martes, 17 de marzo de 2015

marzo 17, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez

De madrugada hace dos semanas fue detenido el hombre a quien las autoridades ubicaron como el líder máximo del temido cártel de Los Zetas. Óscar Omar Treviño Morales, alias El Z-42, fue capturado en su lujosa vivienda en el municipio más rico de México: San Pedro Garza García, Nuevo León. Además de varias residencias, tenía una bodega con decenas de coches último modelo y hasta dos helicópteros.

De inmediato, la Inteligencia Militar difundió por canales oficiales que esta sanguinaria organización criminal ya tenía nuevo líder: Juan Francisco Treviño Chávez, alias El Quico. Lo ubicaron como sobrino de los hermanos Miguel Ángel, apodado El Z-40, y Óscar Omar Treviño Morales, El Z-42; hijo de su hermano mayor Juan Francisco.


El asunto es que, oficialmente, El Quico está en la cárcel. Y no en cualquier cárcel: en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, ubicado en el municipio de Almoloya, Estado de México. Esta es la historia:


En junio de 2012, el gobierno de Nuevo León anunció que había capturado a uno de los más relevantes miembros de la dinastía que gobierna al cártel de Los Zetas.

Explicó que la Agencia Estatal de Investigaciones realizó un discreto operativo en el centro comercial Plaza Real de la famosa avenida Gonzalitos de Monterrey. A pleno mediodía, en el estacionamiento, junto con un primo y dos mujeres, estaba Juan Francisco Treviño Chávez, alias El Quico.

En ese momento se divulgó que El Quico era el encargado del estratégico Nuevo Laredo, segundo en la línea de mando nacional de Los Zetas, debajo de su tío Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, quien entonces estaba libre.

El expediente marca que tiene 33 años y mide más de 1.80 metros, según la imagen de cuando lo ficharon y trasladaron al más famoso de los penales de máxima seguridad.

Al detectar este dato, consulté con Inteligencia Militar para que aclararan si El Quico seguía en la cárcel y desde ahí manejaba el cártel, si obtuvo su libertad, si se había fugado o si sencillamente fue un error de ellos. Han pasado dos semanas y en la Secretaría de la Defensa Nacional siguen sin responder. Al insistirles hasta en tres ocasiones, contestan que el asunto está bajo verificación con autoridades locales.

En esto de la herencia del liderazgo de Los Zetas, hay aparentemente divergencia dentro del gobierno federal: para el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) no hay tal relevo en el mando. Coinciden en que Los Zetas están a tal grado desarticulados, que ya no hay sucesor al mando sino, cuando mucho, pandillas locales.

Sabremos con el tiempo qué instancia tiene razón.

SACIAMORBOS: Según los informes de inteligencia militar, las excentricidades de Óscar Omar Treviño incluían su afición por los pantalones de mezclilla de Ermenegildo Zegna, su gusto por regalar bolsas y accesorios de Louis Vuitton.