domingo, 8 de marzo de 2015

marzo 08, 2015
SELMA, Alabama, 8 de marzo de 2015.- “Nos reunimos aquí para honrar la valentía de los estadounidenses dispuestos a soportar macanas, castigos, gases lacrimógenos y a ser pisoteados, hombres y mujeres que a pesar de que corriera la sangre permanecieron fieles a la Estrella del Norte para seguir marchando hacia la justicia”, dijo ayer el presidente Obama en Selma, donde una multitud lo aguardaba.

El primer presidente afroamericano de Estados Unidos conmemoró este sábado el 50 aniversario de la osada marcha a través del puente Edmund Pettus, donde una brutal represión estatal vigorizó el apoyo al derecho a votar de los afro-estadounidenses.

En un discurso pronunciado bajo un sol de penitencia delante del puente Edmund Pettus, en el cual, hace 50 años, unas 600 personas que manifestaban pacíficamente fueron reprimidas con brutalidad por la policía, el primer presidente negro de la historia del país rechazó el "error común" de "sugerir que el racismo ha desaparecido, que el trabajo realizado por los hombres y mujeres de Selma se ha terminado".


"John Lewis es uno de mis héroes. Ahora, tengo que imaginar que cuando joven, Lewis despertó aquella mañana hace 50 años los actos heroicos que estaban por venir no estaban en su mente. Un día como este no estaba en su mente. El aire estaba lleno de dudas.

"Entonces, su mochila equipada con una manzana, un cepillo de dientes, un libro sobre el gobierno –todo lo que necesitas para una noche tras las rejas—John Lewis tenía la misión de cambiar Estados Unidos.

"Presidente Bush y señora Bush, gobernador Bentley, miembros del Congreso. Alcalde Evans, Reverendo Strong, amigos y compatriotas:

"Hay lugares y momentos en Estados Unidos en los que se ha decidido el destino de esta nación. Muchos son los sitios de la guerra; otros son los sitios que simbolizan la audacia del carácter de América.

"Selma es un lugar así".

"Sabemos que la marcha no ha terminado", dijo el presidente ante miles de personas en el puente donde los activistas fueron duramente reprimidos por la policía en 1965, un episodio que pasó a la historia como el "Bloody Sunday" ("El domingo sangriento").

"Es un error común sugerir que el racismo ha desaparecido, que el trabajo realizado por los hombres y mujeres de Selma se ha terminado. (...) Esto no es cierto", dijo el presidente en el pequeño pueblo de Alabama que se ha convertido en un emblema de la lucha por los derechos civiles.

"Sólo tenemos que abrir nuestros ojos y oídos y el corazón, saber que la historia racial de esta nación todavía proyecta su larga sombra sobre nosotros", agregó.

"No necesitamos el informe de Ferguson para saber que eso no es cierto", señaló en alusión a un terminante documento del departamento de Justicia que subraya los comportamientos discriminatorios de la policía en esa localidad escenario de duros enfrentamientos tras la muerte de un joven negro por un agente blanco, en agosto pasado.

Obama denunció también la implementación en algunos estados de leyes que dificultan el ejercicio del voto por las minorías.
"En 2015, 50 años después de Selma, hay leyes en nuestro país diseñadas para hacer más difícil que la gente vote", dijo.

Obama también señaló que esta zona es en la actualidad un lugar de inspiración para los ciudadanos de todo el mundo que luchan por la libertad.

"Desde las calles de Túnez hasta Maidan, en Ucrania, esta generación de jóvenes puede sacar fuerzas de este lugar, donde los más débiles pudieron cambiar a la mayor potencia del mundo y empujar a sus líderes a expandir las fronteras de la libertad", dijo.

"No proteger enérgicamente lo adquirido (el derecho al voto, a la información) es perder el respeto por quienes han hecho esos sacrificios", señaló el pastor Al Sharpton, activista por los derechos civiles a su llegada al puente donde una multitud esperaba a Obama.

"Hemos avanzado mucho (...) pero es tiempo de protesta más que de celebración", dijo por su parte el pastor Jesse Jackson. "Debemos proteger el derecho al voto y abordar la cuestión de la pobreza, que es un arma de destrucción masiva", añadió el pastor, otro activista de derechos cívicos.

