miércoles, 18 de febrero de 2015

febrero 18, 2015
BUENOS AIRES, Argentina, 18 de febrero.- Fueron 400,000 personas las que marcharon en silencio a un mes de la muerte del fiscal Nisman. La jueza federal Sandra Arroyo Salgado, sus hijas y la madre de Alberto Nisman encabezaron la marcha en honor al fiscal. La lluvia no detuvo a los familiares, que llevaron la bandera negra, acompañados por dirigentes políticos y por los fiscales que convocaron la movilización.

De estricto luto, la magistrada, ex mujer de Nisman, sus hijas Iara y Kala, y Sara Garfunkel, madre del fiscal, se mantuvieron debajo de un paraguas hasta que comenzó la marcha. Empapadas, emprendieron el camino entre el Congreso y la Plaza de Mayo, frente a donde funcionaba la Unidad Fiscal AMIA , el lugar de trabajo de Nisman. No hicieron declaraciones a la prensa.

Una multitud participó en el homenaje al fiscal Nisman (en el recuadro) desde Congreso a Plaza de Mayo, convocada por los fiscales y la familia. (Gustavo Garello)

Junto a ellas, un grupo de 30 familiares de Nisman se sumaron a la marcha cerca de las 18.15, cuando la movilización llegaba a la intersección con la calle Salta. Los empleados del gremio de Judiciales, a cargo de la seguridad, montaron una especie de corralito especial para proteger a los familiares del fiscal.

Arroyo Salgado enseguida recibió el cariño de los manifestantes, que le gritaban palabras de aliento. Tanto la magistrada como sus familiares mostraron extrema seriedad durante toda la marcha. La jueza apenas esbozó una media sonrisa cuando una señora se acercó para saludarla con un beso.

Antes de llegar al cruce con 9 de Julio, los familiares vivieron el momento más emotivo de la tarde. Arroyo Salgado se quebró cuando los manifestantes entonaron el Himno Nacional. Desde ese momento, la marcha se hizo entrecortada: tardaron media hora en cruzar la avenida.

Bajo una lluvia por momentos torrencial, una multitud participó de la Marcha del Silencio, que se movilizó desde la Plaza de los dos Congresos a Plaza de Mayo. La columna fue encabezada por fiscales y la familia del fiscal Alberto Nisman, muerto hace un mes.

La Policía Metropolitana estimó en su último cálculo en unas 400,000 ciudadanos la concurrencia, aunque en realidad el cálculo final es difícil de realizar porque mucha gente participó de algún tramo de la marcha y se retiró en medio de las tormentas.


Las convocatorias también fueron masivas en el interior del país, especialmente en las ciudades de Mar del Plata, Rosario, Santa Fe y Córdoba.

El inicio de la marcha quedó pasado por agua. Unos 15 minutos antes de las 18, el horario de salida previsto desde la Plaza del Congreso, una fuerte tormenta que se extendió de manera intensa durante media hora marcó el primer tramo de la manifestación.

La partida fue algo desordenada en ese contexto y se concretó unos minutos antes, entre los aplausos que funcionaban como un pedido de apuro. Con una bandera negra con la inscripción en blanco “Homenaje al fiscal Nisman, marcha del silencio”, visible por un corralito para abrir espacio armado por una suerte de guardaespaldas con remeras que los identificaban, el sindicalista Julio Piumato dio la orden de arrancar.

No hubo palabras en ese momento, sólo se escuchó el grito de “Justicia, Justicia” de los manifestantes en plena tormenta. En la primera fila aparecieron los fiscales Raúl Plee, Carlos Stornelli, Germán Moldes, Guillermo Marijuán y José María Campagnoli, entre otros.

Unos metros más atrás, con menor visibilidad, la jueza y ex mujer del fiscal, Saldra Arroyo Salgado, marchó con otros miembros de la familia. Y dirigentes de la mayor parte del arco opositor lo hicieron en otros puntos, aunque la lluvia obligó a algunos a apartarse y volver al rato.

Los bares y entradas de los edificios de Avenida de Mayo quedaron abarrotados de manifestantes que pretendían refugiarse de la lluvia. Algunos abandonaron la marcha por las calles aledañas, la mayoría permaneció en el lugar y comenzó a avanzar a paso lento, entre los paraguas que dificultaban la caminata hasta la Plaza de Mayo.

El clima entre la gente fue muy tranquilo. No se vieron banderas partidarias; sí muchos carteles con diferentes inscripciones: "Todos somos Nisman", "Asesina" y "Cristina no te metas con la República".

Ramona, una empleada administrativa del microcentro que participa de la movilización, dijo a Clarín que resolvió sumarse porque está "indignada, cansada de que en este país no haya nunca soluciones, solo problemas".

Laura, una señora que también marchaba hacia la Plaza de Mayo, agregó: "Este país no da para más. Espero que se haga justicia".

Marcelo, quien vino especialmente desde La Plata para participar de la movilización con un cartel que dice "CFK Asesina", completó: "Estoy indignado porque no puede ser que lo que le paso a Nisman ocurra en democracia. Ojalá esto nunca más se repita".(La Nación / Clarín)