miércoles, 11 de marzo de 2015

marzo 11, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 11 de marzo.- Movimiento Ciudadano fija su postura con respecto a la captura en Yucatán de un líder de uno de los carteles del narcotráfico a nivel nacional, el segundo en menos de dos semanas (N. de la R. Están hablando de Víctor Aguirre Garzón (a) El Gordo. El anterior fue el hermanito de "La Tuta"). Esta detención refuerza las versiones de que Yucatán es utilizado como refugio de los capos de la droga. Esta es una situación que lastima y ofende a los ciudadanos, incluso si algunos lo dan por sentado, pues hace décadas se rumora abiertamente entre los ciudadanos esta situación.



El narcotráfico es un problema que no empieza ni termina en Yucatán, es un problema de salud pública mundial que genera un redituable mercado a la delincuencia. En Movimiento Ciudadano siempre hemos creído que la mejor manera de combatir el narcotráfico es impidiendo que exista. Esto se logra con autoridades firmes e instituciones sólidas que por medio de políticas públicas efectivas fortalezcan verdaderamente el tejido social.


Es un momento de crisis, no solamente económica sino de valores y de las instituciones. Confiemos en que pronto encontremos como sociedad el camino de vuelta y le cerremos la puerta a la corrupción, a la impunidad y al delito retomando a la familia como base fundamental de la sociedad y de la transmisión de valores.

Invitamos a los ciudadanos a hacer un compromiso valiente, personal e intransferible con acciones específicas que motiven a un cambio decidido. Buscamos a aquellos hombres y mujeres valientes que piensan que no todo está perdido para emprender la lucha por un mejor mañana. Una lucha en la que no nos daremos por vencidos.

Los problemas económicos, políticos y de toda índole sólo se solucionan atacando aquello que les dio origen: la corrupción, la impunidad, la falta de leyes e instituciones fuertes, la tolerancia y apatía. Cambiemos nuestra actitud de tolerancia a lo intolerable, castigar a quien merezca castigo, detener el saqueo y la corrupción. Todos somos corresponsables de nuestro destino. México, para sanar, necesita una inyección de valor que sólo los ciudadanos podemos darle.