MADRID, 21 de noviembre de 2014.- Si uno le pregunta a Juliano Ribeiro Salgado por sus primeros recuerdos sobre su padre, el fotógrafo Sebastião Salgado, no remite a una imagen, sino a un olor: el de los líquidos de revelado. “Sebastián viajaba mucho. Cuando volvía a casa, en París, pasaba mucho tiempo encerrado en un cuartito: su laboratorio. Mi recuerdo más fuerte es el olor de los líquidos de revelado. Durante mucho tiempo, para mí, ese olor fue el olor de mi padre”.
Bienvenidos al mundo de La sal de la Tierra, documental dirigido por Win Wenders y Juliano Ribeiro, sobre la vida y la obra de Sebastião Salgado. El filme, que se estrena hoy, ganó el Premio del Público en el pasado Festival de San Sebastián.
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Mineros del oro en Serra Pelada, Brasil. (Sebastião Salgado/ Amazonas Images/ NFP) |
Juliano Ribeiro, que pasó por el certamen donostiarra para presentar La sal de la tierra, explica a El Confidencial la azarosa génesis del proyecto:
“Hace unos pocos años viaje con mi padre a una tribu de indios del Amazonas, los Zoé. Era la primera vez que viajábamos juntos desde que era adolescente. Cuando llegamos me puse a grabar sin saber muy bien por qué. Quizás porque soy documentalista. Quizás también porque podía ser uno de los últimos grandes viajes de trabajo de Sebastián. Pero la idea no era hacer un documental sobre mi padre, aunque suponía que acabaría haciendo uno mucho más adelante”.
Pero cuando regresaron al domicilio familiar en París, ocurrió algo que no sólo dio origen a La sal de la tierra, sino que ayudó a estrechar el lazo afectivo entre padre e hijo. “Edité un poco el material y se lo enseñé a Sebastián. De pronto, este padre que siempre había sido un poco distante, se emocionó mucho al ver cómo le había filmado su hijo", recuerda Juliano Salgado, cuyo filme también fue premiado en el pasado Festival de Cannes.
El repentino afecto del padre provocó una curiosa reacción en el hijo: una mezcla de cariño y seguridad en sí mismo. “Su reacción me tocó la fibra sensible. Y me dio la suficiente confianza como para pensar que era posible rodar un filme sobre Sebastián, algo que hasta entonces me daba reparo sugerir, porque no quería que pareciera que me quería inmiscuir en su vida”, cuenta el documentalista.