En el acto estuvieron presentes el expresidente republicano George W. Bush y su esposa Laura, así como el gobernador de Alabama, Robert Bentley, y una delegación de un centenar de congresistas encabezada por el demócrata John Lewis, quien participó en la marcha cuando tenía 25 años y a quien Obama se refirió como uno de sus "héroes".

Lewis, quien introdujo al presidente, también coincidió en que "todavía queda trabajo por hacer" y pidió a los ciudadanos "construir sobre el legado de la marcha", en la que él mismo resultó herido.

"Nuestro país nunca volvió a ser el mismo por lo que pasó en este puente", dijo el congresista, que aseguró que si alguien le hubiera dicho ese día de 1965 que estaría presentando al primer presidente negro del país: "hubiera dicho estás loco, has perdido la cabeza".

Una bandera

"Selma es ahora" es la frase que ha utilizado el presidente Obama antes de su visita, con la que espera poner los focos en los abusos del sistema de justicia.

Tras los pasos de los líderes de derechos civiles que hicieron posible su llegada a la Casa Blanca, Obama visitó Selma para alistar una nueva generación en la lucha.

Acompañado por su esposa Michelle y sus hijas Sasha y Malia, Obama insistió en que los hechos ocurridos medio siglo atrás no están confinados en un único tiempo o lugar.

En el aniversario de "Selma no se trata sólo de conmemorar el pasado", dijo Obama en vísperas de su visita.

"Se trata de honrar, a través de la acción aquí y ahora, la leyenda de quienes ayudaron a cambiar este país".

La historia

El 7 de marzo de 1965, unos 600 manifestantes pacíficos fueron atacados por la policía armada con garrotes y gases lacrimógenos en el puente, un momento que marcaría un antes y un después en la historia de la democracia estadounidense.

Unos meses después se aprobaría la Ley de Derechos Electorales.

Previo a la ley, era más fácil para estados como Alabama restringir el registro de los votantes por medio de intimidaciones violentas y racismo burocrático.

"Selma mostró el coraje de gente ordinaria haciendo cosas extraordinarias por su convicción de que podían cambiar el país", dijo el presidente.

"Selma interpela a cada uno de nosotros sobre qué podemos hacer para que Estados Unidos sea mejor. Históricamente, han sido jóvenes como ustedes los que han ayudado a liderar esas marchas".

La historia de lo ocurrido en Selma el "domingo sangriento" ha vuelto a cobrar protagonismo gracias a la película nominada al Óscar que lleva el nombre de la ciudad y que fue protagonizada por David Oyelowo como Martin Luther King.

Lucha contra la brutalidad policial

Pero la cita del sábado cobra particular relevancia por la actual lucha que los líderes en derechos civiles libran contra los escándalos producidos por la brutalidad policíal contra miembros de la comunidad negra en Estados Unidos.

Una investigación realizada por el Departamento de Justicia puso de manifiesto el profundo racismo policial en Ferguson, Misuri, donde un policía blanco mató a tiros a un adolescente negro desarmado el 9 de agosto, lo que desató disturbios y protestas a nivel nacional.

"No creo que lo que pasa en Ferguson sea algo típico", dijo Obama el viernes, pero "tampoco es un hecho aislado".

A pesar de lo que el fiscal general Eric Holder calificó como un "contundente informe" sobre el departamento de policía de Ferguson, el gobierno no procesará al policía blanco responsable del asesinato del adolescente Michael Brown.

Obama dijo que respaldaba la decisión del Departamento de Justicia.

"Quizás nunca sepamos exactamente lo que ocurrió, pero al oficial (Darren) Wilson, como cualquier otra persona acusada de cometer un crimen, se le hará el debido proceso y se le otorgará el beneficio de la duda", dijo Obama.

"Y si quedaran dudas acerca de lo que ocurrió, no se lo puede condenar simplemente porque lo que pasó fue trágico", advirtió. (Univision / El Mundo / Repubblica / BBC)