lunes, 13 de abril de 2015

abril 13, 2015
Alberto Castro Carvajal
12 de abril 2015

Quienes me conocen saben que no suelo publicar posts como el siguiente (tal vez debería hacerlo más), pero hoy me sentí verdaderamente indignado e impotente.

Esta tarde, en Starbucks Paseo de Montejo, una amiga y yo vimos entrar al estacionamiento del café a una persona que parecía o indigente o afectada de sus facultades mentales. Cinco minutos después, la misma persona salía del estacionamiento y justo en ese momento apareció una patrulla de la policía estatal. Ambos agentes se bajaron del auto y sin mucho preámbulo comenzaron a electrocutar a esta persona con un “taser”. Cuatro o cinco veces después, esta persona finalmente acabo en el suelo. Y es cuando yo empiezo a grabar. Dejo mejor que los videos y las fotos les muestren lo que pasó.


1. Desconozco si esta persona tiene antecedentes de violencia, antecedentes penales u otra clase de circunstancia que “justificara” la decisión de los agentes de policía de utilizar métodos violentos antes de privilegiar un diálogo u otro trato más humanitario.

2. Desconozco también si en las policías municipales o estatales existen departamentos especializados en tratar con personas que padecen de sus facultades mentales que pudiesen abordar este tipo de situaciones con más tacto y menos violencia.

3. A esta persona se la llevan detenida. Y me pregunto si ahí, donde nuestra mirada no entra, recibirá un trato similar o peor.

Me atrevo a compartir esto por si alguien sabe si se puede (o debe) denunciar, ante quién, etc., le agradecería me lo indique. Me indigna y me asusta que cualquiera pueda ser víctima de estos salvajes. Y sí: reconozco que me limité a grabar y no dije nada y me avergüenzo; por miedo o por la razón que sea me quedé callado y grabé. Si esto califica como un abuso de fuerza por parte de la policía, entonces compartan para que la gente de Mérida y del resto del país vean la clase de personas que "salvaguardan el orden y la paz" de esta ciudad.