lunes, 23 de marzo de 2015

marzo 23, 2015
BUENOS AIRES, Argentina, 23 de marzo.- Aunque en San Ignacio viven más de siete mil personas, en esta tarde de marzo parece que el sol y la humedad son los únicos habitantes de este breve trazado de calles rojas y desparejas. Desde aquí hay que conducir unos seis kilómetros por un camino generoso en terrones sueltos para llegar a la entrada del parque Teyú Cuaré. Lo siguiente será caminar unos veinte minutos sobre empinados senderos arrancados a machete a la vegetación, para dar finalmente con las misteriosas construcciones que, soberbias en la dureza de sus piedras pero golpeadas por el tiempo y por la selva, generan algo de miedo.

¿Qué fueron estos edificios? ¿Quién los construyó? ¿Para qué? Estas preguntas trajeron hasta aquí a un equipo del Centro de Arqueología Urbana (CAU) de la UBA, a quienes se sumó una arqueóloga del Museo Andrés Guacurarí, de Misiones, quienes, tras una primera etapa de trabajo, elaboraron una inédita hipótesis: se trata de edificaciones levantadas para que vivieran ocultos altos mandos nazis tras la Segunda Guerra.


“Aparentemente, a mitad de la Segunda Guerra Mundial, (…) la aeronáutica nazi generó un proyecto secreto de construcción de refugios para que los más altos jerarcas nazis pudieran esconderse tras una derrota, sitios inaccesibles, en medio del desierto, en una montaña, en un acantilado o en el medio de una selva como esta”, le explicó a Clarín Daniel Schávelzon, investigador del Conicet, director del CAU y líder del equipo que vino a Misiones.


“Este sitio además tiene la virtud de que permite estar en Paraguay en menos de diez minutos, es un sitio defendible, un sitio protegido, un sitio inaccesible, un sitio donde vivir tranquilos, un sitio de refugio. Y creo que lo que encontramos es un sitio de refugio para la jerarquía nazi”, afirmó Schávelzon, aunque aclaró esta no es una conclusión definitiva.

Los científicos determinaron que el conjunto está compuesto por tres edificios. Uno con fines de vivienda, otro pensado como depósito y un tercero, que hasta ahora había permanecido semioculto, preparado para ser un puesto de vigilancia. Las construcciones tienen una amplia vista panorámica y muros de hasta tres metros de espesor, dijeron los investigadores.

Los investigadores encontraron varios objetos que indican que las construcciones se llevaron a cabo hacia la primera mitad de la década de 1940. Entre los hallazgos más trascendentes se cuentan monedas alemanas de entre 1938 y 1944 y porcelana alemana de aproximadamente esos mismos años (ver Objetos...).

Los científicos del CAU creen que la jerarquía nazi nunca utilizó estos refugios porque cuando llegó a la Argentina se dio cuenta de que podía vivir en las ciudades, sin esconderse. La evidencia de la presencia nazi en el lugar remitiría entonces a la etapa de construcción o preparación del lugar, afirmaron.

Aunque un rango temporal (la primera mitad de los 40) y una procedencia (Alemania) no conducirían necesariamente a nazis, Schávelzon dice que no encuentra “ninguna otra explicación para que alguien construya estructuras que requerían tanto esfuerzo y costo, en un sitio inaccesible en esa época, marginado de la vida local, con materiales que no son los de la arquitectura típica”.

Sergio Widder, director de la sede para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, le dijo a Clarín que le parece posible que los jerarcas nazis hayan buscado instalarse en lugares aislados donde sentirse protegidos, pero que la hipótesis de los refugios en Misiones debería ser convalidada.

A la vez, Abraham Zylberman, historiador del Museo del Holocausto Buenos Aires, considera también que la hipótesis del equipo liderado por Schávelzon necesitaría ser reafirmada, tal vez por documentación. Pero señaló que para los entendidos un hallazgo de este tipo sería muy valioso y original.

Hasta hoy, la cartelería del Parque Teyú Cuaré señala a las construcciones investigadas por el equipo del CAU como lugar en el que vivió Martin Bormann, uno de los oficiales nazis más cercanos a Adolf Hitler. Schávelzon descarta que eso haya sido posible.

Desde el Ministerio de Turismo de Misiones admitieron que no saben cuándo ni quién colocó los carteles que hacen referencia a Bormann en Teyú Cuaré. Todo habría surgido de un mito urbano.

La zona tiene antecedentes como inspiradora de ficciones: muy cerca vivió y escribió Horacio Quiroga. (Leo González Pérez / Ernesto Azarkevich / Clarín)