miércoles, 1 de abril de 2015

abril 01, 2015
DRESDE, Alemania, 1 de abril.- Un policía alemán fue condenado el miércoles a ocho años y medio de prisión por haber matado y descuartizado a un hombre, al parecer a pedido suyo, que había conocido en un sitio internet dedicado al canibalismo, informó un tribunal de Dresde.

"Fue hallado culpable de asesinato y de haber ultrajado el descanso de los muertos", anunció la presidenta del Tribunal, Birgit Wiegand.

Detlev Günzel, de 57 años y con tres hijos, asesinó a Wojciech Stempniewicz, un hombre de 59 años de origen polaco, en noviembre de 2013, antes de destrozarlo.

Detlev Günzel hoy, en el tribunal de Dresde. (© Robert Michael / AFP)

El asesino enterró a su víctima en el jardín de su casa, en Hartmannsdorf-Reichenau, una pequeña localidad cerca de la frontera checa.


Günzel había conocido a su víctima un mes antes de asesinarlo, en un sitio internet dedicado al canibalismo.

Durante el juicio, la defensa del condenado abogó que la víctima, que había expresado su voluntad de morir, se había suicidado.

Según los abogados, Stempniewicz se ahorcó en el sótano de la casa del policía, quien después lo destrozó con un cuchillo y una sierra eléctrica.

Los investigadores declararon en el tribunal que no podían determinar con exactitud las causas de la muerte debido al estado de descomposición del cadáver.

El proceso

El acta de acusación señalaba “la satisfacción sexual” como móvil del crimen.

Un vídeo de 50 minutos, filmado por Günzel, calificado de “puro horror” por un investigador, se proyecto durante el juicio.

Las imágenes, según la prensa alemana, muestran a un hombre en calzoncillos cortando en pedazos a otro que está desnudo, suspendido de un gancho, amordazado y con las manos en la espalda.

Al comienzo Günzel confesó que había llevado a su víctima al sótano y la había apuñalado en la garganta para matarla, pero después se retractó, según su abogado Endrik Wilhem.

El abogado contaba justamente con la proyección del vídeo para demostrar que Stempniewicz, suspendido por la garganta a una polea, jamás perdió el contacto con el suelo y “habría podido poner fin en todo momento a la estrangulación”.

“En las últimas imágenes del vídeo, (el acusado) dice algo así como que ‘no puedo creer lo que acaba de ocurrir'”, sostiene Wilhem, quien piensa que su cliente, obsesionado por los acontecimientos, “era incapaz de matar a nadie” pese a sus salvajes fantasmas.

Un informe de la autopsia asegura que la víctima murió por asfixia.

Finalmente, le fue bien a Günzel porque en Alemania, el asesinato puede conllevar cadena perpetua. 

Parece ser que el condenado no llegó a ingerir carne de su víctima, aunque faltaban los genitales. 

En Alemania, este asunto ha hecho recordar el “canibal de Rotenburgo”, Armin Meiwes, quien en 2001 castró, asesinó, evisceró y consumió partes de un berlinés de 43 años que se prestó a ello y por lo que fue condenado a cadena perpetua. (AFP / globovision.com)