lunes, 30 de marzo de 2015

marzo 30, 2015
DÜSSELDORF, Alemania, 30 de marzo.- El día después de la tragedia, Frank Woiton, un piloto de 48 años que trabaja para la aerolínea Germanwings, se presentó voluntariamente al trabajo, porque muchos de sus colegas de la compañía no estaban en condiciones de volar, y realizó un vuelo de Hamburgo a Colonia.

Al día siguiente, dos días después de la tragedia, el piloto cubrió la ruta Düsseldorf-Barcelona-Düsseldorf, la misma en la que 150 personas murieron al estrellar el copiloto de forma presuntamente deliberada el aparato cuando sobrevolaba los Alpes franceses.

En ese vuelo Woiton repitió lo que ya había hecho el miércoles, un día después de la tragedia, en la ruta Hamburgo-Colonia: saludó uno por uno a cada uno de los pasajeros y miembros de la tripulación, y dio unas palabras antes de iniciar el vuelo para tranquilizar el ánimo en el vuelo.

Más de una vez, Frank Woiton (en las imágenes) dejó a Lubitz los mandos del avión cuando coincidían en el mismo vuelo. Enlace.

"Reinaba un ambiente de extrema aflicción entre la tripulación y entre los pasajeros. Se les podía ver en la cara", explicó el piloto, padre de dos hijos.


Woiton se ha ganado el respeto en internet y en las redes sociales, luego de que una mujer que estaba en el primer vuelo difundió lo que hizo. "Quería que los pasajeros vieran que delante, en la cabina, también hay una persona", explicó el piloto.

Entonces se colocó en el pasillo y, micrófono en mano, pronunció un discurso muy personal y emotivo: "Les llevaré sanos y salvos de Düsseldorf a Barcelona. Pueden confiar en ello, porque también yo quiero sentarme esta noche con mi familia a la mesa".

Tras un primer momento de silencio, el vuelo entero aplaudió al capitán, según relató la pasajera Britta Englisch, en su cuenta de Facebook. El texto fue compartido ya 20,000 veces y ha tenido 325,346 "Me gusta".

A continuación el mensaje completo:

"Ayer en la mañana, a eso de las 8.40 am, abordé un avión de la compañía Germanwings con destino a Colonia. Tenía sentimientos encontrados.

Pero el piloto al mando del avión saludó a cada pasajero de manera personal, e incluso hizo un breve pero emotivo discurso antes de despegar.

Y no desde la cabina, sino junto a nosotros, los pasajeros, y toda la tripulación.

Habló sobre cómo el accidente lo había impactado profundamente, a él y a todo el personal de vuelo. Sobre lo consternados que estaban todos.

Pero también recalcó que ellos estaban ahí por voluntad propia.

Habló también de su familia, y declaró que él haría todo lo posible para estar con ellos de nuevo esa noche.

Todos estábamos profundamente conmovidos, en silencio. Y entonces todos comenzaron a aplaudir.

Yo quiero agradecer a ese piloto: él entendió lo que todos los pasajeros estábamos pensando, y se las arregló para entregarnos, o al menos a mí, una buena sensación sobre este vuelo". (EFE)