viernes, 10 de abril de 2015

abril 10, 2015
DES MOINES, Iowa, 10 de abril.- Se han manifestado orando juntos, tomados de la mano, mostrando carteles con las palabras de Francisco: "¿Quién soy yo para juzgar". Esta protesta de un grupo de estudiantes en contra de la decisión de su escuela, católica, de no contratar al Profr. Tyler McCubbin por ser gay.

Los detalles surgieron, después de las conversaciones, en el perfil social del candidato.

Los estudiantes de la Escuela Católica Dowling, junto con los padres y los partidarios de las comunidades vecinas en Des Moines, Iowa, han salido de sus clases bajo la lluvia para destacar que la decisión de los directivos del instituto no refleja su opinión.

La administración de la escuela había informado a las familias con una carta y un comunicado oficial en el que señalaba que después de "un control en las redes sociales se descubrió que el candidato mantiene una relación homosexual y está comprometido oficialmente". Esto, según la escuela, puede "crear confusión entre los estudiantes."



"El catecismo de la Iglesia Católica -continúa el documento- nos pide aceptar a aquellos que tienen tendencias homosexuales con respeto, compasión y sensibilidad." Sin embargo, "la Iglesia enseña sobre la base de la ley natural, las Escrituras y 2000 años de historia, que el matrimonio es un sacramento entre un hombre y una mujer. La fe católica es central en nuestra misión como escuela católica y constituye un ejercicio de libertad de religión. Para sacarlo adelante, esperamos que el personal y los maestros apoyen nuestras creencias morales como modelo de nuestra fe católica".


En cuanto al maestro sustituto que dice que se negaron a contratarlo en la escuela católica al descubrir la administración su orientación sexual, afirma que encuentra fuerza y apoyo en su fe.

"Mi fe ha aumentado durante este tiempo", dijo Tyler McCubbin al Huffington Post. "El amor no tiene fronteras. Viene en varias formas y es todo lo que se nos pidió hacer como cristianos -amarnos los unos a los otros".

McCubbin, de 26 años, dijo que comenzó a ser maestro sustituto en la Escuela Secundaria Católica Dowling en Des Moines, Iowa, en septiembre de 2014 y se le ofreció verbalmente un puesto de tiempo completo en marzo. Antes de que se firmaran los papeles, dijo, la admnistración se retractó de su oferta después de descubrir a través de las redes sociales que él es gay.

La ley de Iowa exime a las instituciones religiosas de las leyes estatales contra la discriminación. La administración de Dowling no respondió a la solicitud del Huffington Post para hacer comentarios.

El Obispo Richard Pates, de la Diócesis de Des Moines, dijo que a McCubbin se le negó el trabajo debido a su franqueza acerca de su sexualidad.

"La decisión no se basa en la orientación sexual de la persona, sino en la publicidad que hizo en Facebook, abierta al mundo", dijo Pates a KCCI News.

"Las escuelas católicas son una extensión de la Iglesia y se comprometen a seguir las enseñanzas y la doctrina en materia de empleo de la Iglesia", declaró a KCCI el superintendente de Dowling, Luvern Gubbels. "Nuestros contratos contienen lenguaje específico que describen el código de conducta esperada de acuerdo con la enseñanza que la Iglesia siempre ha aceptado".

Un grupo de Facebook para apoyar a McCubbin se formó el 7 de abril, llamado "Graduados, profesores y estudiantes católicos de Dowling contra la Discriminación", ya obtuvo más de 2,000 seguidores en sólo tres días.

McCubbin, quien se identifica como luterano, subió una versión de la Oración de San Francisco a la página de Facebook el jueves, recordando a sus partidarios que la luz puede llegar, incluso "adonde hay oscuridad." (N.de la R. Menos polémico y más razonable habría sido que la escuela católica se negara a contratar a McCubbin por ser luterano).

McCubbin ha estado enviando solicitudes de empleo a otras escuelas.

Éste es uno de varios casos en los últimos meses de maestros a quienes se les ha negado un empleo o han sido despedidos debido a su orientación sexual.

McCubbin dice sentirse "abrumado" por el apoyo que ha recibido de los estudiantes, ex alumnos y profesores.

"Me dan ganas de comunicarme con cualquier estudiante o maestro que sea cristiano o católico y enfrente esta discriminación, para hacerles saber que, pase lo que pase, al final del día alguien te ama", concluyó. (Matteo Marini / La República / Huff Post)