Lucy Veritas
Hoy, 1 de septiembre de 2014, se cumplen 30 años de Autonomía en la UADY. Fecha que debería ser de júbilo y celebración. Sin embargo, la tristeza, el desencanto, la frustración, el enojo y la indignación son algunos de los sentimientos negativos que cunden entre la comunidad universitaria y la sociedad en general, debido a la Ley Mordaza, el doble discurso y el clima de amenazas y terror que ha impuesto el rector Dájer. Como muestra, acá van algunos "botones":
La reportera Evelyn Mendoza, del diario local Milenio, ha intentado infructuosamente entrevistar a los integrantes del consejo universitario para que opinen sobre el proceso de cambio de rector que se realizará el próximo mes de noviembre. A pesar de su insistencia desde hace un par de meses, hasta ahora nadie ha aceptado la invitación a manifestar su opinión sobre un proceso que debería ser totalmente transparente, pues es de suma importancia para la sociedad en general y no sólo para los universitarios de la UADY. La Ley Mordaza impuesta por el rector Dájer es tan "convincente" que, seguramente, ninguno de esos actores reconocerá que le han prohibido hablar sobre este tema. ¡Baldón para todos ellos!
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Develación de una placa con motivo del 30 aniversario de la Autonomía Universitaria (foto: Gobierno del Estado) |
En reunión con los consejeros maestros, realizada apenas el 21 de agosto, a pesar de que se la solicitaron desde fines de mayo, el rector Dájer "les sugirió" cómo va a ser el proceso de elección para el cambió de rector. Se presentó con una agenda ya establecida, la suya, sobre qué, cómo, cuándo y cuánto se "vale". Una por una fue descalificando las propuestas de los consejeros maestros. Llegó a tal grado su prepotencia que, cuando algunos sugirieron que las propuestas de los aspirantes a la rectoría se presentaran en el formato de debate, les respondió: "son chingaderas, no sirve para nada". Qué poca memoria tiene el rector, pues apenas tres días antes, el 18 de agosto, había declarado en la Facultad de Arquitectura: "Debate, ejercicio que deberíamos practicar más" (ver boletín de la UADY del 18 de agosto y las notas de prensa del 19 de agosto). Más que falta de memoria, es una manifestación más del doble discurso que siempre ha caracterizado al actual rector y que además, en esta ocasión, lo motiva otro propósito: proteger a su delfín de hacer el ridículo ante la comunidad universitaria.