domingo, 1 de febrero de 2015

febrero 01, 2015
Lo cierto es que el proyecto del tren transpeninsular, nació para morir pronto. Hoy el precio del petróleo ha llevado al gobierno mexicano a tener que reducir costos, algo así como 126,000 millones de pesos.

Miguel A. Sangineto

La suspensión definitiva de la construcción del tren transpenisular, por parte del gobierno federal, deja un mal sabor de boca en el Estado de Yucatán y Quintana Roo.


Las promesas y sueños de la ex gobernadora, y actual secretaria ejecutiva del Partido Revolucionario Institucional –PRI- Ivonne Ortega, sobre la construcción de este importante desarrollo económico para la península, se acabaron.

El proyecto siempre fue retrasado, por diferentes motivos, sobre todo políticos. Pero el actual Gobernador, Rolando Zapata Bello, asumió el reto en campaña y después de ganar las elecciones, no tuvo más opción que seguir adelante.

También en campaña, Enrique Peña Nieto prometió que el proyecto del tren transpeninsular seguiría, le puso la firma y lo sumó a sus compromisos de campaña.

Cuando Peña nieto firmó este compromiso de continuar con el proyecto, si era elegido presidente, ya habían pasado 6 años y se hablaba de un costo de más de 30 mil millones de pesos.

Hoy después de 8 años, el gobierno de Peña Nieto lo suspende definitivamente.

Lo cierto es que el proyecto del tren transpeninsular nació para morir pronto. Hoy el precio del petróleo ha llevado al gobierno mexicano a tener que reducir costos, algo así como 126,000 millones de pesos.

Esto seguramente no hubiese sucedido, si el gobierno federal y el de los estados de Yucatán y Quintana Roo no hubiesen jugado a ser empresarios.

Se invirtieron más de mil millones de pesos en estudios de factibilidad, de impacto ambiental y demás.

Los gobiernos deberían entender que deben ser administradores quienes establezcan y controlen las reglas de juego. No empresarios.

Ahora en esta gran decepción para los distintos sectores de la región, nadie se quiere hacer cargo de la criatura. El gobernador de Yucatán no quiso hacer declaraciones al respecto. Pero la Dirección de Comunicación Social del Gobierno envió a los medios un escueto comunicado que decía:

La prioridad es proteger la economía del país y las familias

Mérida, Yucatán, 30 de enero de 2015.- El Gobierno del Estado de Yucatán respalda la decisión dada a conocer este día por el Gobierno federal, de aplazar la construcción del tren México-Querétaro y cancelar el tren transpeninsular.

El principio rector de la administración estatal ha sido y será el de tomar las mejores decisiones, aunque sean difíciles, así como actuar con transparencia y responsabilidad financiera a través de una definida política de austeridad.

La crisis del petróleo y el contexto de volatilidad económica a nivel internacional han generado la necesidad de hacer ajustes presupuestales y ante ello, las autoridades federales actúan responsablemente.

Es así, que el Gobierno del Estado celebra que estos ajustes permitan evitar un aumento en los impuestos o la contratación de deuda. 

Asimismo, reitera el respaldo a esta decisión, convencido de que lo prioritario es que México mantenga su estabilidad económica y se garantice una mejor calidad de vida para los habitantes del país.

Es indudable que se ha actuado de forma “corporativa”, en esta decisión de suspender definitivamente este proyecto.

Un proyecto que nació con los días contados, que, como la historia de Lázaro, nació, murió, resucitó y nadie supo más de él.

Tampoco nadie sabe a qué cuenta destinarán y qué nombre le pondrán a los miles de millones de pesos que se invirtieron en este sueño guajiro. 

Lo que sí se sabe es la gran decepción que ha causado esta noticia en el país y la región del sureste mexicano.

En un año de elecciones, esto seguramente será un impacto negativo para el partido gobernante y para los gobiernos de los estados involucrados en el Proyecto del Tren Transpeninsular.