martes, 27 de enero de 2015

enero 27, 2015
Pedro Echeverría V.

1. Escuchamos muchas veces que los habitantes de México, de Yucatán en particular, no saben por qué están miserables o muy jodidos; viven al parecer, con el engaño que les clavan en su cabeza por la iglesia, los empresarios, el gobierno, los medios de información, en el sentido de que: a) “dios así lo quiso”; b) porque “tienen muchos hijos que mantener”, c) porque “(ni modo) no estudiaron” o d) porque “así está destinado”. Saben ellos que los ricos empresarios saquean las riquezas el país, que los gobernantes roban lo que quieran, que los funcionarios de alto cargo cobran salarios y compensaciones insultantes, que se jubilan con los mismos salarios; que lo único que tienen que hacer es lamerle al fondillo a su antecesor para enriquecerse y pasar a vivir como esos animales sin llenadera, aunque mueran embarrados de lodo.

2. He tenido dos o tres amigos en mis 74 años de vida que “por conciencia, por vergüenza y dignidad” renunciaron a la mitad de sus salarios como funcionarios. Pero el 99.99 por ciento, es decir todos los grandes funcionarios de los gobiernos del PRI, PAN, PRD y demás partidos –cuyos salarios de 150 mil, 300 mil, 600 mil al mes como el presidentes, los gobernadores, senadores, diputados, secretarios de Estado, jueces de la Suprema Corte, funcionarios del INE, rectores y altos funcionarios de Universidades, etcétera no sólo no renuncian a sus 300 o 600 mil, sino que tienen por ahí otros cobros y negocios extras. En todo México se sabe de esos fabulosos salarios –además de los miles de millones que obtienen los empresarios en sus negocios- que de dividirse alcanzaría para que vivan bien los 120 millones de mexicanos trabajando todos dos o tres horas al día.

3. Diario de Yucatán acaba de publicar algunos salarios sin compensaciones o compensaciones sin salario de rectores de universidades y del gobierno que realmente son una mentada de madre para el pueblo, para los trabajadores, en particular a empleados de universidades. Unos mil trabajadores de administrativos, de limpieza, técnicos de la Universidad de Yucatán llevan nueve días en huelga; sus salarios van de cuatro mil 500 a seis mil pesos al mes. Para no estallar la huelga les ofrecieron tres pesos 20 centavos diarios y a ocho días de huelga le han ofrecido aproximadamente un peso más al día. ¿Acaso no es una sociedad idiota con universidades donde se supone que está “la inteligencia” que sus rectores cobren 184 mil pesos al mes mientras los trabajadores cobran cinco mil como promedio? Por ser buenos políticos -que no académicos- cobran los rectores 37 veces el salario de un trabajador.

4. La universidad (de Yucatán) –publica Diario de Yucatán-, con un presupuesto anual similar al que ejerce el Ayuntamiento de Mérida, tiene su principal egreso en el pago de la nómina. La percepción mensual del rector -entre sueldo ordinario, compensación y estímulos- a lo largo de 2014 fue de poco más de $184,000, cantidad mayor que la que reciben el gobernador del Estado ($116,840), el alcalde de Mérida ($107,343) e incluso el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (156,463). Esos $184,000 fueron el monto pagado a Alfredo Dájer. Su sucesor en la Rectoría desde el primer día de este mes, José de Jesús Williams, recibirá un poco menos porque tiene menos antigüedad. Los alumnos de la UADY son 23 mil y los profesores 1,800; los de la UNAM son 450 mil alumnos y alrededor de 50 mil profesores. ¿Es la continuidad de la corrupción del gobierno mexicano?

5. Y sigue la mata dando frutos podridos. ¿Creen acaso que los diputados, senadores, gobernadores, además de sus grandiosos salarios no tienen otros negocios? ¿Piensan acaso que todos aquellos que brincaron de empresarios a la política (como miles de políticos del PAN y PRI) renunciaron a sus negocios para “sacrificarse por el pueblo? La realidad es que no tienen llenadera. Diario de Yucatán publica un ejemplo: “Al cierre de 2012, Dájer Abimerhi cobraba cada quincena $47,886.09 por su encomienda de rector, pero a esa cantidad se agregaban $12,774.98 por su sueldo de profesor investigador -no se pierde con el cambio de rango-, $12,743.55 por antigüedad, $4,216.41 por haber sido antes secretario académico y $5,365.49 por concepto de “clave 111″, que equivale a un estímulo por seguir trabajando en la Uady a pesar de reunir las condiciones para la jubilación”.

6. En los piquetes o campamentos de huelga instalados en Arquitectura, Antropología y Edificio central, así como en el edificio sindical, que día a día he recorrido, no hay asomo de desánimo; muy al contrario hay mucho enojo y combatividad entre los trabajadores, sobre todo al conocer los insultantes salarios que cobran los funcionarios de rectoría y por enterarse de “aumento” de cuatro pesos que les ofrecen. Dicen: ¿Cree el rector que nos va a engañar cuando él cobra 37 veces más que nosotros y nueve veces lo que cobra un profesor honesto? Sin confirmar, los trabajadores mismos me han invitado a participar en la manifestación estudiantil que saldrá mañana lunes a las 16 horas del llamado “remate” de Montejo con el fin de apoyar la huelga y al mismo tiempo exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que mañana cumplen cuatro meses de ser secuestrados por policías y ejército.

