jueves, 19 de marzo de 2015

marzo 19, 2015
pentagrama

La ciudad de Mérida, por su características, por su origen y sus costumbres, así por como sus personalidades y familias, es un lugar en el cual se concentran gentes de diversas partes del Estado, de otros estados e incluso de otros países, no sólo de hoy sino de antaño. Por todo ese conjunto que conforma a esta gran ciudad, se puede decir que es una urbe cosmopolita y que por ende se han dado y se siguen dando diversas corrientes históricas y contemporáneas.

Es esa la razón por la que cuenta con tres cronistas de la ciudad, tres cronistas que de alguna manera están enterados de los ayeres y de los hechos contemporáneos que se han dado y se siguen dando hoy en día. Hablamos de Jorge H. Álvarez Rendón, Juan Francisco Peón Ancona, Gonzalo Navarrete Muñoz y el finado Pbro. José Camargo Sosa.


Sin embargo, dada la explosión demográfica de que ha sido objeto Mérida, siento que hace falta alguien más que viva y que narre con tal elocuencia el quehacer de esta gran ciudad y me pregunto cómo es que no han considerado a un personaje que es conocedor de tanta gente que ha conformado la historia no sólo de Mérida sino de Yucatán, de artistas, de escritores, de deportistas, de anécdotas, gente pintoresca, de hechos jocosos como también lamentables que se han dado a lo largo de nuestra historia  y me refiero a la persona del Profr. Ariel Avilés Marín, un hombre que es apreciado por la sociedad, un hombre estudioso de las letras y del buen decir de nuestro idioma, un hombre que si algo hay que reprocharle es que sepa tanto y que quiera tanto a su ciudad.

Perteneciente a una corriente llamada Modelistas y que en ella se encuentra inmersa una agrupación netamente cultural denominada Liga de Acción Social, a la cual pertenecen personas amantes de las letras, de la música, personas muy destacadas y reconocidas del medio.

Un hombre que en estos tiempos contemporáneos se preocupó porque se cree en la Universidad Modelo la Escuela de Letras, una Licenciatura que inicialmente existió en los ayeres y de pronto desapareció, pero con el empuje y dinamismo cultural de Ariel Avilés, y de otras personas amantes de las letras, se crea ésta en la Universidad Modelo, antes que lo haga la UADY, iniciando con diplomados en Letras Hispánicas y del Caribe y con una especialidad en Letras Hispánicas.

En algunas pláticas entre diversos grupos le escuché decir que una universidad sin Letras y Filosofía no está completa, puesto que es allá donde se cultiva el pensamiento y la expresión, y bajo ese principio su preocupación por crearla.

Pero muy aparte de esto, el Profesor es una persona que del tema que le hables, está enterado. Del personaje que le hables, está enterado, pero no sólo enterado sino documentado, y es ahí en donde nace en una servidora la pregunta ¿cómo es que un ser con estas características no se ha considerado un cronista de la ciudad? Sabedor de tanta historia, de edificios, de haciendas, de monumentos, de calles, avenidas, de colonias, de educación. Conocedor de las relaciones entre las tres Méridas (España, Venezuela y México), de las corrientes cubanas que de alguna manera han permeado en la historia no sólo de esta gran ciudad, sino de la educación.

Hay mucho más que decir de este simpático y buen hombre, pero nos darían las horas de hablar pormenorizadamente de las experiencias y anécdotas que posee en su acervo el Profr. Ariel Avilés Marín.

Les dejo estos comentarios como una propuesta de la persona para considerarlo un cronista de la ciudad.