jueves, 9 de abril de 2015

abril 09, 2015
¿Quién dijo que la moda no podía aplicarse para algo más funcional que verse bien? Te presentamos la historia de Alfred “Alfie” Date, un australiano de 109 años que se ha dedicado desde 1932 a tejer prendas cuando decidió regalarle algo a un sobrino recién nacido...


Considerado el hombre más anciano de Australia, en el 2013 encontró un uso para su habilidad, por lo que comenzó a tejer  prendas para rehabilitar pingüinos. Dos enfermeras del hogar donde vive le comentaron que la Penguin Foundation de Phillip Island (Victoria, Australia) había solicitado suéteres para cubrir a los pingüinos afectados por un derrame de petróleo, a lo cual Alfred no pudo decir que no.


Con la lana que le dejaron las enfermeras, comenzó a tejer y tejer prendas sin errores. En Phillip Island reside una colonia de 32,000 ejemplares de una rara especie de pingüinos que sólo se encuentra en el sudeste de Australia y Nueva Zelanda. El programa “Tejidos para la naturaleza” (Knits for nature) tuvo como objetivo conseguir suéteres para protegerlos de los daños ocasionados por un derrame de petróleo. La efectividad de este método había sido probada en 2001, cuando se logró salvar al 96% de las 438 aves marinas afectadas.


El petróleo separa las plumas de los pingüinos. Esto hace que el agua pueda pasar a través de ellas. Así, su temperatura baja notablemente y se vuelven más pesados. En estas condiciones, les cuesta cazar su comida, de manera tal que mueren de hambre. Además, al limpiarse con el pico, ingieren sustancias tóxicas. Por estos motivos, en los parques naturales de Phillip Island se ha implementado el sistema del suéter. Con el paso del tiempo, el patrón de tejido se ha perfeccionado para que no dañe el plumaje de los animales ni haga que sus aletas y picos queden enredados. Las prendas son de lana pura, de manera tal que las aves marinas se mantienen cálidas sin riesgo de calentarse de más, ya que el material puede respirar.


Cada sueter es único y jamás se reutiliza, ésto con la finalidad de evitar la transmisión de patógenos de un animal a otro. Además, como la lana absorbe un poco del petróleo, sólo se lograría pasar sustancias tóxicas entre los pingüinos. Aquellas prendas que no son aptas para la rehabilitación, se le colocan a pingüinos de peluche, como los que se ven en las imágenes. Estos son vendidos para recaudar fondos que luego se destinan a proyectos de investigación y preservación. (DSP / Daily Mail)