7. El estallido de la huelga –debo confesarlo- me sorprendió porque históricamente el estado de Yucatán se ha dejado manipular por las clases dominantes, particularmente por la TV, radio y prensa; no adoptan una posición crítica, no reflexionan, sino que repiten como si fueran verdades lo que escucharon horas antes. Pero creo que la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Guerrero ha ayudado a desarrollar la conciencia en todo el país y la huelga de los trabajadores de la Universidad de Yucatán puede ser un reflejo de ello. Le pedí al sindicato de profesores de la UADY que me confirme si hizo o no una declaración de apoyo, si pidió que los profesores estén dando clase extramuros. Lo funesto ha sido que algunos estudiantes de derecho han metido amparos contra la huelga. ¿Qué podría esperarse de futuros abogados pagados por rectoría y posiblemente por políticos del PRI? (25/1/15)

Apoyo a la huelga de trabajadores de la Universidad y a la lucha por los 43 estudiantes de Ayotzinapa

1. Con un contingente de mil 200 personas (más de 600 estudiantes y otras 600 personas de la sociedad civil) que se manifestaron en Mérida, Yucatán, se demostró el apoyo a la huelga de 800 trabajadores administrativos, manuales y técnicos de la Universidad de Yucatán que se inició hace 12 días. Los manifestantes centraron sus consignas y gritos apoyando un aumento sustancial de salarios a los trabajadores, reclamando a los funcionarios de la Universidad (UADY) sus insultantes salarios de más de 150 mil pesos y demostrando su solidaridad con los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos y exigiendo su regreso con vida, porque así se los llevaron.

2. Fueron dos marchas que se juntaron frente al piquete de huelga del edificio central universitario: la de estudiantes de Facultades y Prepas de la UADY y la de empleados telefonistas, Monte de Piedad y jubilados. Preguntaban en su marcha los estudiantes: ¿No es acaso criminal que el rector, como sus compinches, cobre tanto dinero en salarios, compensaciones, jubilaciones con el mismo salario, en tanto los trabajadores sólo tienen ingresos de cuatro o cinco mil pesos? ¿Y pensar que la danza de los rectores y demás funcionarios millonarios de la Universidad se inició desde 1980 cuando se registró un pugilato por la autonomía entre el rector Rosado y el gobernador Luna Kan?

3. Al parecer fue el rector Mimenza, el más hábil político de los rectores de la UADY, que suplió al rector Rosado al verse obligado a renunciar, el que para parar los huelgas del sindicato de profesores (Apauady) y de Trabajadores (Autamuady) hizo que todos se sometieran a sus designios. Apenas fue designado inició pláticas con los dos sindicatos e hizo que lo acompañaran a México en busca de presupuesto. Su éxito fue rotundo pues obtuvo cien millones de pesos para acabar el déficit, pagar a los empleados y tener dinero de más, su tesorero era quien sería el rector sucesor Carlos Pasos. La bronca fue que en este mismo tiempo se autorizaron los enormes sueldos y jubilaciones para corromper a todos los funcionarios.

4. En 1994 publiqué en pequeño libro acerca de la historia de esta Universidad, sus principales problemas y la actuación de los rectores. En él escribí sobre el surgimiento del sindicato de Trabajadores (AUTAMUADY) a la sombra de las luchas de 1973-74 –durante el gobierno de Loret de Mola- que llevó al asesinato de Calderón Lara; así como de la creación del APAUADY en 1980 durante la confrontación política “por la autonomía de la Universidad” entre el gobernador Luna y el rector Rosado. En 1976 fui uno de los directivos y dirigentes del comité de huelga del SPAUNAM, sin embargo, siendo profesor de la UADY, vetaron mi ingreso al Apauady en los noventa viéndome obligado a participar informalmente en Autamuady.

5. El sindicalismo en la Universidad de Yucatán puede recuperarse a partir de los ejemplos de esta huelga de trabajadores y de la unidad con los estudiantes y profesores. En las Universidades –así como en los tecnológicos y escuelas normales- se reflejan los problemas del país y por tanto deben estudiarse y analizarse. Es condenable que desde los años ochenta, a raíz de la implantación del liberalismo privatizador, en las universidades se hayan erradicado carreras y asignaturas de carácter social-humanístico para dar paso a las técnicas y tecnológicas. Incluso aquellas materias que servían para analizar los contextos socio-económicos fueran suprimidas para dar paso a las que sean de “productividad”, con ello se pretende acallar las protestas.

6. Por ello causó gran alegría ver a 600 estudiantes en las calles después de varios años de no salir a manifestarse. No puede olvidarse las batallas de los estudiantes contra el alza de precios del transporte en diciembre de 2006 y las grandes manifestaciones y protestas que realizamos en marzo de 2007 contra la visita de Bush-Calderón y la firma de la llamada “Iniciativa Mérida” que terminó con una feroz represión del gobierno llevando a la cárcel a 48 jóvenes estudiantes. Han pasado ocho años y muchos de ellos –que no son “hijos de papi”- son profesionistas desempleados porque el sistema capitalista ha sido incapaz para solucionar problemas de desempleo porque dice no contar con inversiones y presupuesto.

7. Pero los estudiantes han salido a la calle nuevamente y el próximo miércoles (mañana) tendremos una nueva marcha de protesta. ¿Hasta qué grado el sacrificio de los estudiantes de Ayotzinapa fueron la chispa? Tengo esperanzas de que ésta nunca se apague y que crezca en todo el estado y todo el país. Para ello la rectoría de la Universidad y sus salarios insultantes, están contribuyendo al despertar. La huelga continuará; sus dirigentes y abogados siguen firmes hasta lograr que las demandas del Autamuady se cumplan. Esta batalla va a trascender como ejemplo en varios sindicatos y organizaciones, por ello tenemos de obligación de brindarles nuestro apoyo y solidaridad. ¡Viva la huelga! (27/1//15)