sábado, 18 de abril de 2015

abril 18, 2015
Juan Acuesta Rodríguez

Parece mentira que mientras el Alcalde supervisa obras no supervise las calles llenas de basura de Mérida. Por doquier se encuentran amontonadas las bolsas llenas de basura y la recoja de ésta sigue siendo deficiente.  Quizá por donde él vive, por ser quien es, su colonia se encuentre limpia, pero si hace un recorrido por diversas calles y colonias que no sean de por donde él habita, verá el basurero municipal en que se ha convertido esta urbe.

En un recorrido por diversos puntos de la ciudad, se pudo constatar este fenómeno: un foco de infección, criadero de moscas, gatos, perros rompiendo las mismas para obtener algún alimento que les puedan proveer esos desechos.

Esto se ha convertido en algo cotidiano y en un clamor del Pueblo, que comenta que desde que tomó posesión este Sr. Barrera, quien introdujo a la compañía SANA y por ende, se tuvieron que modificar muchas rutas en la recoja, ésta ha sido totalmente ineficaz. Hay lugares donde tardan hasta cuatro días en llevarla a cabo, cuando antes lo hacían aunque ya fuera por las madrugadas de un día para otro.


Pero eso sí, existe un recorrido turístico en el cual muestran la otra cara de la ciudad. Más bien, la cara que ellos venden al turismo, ya sea nacional o extranjero, de una ciudad completamente limpia, cuando la realidad en la generalidad de la misma es otra.


En un programa de radio hace unos días escuché que decían “la Mérida blanca” y algunos radioescuchas se quejaron que ese calificativo es discriminatorio. En realidad, señores, hace muchos años se le adjudicó este adjetivo a la ciudad porque en verdad no había basura en las calles, pero además era muy común ver en Mérida hipiles y en el caso de los varones, que vestían de blanco. De allá el calificativo. Pero la verdadera razón por la que no había basura es que en los patios de aquel entonces, muy grandes, en el fondo de los mismos se quemaba la basura. Obvio, no estoy de acuerdo con esto porque resulta también contaminante, pero era un método que permitía a la ciudad dar esa imagen. Hoy esa costumbre no se lleva a cabo pero además está prohibida.

Por otro lado, con el tamaño de los inmuebles de hoy, no sería factible llevarlo a cabo y el propio desarrollo de la ciudad, los grandes comercios y el incremento exponencial de la población han intervenido directamente con la gran generación de basura. Ante esta situación han surgido desde hace ya varios años diversas compañías y empresas en la recoja y en la pepena, pero por algún motivo, no sé si es político, económico o social, estas empresas no cumplen de manera eficiente ese trabajo y mucho menos si cada munícipe que llega quiere crear una nueva empresa, créanme que la basura resulta para estos señores un buen negocio.

Sr. Barrera Concha, usted está y fue elegido para servirle al Pueblo, no para servirse. Está para trabajar y ver que sus colaboradores cumplan y la única manera de lograrlo es que en vez que esté en actos políticos, usted se avoque a administrar los recursos de la ciudad y a supervisar de una manera periódica esta gran urbe.

De nada sirven sus viajes al extranjero si su ciudad es un cochinero. ¿Cómo pretenden ustedes que Mérida sea la capital del Sureste si es la capital del basurero? Le digo que las rutas turísticas están muy bonitas, muy limpias, y por donde usted vive también, pero le voy a demostrar gráficamente la suciedad que su administración ha traído a Mérida. 

El discurso es muy bonito. Las fotos en donde usted sale, porque a usted, como es obvio le encanta ser protagónico, no hay acto en que no aparezcan al menos 10 fotos de usted, sería conveniente que con un amigo se subiera a una pickup de esas grandes ya muy comunes, o con el regidor que esté a cargo de eso o el director del área. Salga así, pulcro como siempre se le ve, y llene la camioneta con cuanta bolsa de basura se encuentre, y ahora sí, ya que le gusta ser protagónico, que le tomen hasta cien fotos recogiendo y llevando basura al basurero.

Me queda claro que la basura es un negocio. Acuérdense que un abogado de nombre Ongay Lara demandó penalmente por los delitos de coalición de servidores públicos, cohecho y ejercicio indebido de funciones a César Bojórquez Zapata, Rommel Uribe Capetillo, todos los regidores, varios particulares y el propio ex alcalde panista de Mérida, Luis Correa Mena, quien utilizó su nombre e influencias para concretar un multimillonario y sucio negocio vinculado con la basura en esta capital. Y como verán, hoy César Bojórquez, candidato a diputado federal. Qué tal. ¿Cómo ven eso, si al otro pobre, sólo por dormir junto a una dama que bailaba lo bajaron del caballo, mientras Bojórquez, que estuvo involucrado en un millonario escándalo, va como representante federal del Pueblo? Qué tal. ¿Cómo lo ven?

Es cuanto.