, dos de ellas conocidas como las primeras santas palestinas. Ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro, Francisco celebró la misa de canonización de Jeanne-Emilie de Villeneuve, Maria Cristina dell’Inmacolata Concezione Brando, Marie Alphonsine Danil Ghattas y Maryam de Belén Baouardy.

“Por su intercesión, el señor conceda un nuevo impulso misionero a los respectivos países de origen. Inspirándose a su ejemplo de misericordia, de caridad y de reconciliación, los cristianos de esas tierras miren con esperanza al futuro, prosiguiendo en el camino de la solidaridad y convivencia fraterna”, dijo el pontífice, antes de bendecir a la multitud con la oración del Regina Coeli (Reina del cielo).

El sol pegaba a pleno sobre la plaza, pero el calor no amedrentó ni a la multitud ni a los invitados especiales, entre los cuales destacaron delegaciones oficiales de Israel, Francia, Italia, Israel y Jordania. Toda la atención estuvo puesta en la comitiva palestina, de más de dos mil personas, que estuvo encabezada por patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal, y el presidente Mahmud Abbas, quien se resguardó del sol con un gorrito blanco de visera.



La única referencia del Papa a la situación en Medio Oriente fue esa, al momento de los saludos por el Regina Coeli. Prefirió no centrar su mensaje sólo en la realidad palestina, y por eso extendió su augurio de esperanza para el futuro a las naciones de las cuatro santas. Un detalle simbólico, considerando que de las santas palestinas una nació en Jordania y la otra en Israel. De ahí la presencia de representaciones oficiales de esos países en la celebración.


Durante la homilía de la misa, Jorge Mario Bergoglio recordó el pasaje bíblico en el cual los apóstoles eligieron un sustituto al traidor Judas. Señaló que para Matías, el elegido, aquello no se trató de asumir un cargo, sino de comprometerse en un servicio. Sostuvo que Pedro definió esa tarea con las siguientes palabras: “Se necesita que uno se convierta, junto a nosotros, en testigo de la resurrección (de Cristo)”.

“Con estas palabras él resume lo que significa ser parte de los 12: ser testigo de la resurrección de Jesús. El hecho que diga ‘junto a nosotros’ hace entender que la misión de anunciar a Cristo resucitado no es una tarea individual: se debe vivir de modo comunitario, con el colegio apostólico y con la comunidad”, indicó.

“También nosotros, hoy, fundamos la fe en el señor resucitado sobre el testimonio de los apóstoles que llegó hasta hoy mediante la misión de la Iglesia. Nuestra fe está ligada firmemente a su testimonio, como a una cadena ininterrumpida desplegada en el curso de los siglos no sólo por los sucesores de los apóstoles, sino de generaciones y generaciones de cristianos. A imitación de los apóstoles, de hecho, cada discípulo de Cristo está llamado a convertirse en testigo de su resurrección, sobre todo en aquellos ambientes humanos donde es más fuerte el olvido de Dios y la desorientación del hombre”, añadió.

Según el obispo de Roma, el secreto de los santos es “permanecer unidos a Cristo”. Como las cuatro religiosas canonizadas este domingo, de las cuales destacó la historia. De Villeneuve (1811-1854) evocó su consagración a Dios y a los pobres, a los enfermos, a los explotados, convirtiéndose para ellos y para todos en signo concreto del amor misericordioso de Dios.

De Brando (1856-1906) subrayó su capacidad de donarse a las personas alejadas de Dios y “hambrientas de su amor auténtico” gracias a su “unión ardiente con el señor” en la oración. De Maryam Baouardy (1846-1878) rescató que, pese a ser humilde y analfabeta, supo dar consejos y explicaciones teológicas con extrema claridad, “fruto del diálogo continuo con el espíritu santo”, convirtiéndose también en “instrumento de encuentro y de comunión” con el mundo musulmán.

“De la misma manera Marie Alphonsine Danil Ghattas (1843-1927) comprendió bien qué significa irradiar el amor de Dios en el apóstol, siendo testigo de mansedumbre y unidad. Ella nos ofrece un claro ejemplo de cuánto sea importante hacernos unos responsables de los otros, y de vivir el uno al servicio del otro”, constató.

Y apuntó: “El luminoso ejemplo (de estas cuatro santas) interpela también nuestra vida cristiana: ¿Cómo soy yo testigo de Cristo resucitado? ¿Cómo permanezco en él? ¿Cómo vivo en su amor? ¿Soy capaz de ‘sembrar’ en la familia, en el ambiente de trabajo, en mi comunidad, la semilla de esa unidad que él nos ha donado compartiéndola a nosotros de la vida trinitaria?”.

También durante el Regina Coeli, el Papa invitó a rezar por el “querido pueblo de Burundi”, que “está viviendo un momento delicado” e invocó a Dios para que ayude a todos a huir de la violencia y a actuar responsablemente por el bien del país. Tras la celebración se quitó los paramentos litúrgicos, se despidió de Mahmud Abbas y saludó a la multitud con un recorrido a bordo del papamóvil. (Vatican Insider / La Repubblica / aciprensa.com / Clarín)