domingo, 22 de marzo de 2015

marzo 22, 2015
NUEVA YORK, 22 de marzo.- El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) condenó hoy las últimas acciones en el Yemen de los rebeldes hutíes, que acaban de iniciar una ofensiva para tratar de hacerse con el sur del país, y amenazó con imponer nuevas sanciones.


Lo hizo a través de una declaración por escrito aprobada en una reunión de urgencia, en la que el máximo órgano de decisión de las Naciones Unidas analizó el deterioro de la situación vivido en el Yemen en los últimos días.

“El Consejo de Seguridad condena las medidas unilaterales que están adoptando los hutíes, que socavan el proceso de transición política en el Yemen y ponen en peligro la seguridad, la estabilidad, la soberanía y la unidad del país”, señaló el Consejo.


Hoy el movimiento rebelde chií empezó una ofensiva para controlar el sur del Yemen con un despliegue en la estratégica e importante ciudad de Taiz, al tiempo que envió fuerzas hacia Adén, aumentando los temores de una posible nueva guerra civil.


Taiz, a 250 kilómetros al suroeste de Saná, es una de las ciudades más grandes del país, de mayoría suní, y está situada en una de las principales carreteras que comunica la capital con Adén, la urbe elegida como base por el presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi.

En una intervención por videoconferencia, el enviado especial de la ONU para el Yemen, Yamal Benomar, advirtió al Consejo del grave deterioro que vive la situación en el país y aseguró que el conflicto podría desembocar en algo similar a lo que se vive en Irak, Siria y Libia.

“A no ser que se logre una solución en los próximos días, el país caerá en un conflicto aún más profundo”, señaló Benomar, quien alertó del carácter cada vez más sectario que está tomando la confrontación.

Tanto Benomar como la declaración de los miembros del Consejo de Seguridad expresaron hoy su respaldo a Hadi y urgieron a los hutíes a devolver el poder, renunciar a la fuerza y negociar una salida al conflicto.

En ese sentido, condenaron “en los términos más enérgicos” los ataques aéreos lanzados contra el palacio presidencial de Adén y el aeropuerto de esa ciudad.

El Consejo hizo lo propio con los atentados que el viernes dejaron más de 150 muertos en dos mezquitas chíies y que fueron reivindicados por el Estado Islámico (EI, IS o ISIS).

La declaración no hace ninguna referencia al grupo yihadista, pero sí expresa preocupación por la capacidad de Al Qaeda en la península Arábiga para beneficiarse de la actual situación en el Yemen, una posibilidad sobre la que también alertó Benomar.

El enviado de la ONU trata desde hace tiempo de impulsar un proceso de negociación en el país, donde el conflicto se ha agravado desde que Hadi se retractara el mes pasado desde Adén de su anterior dimisión y anunciara que es el presidente legítimo del país, en oposición a lo dictado por los hutíes.

El mandatario, que huyó a esa ciudad el 21 de febrero pasado, después de que los hutíes tomaran el poder, trata de reorganizar a los efectivos del Ejército y la Policía que le respaldan para frenar el avance del grupo chií.

El Gobierno yemení y otros actores acusan a Irán de estar detrás de los insurgentes hutíes y, sin mencionar a ningún país, el Consejo llamó hoy a todos los Gobiernos a abstenerse de “toda injerencia externa que tenga por objeto fomentar el conflicto y la inestabilidad”.

En el ámbito de las sanciones, el Consejo de Seguridad ya impuso el pasado noviembre una primera ronda contra el expresidente yemení Ali Abdalá Saleh y dos líderes hutíes por desestabilizar el país, castigos que renovó el pasado febrero.

Según la ONU, Saleh, que estuvo en el poder durante más de 30 años, utiliza a sus partidarios para bloquear de forma continuada el proceso legislativo y las iniciativas de Hadi que van en contra de sus intereses.

Hoy, el órgano máximo de la ONU expresó su “disposición a adoptar nuevas medidas contra cualquier parte” en caso de que se desoigan sus llamamientos para poner fin al conflicto. (EFE / El Mundo)