jueves, 26 de marzo de 2015

marzo 26, 2015
ALEMANIA, 26 de marzo.-  El copiloto del avión Airbus A320, que supuestamente estrelló el aparato de forma voluntaria en los Alpes franceses, fue identificado por los investigadores franceses como Andreas Lubitz, de nacionalidad alemana y que no estaba clasificado como terrorista, pero la caja negra indica que provocó el avionazo de forma intencional.

El hombre, de 28 años, tenía una experiencia de 630 horas de vuelo en ese tipo de aparato, indicó en una conferencia de prensa en Marsella el fiscal que investiga el Airbus A320, Brice Robin.

Un portavoz de la empresa alemana Lufthansa, matriz de la aerolínea de bajo costo Germanwings, explicó que Lubitz había comenzado a trabajar en esa última compañía en septiembre de 2013.

Según ha avanzado en rueda de prensa el fiscal que investiga el caso, Brice Robin, la grabación demuestra que Andreas Lubitz quiso «voluntariamente destruir el avión».

«Tenemos la transcripción de los últimos treinta minutos del vuelo, en su integridad», ha asegurado ante los periodistas. «Durante los veinte primeros, los dos pilotos se comunican entre sí con frases cortas, de forma normal y cortés. En un momento determinado, se escucha la voz del comandante del avión preparando el briefing del aterrizaje en Düsseldorf. Las respuestas del copiloto a las directrices de su superior parecen lacónicas», ha detallado.



Después, siempre según la información extraída de la caja negra, el comandante pide a su compañero que tome las mandos para ir al baño y deja la cabina. Al volver, se encuentra con la puerta cerrada y llama para que le abra. En esos momentos, el copiloto, aprovechando que se encuentra solo en la cabina, manipula un botón, el Flight Monitoring System (Sistema de Control de Vuelo), para proceder al descenso del aparato. «Una acción que sólo puede hacerse de manera voluntaria con el objetivo dedestruir el avión», ha señalado Robin.


El comandante aporrea la puerta y pide reiteradamente entrar, pero el acceso está bloqueado desde dentro y no recibe ninguna respuesta. Es más, desde la torre de control de Marsella se emitieron llamadas a las que el copiloto no contestó en ningún momento. Según el fiscal, Andreas Lubitz no dijo palabra alguna durante esos ocho minutos de descenso y en la grabación sólo se oye su respiración hasta el impacto final. Sobre si los pasajeros fueron conscientes de lo que estaba ocurriendo en el interior de la aeronave, la investigación concluye que los gritos se escuchan «justo antes de que el avión se estrelle. En el ultimísimo momento».

El fiscal ha hecho especial hincapié en que en estos momentos «no hay nada que haga pensar en un atentado terrorista».El ministro de Interior alemán, en una comparecencia posterior, ha asegurado también que no hay «indicios de trasfondo» que apunten a esa hipótesis, por lo que todo parece indicar que se trataría de un suicidio. La segunda caja negra, la que registra los parámetros técnicos de altitud, rumbo o funcionamiento de los motores, aún no ha sido encontrada, pero los equipos de rescate esperan conseguirlo. El cruce de datos de ambas cajas determinará con total exactitud qué ocurrió durante el vuelo.

«Una trayectoria de descenso inusual»

El responsable de la Agencia de Seguridad Aérea de Francia (BEA), Remy Jouty ya había afirmado el pasado miércoles durante la rueda de prensa que la trayectoria de descenso del vuelo de Germanwings antes de estrellarse en los Alpes era «poco compatible con un avión controlado por pilotos, salvo que ellos lo quisieran estrellar contra la montaña». Jouty añadió que dicha trayectoria, según la información extraída del radar, «era imposible con un avión controlado por el piloto automático». A este respecto, explicó que el avión mantuvo invariable su descenso durante los diez minutos anteriores al accidente.

Consternación

El presidente de la aerolínea Lufthansa, Carsten Spohr, dijo hoy que la compañía desconoce los motivos que llevaron al copiloto a provocar de forma consciente el descenso del avión en el que iban 150 personas, y estrellarlo.

Spohr afirmó que la compañía está "consternada" tras conocer la grabación de la caja negra del avión siniestrado de su filial Germanwings y dijo que "lo que ha ocurrido era inimaginable".

"Ni en nuestros peores sueños hubiéramos podido imaginar algo así", dijo el presidente de Lufthansa, que aseguró que la aerolínea selecciona el personal con mucho cuidado.

Spohr mostró absoluta confianza en sus pilotos y en los criterios de selección que tiene la mayor aerolínea de Alemania, y calificó lo ocurrido como "el acontecimiento más horrible en la historia de nuestra compañía".

El presidente de Lufthansa añadió que no hay manera de prevenir un accidente así y explicó que el copiloto había superado las pruebas médicas que se realizan una vez al año pero que tras la formación de los pilotos no se realizan pruebas psicológicas explícitas.

Spohr hizo hincapié en que los estándares de seguridad de Lufthansa son elevados y que volar es el medio de transporte más seguro.

Añadió que no hay manera de prevenir un accidente así y lamentó mucho lo que ha ocurrido.

Spohr también dijo que en caso de que un piloto pierda el conocimiento existe en la compañía un código propio y una señal. Si una vez activada, no hay respuesta, se abre la puerta de la cabina.

"El copiloto del avión de Germanwings que presuntamente estrelló el Airbus A320 en los Alpes franceses se llamaba Andreas Lubitz, un joven nacido en la pequeña localidad de Montabaur, en el estado federado de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania.

El copiloto, de 28 años, tenía una experiencia de 630 horas de vuelo y había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre de 2013.

Según el presidente de Lufthansa, en su formación se produjo una interrupción hace años, pero sostuvo que "era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad". (EFE / abc.es)