Alberto Castro Carvajal
12 de abril 2015
Quienes me conocen saben que no suelo publicar posts como el siguiente (tal vez debería hacerlo más), pero hoy me sentí verdaderamente indignado e impotente.
Esta tarde, en Starbucks Paseo de Montejo, una amiga y yo vimos entrar al estacionamiento del café a una persona que parecía o indigente o afectada de sus facultades mentales. Cinco minutos después, la misma persona salía del estacionamiento y justo en ese momento apareció una patrulla de la policía estatal. Ambos agentes se bajaron del auto y sin mucho preámbulo comenzaron a electrocutar a esta persona con un “taser”. Cuatro o cinco veces después, esta persona finalmente acabo en el suelo. Y es cuando yo empiezo a grabar. Dejo mejor que los videos y las fotos les muestren lo que pasó.
1. Desconozco si esta persona tiene antecedentes de violencia, antecedentes penales u otra clase de circunstancia que “justificara” la decisión de los agentes de policía de utilizar métodos violentos antes de privilegiar un diálogo u otro trato más humanitario.
2. Desconozco también si en las policías municipales o estatales existen departamentos especializados en tratar con personas que padecen de sus facultades mentales que pudiesen abordar este tipo de situaciones con más tacto y menos violencia.
3. A esta persona se la llevan detenida. Y me pregunto si ahí, donde nuestra mirada no entra, recibirá un trato similar o peor.
Me atrevo a compartir esto por si alguien sabe si se puede (o debe) denunciar, ante quién, etc., le agradecería me lo indique. Me indigna y me asusta que cualquiera pueda ser víctima de estos salvajes. Y sí: reconozco que me limité a grabar y no dije nada y me avergüenzo; por miedo o por la razón que sea me quedé callado y grabé. Si esto califica como un abuso de fuerza por parte de la policía, entonces compartan para que la gente de Mérida y del resto del país vean la clase de personas que "salvaguardan el orden y la paz" de esta ciudad.