viernes, 27 de febrero de 2015

febrero 27, 2015
LISBOA, Portugal, 27 de febrero.- Fernando Alvim, el gran maestro de la guitarra portuguesa, murió esta mañana a los 80 años. Se encontraba hospitalizado.

Versátil como ningún otro, fue eximio compañero de Carlos Paredes y grabó con Amalia su fado bossa nova. Había pasado a primer plano de la mano del guitarrista Ricardo Parreira, grabando un disco de inéditos.

Fernando Gui San Payo de Sousa Alvim nació el 6 de noviembre de 1934, en Cascais. En la carrera de más de 50 años, 25 fueron para acompañar con la viola al guitarrista Paredes, con quien grabó cinco álbumes. Por ser la segunda figura del autor de "Años verdes", en el medio musical se le conocía como "La Sombra".

Camané con el Maestro Fernando Alvim.

Era un hombre tranquilo y paciente. Vivió en forma modesta y mantuvo en la memoria todas las enseñanzas de una vida. Sus manos, marcadas por las cuerdas de la guitarra, sabían todo de memoria, pero eran también amigas de la improvisación. Fernando Alvim, enfermo durante varios años, no dejó de amar a su instrumento y practicar todos los días por la tarde, en el jardín.


Conocido y reconocido hasta hoy por ser el hombre que acompañó toda la vida a Carlos Paredes en sus andanzas frenéticas y gloriosas de la música y las capacidades sonoras de la guitarra portuguesa, Alvim nunca se sintió protagonista. Pero sólo un músico de grandes cualidades podía acompaña la velocidad de Paredes y su propensión a la improvisación.

La misma improvisación la mantuvo como un legado hasta el final. Era su versatilidad lo que también hacía de él un músico diferente a todos y no sólo un acompañante de fado, como era habitual para las guitarras de su tiempo.

Amalia, la diva que tanto amó, sabía de sus cualidades peculiares y no dudó en llamarlo para grabar con él "Formiga Bossa-Nova", el fado más brasileño que se ha hecho nunca, con letra deliciosa de Alexandre O'Neill . "Ella decía que no había guitarra que pudiese captar el ritmo de bossa nova, por eso de inmediato pensó en mí", nos dijo cuando le preguntamos o hablamos con él de sus "habilidades".

La grabación con Amalia fue la cereza de uno de los pasteles de su vida. Otra fue su pasión por el jazz, internacionalmente reconocida cuando la orquesta Reunion Big Jazz Band pasó por Portugal y lo invitó a presentarse con los músicos americanos, en dos conciertos en Campo Pequeno, en Lisboa.

Fernando Alvim tocó con todo el mundo, por otra parte. Compartió el escenario con Paredes durante 25 años, pero también actuó con Chainho, con Ana Moura, con Camané, con Pedro Jóia, con Ricardo Parreira (con el cual recientemente grabó un álbum de inéditos), con Carlos do Carmo...

La música portuguesa le debe mucho. Por ahora, un homenaje justo. (Alexandra Carita / Expresso/observador.pt)