viernes, 27 de marzo de 2015

marzo 27, 2015
BERLÍN, 27 de marzo.- La compañía Lufthansa ha decidido ofrecer una "ayuda" de 50,000 euros a los familiares de cada uno de los pasajeros fallecidos en el siniestro del avión de Germanwings. Esta cantidad será pagada de inmediato, a fondo perdido e independientemente de las indemnizaciones que puedan reclamarse posteriormente.

Una portavoz de Germanwings ha confirmado sin embargo que, en los procesos de indemnizaciones que comienzan ya a cobrar forma, la compañía aceptará solamente "una responsabilidad limitada". El experto en Derecho de Aviación Wolf Müller calcula que los deudos de cada pasajero podrán exigir entre decenas de miles y cientos de miles de euros.

La compañía tratará de evadir toda la responsabilidad, alegando que fue el piloto el que incumplió su contrato, que le obligaba a comunicar cualquier diagnóstico médico incompatible con su actividad profesional.



La Fiscalía de Düsseldorf ha informado de que el copiloto que presuntamente estrelló deliberadamente el avión de Germanwings tenía un certificado médico de baja por enfermedad, que había roto y ocultado a la empresa, así como otros documentos que demuestran que estaba en tratamiento.


Los pedazos de papel fueron recuperados de una papelera, según ha trascendido de la investigación por homicidio que lleva a cabo la Fiscalía de Düsseldorf.

Entre sus documentos han aparecido recetas y pruebas que componen un amplio historial de depresión debido a una "crisis existencial" y demuestran que estaba en tratamiento hasta el mismo día que estrelló el avión. Fuentes de la Fiscalía negaron, en cambio, que en los registros realizados en su domicilio se hubiera encontrado una carta de despedida.

Esta mañana se conocía a través de los medios alemanes que Lubitz estuvo recibiendo tratamiento médico y psiquiátrico por una profunda depresión hasta el mismo día de la tragedia. Una información que ha confirmado la Fiscalía. Al parecer Lubitz hacía algunas semanas que había roto con su novia, con la que llevaba siete años.

La clínica alemana que lo trató ha confirmado tal hecho, si bien ha desmentido que fuera por depresión y que Lubitz llegara a estar ingresado.

El copiloto empezó su aprendizaje a los 14 años en un club de aviación local e ingresó en la escuela de Bremen de Lufthansa en 2007. Según personas cercanas a Lubitz estaba obsesionado con su trabajo y con la compañía para la que trabajaba.

Ya en el año 2008 tuvo que dejar su formación como piloto por una "depresión severa" de la que también fue tratado durante año y medio.

La aerolínea Lufthansa, propietaria de Germanwings, explicó este jueves que "el piloto había pasado todas sus pruebas y todos sus exámenes médicos". "Él estaba al cien por cien en condiciones para volar sin restricciones", afirmó Carsten Spohr, jefe de la compañía.
Una pista clave

La policía alemana halló después de registrar la casa de sus padres y su apartamento en Düsseldorf y Montabaur una "pista clave" que serviría para explicar la tragedia, según revelaba un portavoz de la policía. Sin embargo, aunque no han querido revelar ningún detalle de la pista encontrada, sí han explicado que no se trata de una nota de suicidio y que tampoco hay "indicios de un trasfondo político o religioso".

Según el diario 'Bild', esta pista sería el dossier médico de Lubitz, donde queda de manifiesto que sufría depresión y estaba medicado. La policía registró durante más de cuatro horas un apartamento propiedad de Lubitz valorado en más de medio millón de euros y la casa de sus padres. Los investigadores creen que Andreas Lubitz vivía entre las dos viviendas.

'Hemos encontrado algo que ahora mismo se está analizando. No podemos decir lo que es en este momento pero puedo decir que es un indicio muy significativo para explicar lo que ha sucedido. Esperamos que pueda despejar algunas incógnitas", afirmaba un portavoz de la policía tras finalizar el registro en el que las autoridades se incautaron del ordenador personal, el portátil y otros archivos de Lubitz.

La investigación se centra en las motivaciones de Lubitz, un ciudadano alemán que se unió a la aerolínea de bajo coste Germanwings, propiedad de Lufthansa, en septiembre de 2013 y que tenía sólo 630 horas de tiempo de vuelo -en comparación con las 6.000 horas de vuelo del capitán-.

La puerta de la cabina

La puerta de acceso a la cabina de pilotos dispone de tres posiciones, una de ellas, llamada lock, impide el acceso desde fuera. Si está activada, nadie puede abrirla.

Existe otra que permite entrar a través de una combinación numérica en poder de los miembros de la tripulación. Si bien, esta opción tiene un retardo de 45 segundos y sólo funciona si no está pulsado el citado bloqueo interno, según explican fuentes del colectivo de pilotos.

La última posibilidad es la apertura voluntaria de la puerta por parte del piloto que permanece en el interior de la cabina.

Tras los atentados del 11S, el protocolo de apertura de la puerta cambió para evitar secuestros. Entonces las autoridades de aviación americanas y europeas aprobaron una normativa que obligaba a los fabricantes a diseñar puertas de máxima seguridad que impidieran el acceso a la cabina a cualquier persona. En paralelo, las aerolíneas debían sustituirlas.

La caja negra encontrada del avión estrellado de Germanwings en los Alpes franceses demuestra que el copiloto se quedó solo en la cabina y que mantuvo el dispositivo de bloqueo activado. (Rosalía Sánchez / Elena Hita / El Mundo)